ALICANTE. La empresaria ilicitana Maite Antón, gerente de la agencia de publicidad Grupo Antón, cumplirá en una semana su primer aniversario como presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa). Un cargo que no tiene homólogo en toda España, pues Aefa es la única asociación de empresas familiares de ámbito provincial que existe, y al frente del cual hay por primera vez una mujer, una condición que a Antón no le gusta destacar. Este primer año de su presidenta ha coincidido con el 25 aniversario de la asociación, que no se ha podido celebrar por la pandemia, y con uno de los peores momentos para la economía de la provincia fruto de la crisis económica que ha traído consigo la sanitaria.
-Con la perspectiva de los últimos meses de desconfinamiento, y con la situación sanitaria sin resolver, ¿qué diagnóstico hace de la situación desde el punto de vista de la empresa familiar?
-Para saber en qué punto estamos, tenemos que remontarnos a dónde estábamos. Durante el confinamiento hicimos un estudio con el Banco de España y los datos eran demoledores: una tercera parte de las empresas había reducido a cero su actividad, porque habían tenido que cerrar; otra tercera parte registraba una reducción de entre el 70 y el 80% de actividad y facturación; y otra tercera parte en donde la actividad era muy alta porque básicamente se trataba de empresas que tenían que dar servicio a las necesidades básicas. De ahí partimos. Con el desconfinamiento se produce una recuperación en ese segundo tercio donde se había reducido mucho la facturación, pero hay otra parte, sobre todo la dedicada a la hostelería, turismo y comercio que se ha visto trágicamente perjudicada. Ya sabe que las empresas familiares en Alicante son el 92%, 125.000 de 140.000, con lo cual el análisis de las empresas familiares sirve como imagen general. La situación depende de los sectores y del tamaño de las empresas. ¿Qué ocurre? El tejido de la provincia está dominado por micropymes y pymes, y eso también supone un inconveniente a la hora de retomar la actividad. Una de las cuestiones que ha puesto en evidencia esta pandemia es, precisamente, las debilidades en las que nos tenemos que centrar para mejorar nuestra posición, y una fundamental es que hay que hacer más grandes nuestras empresas.
-¿Cómo?
-Pues fundamentalmente eliminando todas las trabas al crecimiento. Ese es un punto en el que todos los agentes sociales tenemos que virar en la forma de verlo, para que además en este momento más que nunca, las administraciones, los políticos y los agentes sociales tienen que unirse para solventar todos esos problemas. Otra debilidad que hemos visto es que no se valoraba la agricultura, un sector muy esforzado que ha trabajado de forma durísima para que no nos faltara de nada y al que hay que apoyar. Y en el caso de Alicante, eso se focaliza en el agua, que es fundamental. En el sector secundario, también tenemos que ser capaces de reindustrializarnos. Sobre todo, en todas aquellas cuestiones estratégicas y básicas para no tener que depender del exterior. Y es muy curioso como nuestra industria ha sido capaz de cambiar.
-Para adaptarse a la situación.
-Sí, para adaptarse y rápidamente ser capaces de hacer mascarillas, pantallas, EPIs, gel hidroalcohólico... eso nos tiene que hacer ver la necesidad de reindustrializarnos hacia esos sectores estratégicos para disminuir nuestra dependencia exterior. Y luego, cómo no, nuestro sector estrella que es el turismo, y que no hay que denostarlo para nada, sino apoyarlo. Tiene un potencial enorme gracias a las características privilegiadas de la provincia. Están haciendo un esfuerzo enorme, a pesar de su situación, por incluso aprovechar los que tienen capacidad durante estos meses para realizar obras, mejoras, adaptarse a la digitalización... eso hay que valorarlo mucho y ayudarles. Durante mucho tiempo han sido los que han tirado del carro de la economía de Alicante, y ahora hay que reconocérselo.
-El sector predominante es el que peor lo está pasando. La industria ha podido rehacerse y la agricultura nunca llegó a pasarlo mal, pero el turismo, un sector del que depende casi todo el mundo en la provincia, está en una situación terrible. ¿Qué se puede hacer para adaptarse al actual escenario? ¿O hay que renunciar al turismo?
-Sería un error pensar en acabar con el turismo, lo que hay que hacer es apoyarlo. ¿Qué hacer? Una cuestión muy importante es garantizar la seguridad sanitaria, y tengo que decir que lo están haciendo fenomenal. Todos este verano hemos hecho alguna breve escapada como alivio y para ayudar con el turismo nacional, y hemos visto unos establecimientos magníficos con unos cuidados extraordinarios para garantizar la seguridad. Lo que hay que hacer es trasladar esa imagen como una 'marca España' segura. Hay un conflicto, que es el concepto que tenemos los españoles de nosotros mismos, y eso nos perjudica. Los medios, por ejemplo, deben ser cautos a la vez que realistas, porque sois un altavoz, y los medios sensacionalistas internacionales tiran en nuestra contra de forma interesada, o no, y eso perjudica mucho a nuestra imagen.
-Los empresarios en general no parecen muy satisfechos con la gestión que ha llevado a cabo de la situación la Administración. ¿Cuál es su valoración?
-En general, las empresa familiares, igual que todas, en lo que estamos centradas es en sobrevivir. Es muy importante sobrevivir, pero no a cualquier precio. Y eso lo tenemos que tener muy en cuenta. En el caso del Gobierno central creo que la gestión que se ha hecho es bastante deficiente, desde el primer momento. Hay que partir de que era difícil gestionar esto, pero la capacidad de previsión fue muy escasa, y creo que en general existe la sensación de que están ocupados en cuestiones de orden menor por intereses partidistas, y los ciudadanos lo que queremos son unos gobernantes que tengan esa responsabilidad por encima de todo de ver el bien común. En un momento como este, pensamos que el shock ha sido bastante importante como para que abandonasen esas formas de comportamiento partidista y fuesen capaces de unirse en buscar soluciones. Y sobre todo, atendiendo a los que saben en cada una de las materias. En la sanitaria y en la económica. ¿No tuvieron previsión porque estaban ocupados en otras cosas? Dejaron desatendidos a nuestros sanitarios, que hay que insistir una y otra vez en que están siendo unos héroes, y creo que la falta de previsión en los materiales que necesitaban es una cosa para reflexionar. En una segunda ola, que no tendría por qué haber sido, porque prácticamente no habíamos salido de la primera, y teniendo en cuenta que se avecina la tercera por el invierno, creo que se tienen que poner las pilas porque la realidad es que la empresa privada fue la que tuvo que cubrir esas necesidades porque ellos no fueron capaces. Hay que darles un tirón de orejas y pensar que siempre es buen momento para rectificar.
-¿Y en cuanto al papel de la Generalitat?
-Creo que las cosas se han hecho mejor. Porque para empezar ellos sí que han informado en todo momento a todas las fuerzas políticas y agentes sociales, y eso ya es un buen inicio. Sí que es verdad que arrastramos una infrafinanciación que en este momento es un inconveniente. A nivel de empresa sí que hay que admitir que los ERTE han sido la salvación para las empresas y el empleo de toda la gente que trabaja en esas empresas, y por tanto hay que seguir en esa línea y mantenerlos el tiempo que sea necesario para las empresas solventes, que realmente tengan un proyecto para continuar con su actividad. Y a nivel de empresa familiar, creo que es buen momento también para reflexionar acerca de la necesidad de mantener los puestos de trabajo en un momento tan frágil como es el relevo generacional. Hemos vuelto a ver en esta crisis que las empresas familiares son las más resilientes, las que mantienen el empleo a toda costa, dándolo todo, entonces creo que es el momento de implicarse y tanto a nivel de la Generalitat como del Gobierno, tener meridianamente claro la necesidad de ayudar al relevo generacional para nuestro principal objetivo de desarrollo sostenible, que es el mantenimiento del empleo.
-¿Estamos en un momento de mayor relevo generacional, comparado con hace unos años, quizá porque esas empresas que se crearon en los 60 o 70 han llegado al momento de la jubilación del fundador?
-Sí, puede ser. A ver, nosotros tenemos un proyecto precioso que son las empresas centenarias, que irán ya por el tercer o cuarto relevo. El relevo generacional llega cuando el fundador, o las sucesivas generaciones, están en el momento de traspasar la gestión y la propiedad, así que en cierta forma sí depende del momento en que se crearon y la edad con la que lo hicieron. No tengo datos, pero es posible que tenga razón porque muchas empresas importantes de la provincia se fundaron en esas décadas. En contra tenemos las estadísticas, porque solo un 30% de las empresas sobrevive a la segunda generación, solo un 15% llega a la tercera, y las sucesivas está en torno al 3. A favor, el trabajo de las asociaciones territoriales, en las que como sabe Aefa es la única provincial, porque hace 25 años también fuimos innovadores en esto. ¿Qué estamos haciendo? Por una parte, formar e informar a esas nuevas generaciones para conseguir separar las cuestiones familiares de la empresa, para reforzar y quedarnos solamente con las cosas buenas de la empresa familiar. Como ese espíritu de que todos formamos parte del proyecto, esa humanización. Y evitar lo malo, que es que se confundan las relaciones familiares dentro de la empresa y que no se profesionalice. En Aefa hemos observado una mejoría en ese relevo generacional, pero lo que no puede ser es que al mismo tiempo, desde la Administración, nos hagan imposible la continuidad con la fiscalidad. Porque realmente donde las empresas pagan es en sociedades, IRPF, etcétera. Cuando uno recibe una empresa familiar no recibe otra cosa que un supuesto valor en balance, no es dinero, no es una pertenencia... impedir el relevo con la fiscalidad supone un beneficio escaso para la Administración, porque es mucho mayor el beneficio de que esa empresa siga pagando sueldos e impuestos.
-Uniendo la idea del relevo generacional y lo que comentaba en la primera respuesta de que tienen que ganar tamaño... ¿no sucede que cuando una empresa familiar crece mucho, deja de ser familiar? Ecisa, Goldcar, Inaer, Centauro, Sprinter... empiezan como empresas familiares, pero cuando llegan a un cierto nivel llaman la atención del gran capital, y terminan con un consejo de administración en Estados Unidos.
-Bueno, no tiene por qué. Realmente ha dado muy buenos ejemplos de esa situación, pero tenemos ejemplos igual de buenos de la contraria. Grandes empresas que al mismo tiempo siguen siendo empresas familiares. No citemos ninguna para no arriesgarnos a olvidarnos de alguna, porque como le digo son muchas. Un análisis que leí en una ocasión afirmaba que lo normal es que en la vida laboral de una persona se vivan tres grandes crisis. Que por cierto, yo con esta ya llevo las tres. ¿Qué implica eso? Que las empresas que están en segunda generación han tenido que sobrevivir a seis grandes crisis, las que llegan a la tercera han tenido que sobrevivir a nueve... y eso lo estamos viendo con las empresas centenarias, que han vivido la pandemia de 1918, dos guerras mundiales, y crisis como la del petróleo o la financiera de 2007. Y aparte las crisis sectoriales. Eso es difícil para cualquier empresa. En algún momento puede necesitar ayuda financiera, en otros se deja entrar un capital externo, a veces momentáneamente, para poder ganar posiciones de mercado y no desaprovechar ocasiones que pueden ser positivas. Pero nuestro interés en la asociación por su aportación al interés general y la solidez que confieren a la economía es que permanezcan como empresas familiares. La propia Unión Europea ha declarado la empresa familiar como un bien a preservar, imagínese si tienen claras sus bondades.
-Hemos hablado de ganar tamaño, de poner el foco en sectores olvidados, seguimos con el problema del relevo generacional desde el punto de vista interno y fiscal... ¿Añadimos a esa lista alguna otra cuestión que desde Aefa consideren fundamental que deban afrontar las empresas familiares?
-Tenemos ahora una oportunidad enorme con los fondos europeos de Next Generation de hacer algo muy importante para las empresas familiares, que es la digitalización, la innovación, y una modernización en general de las empresas. Lo que espero es que en este caso también, la Administración sepa aprovechar esta situación y reme a favor. Y otra cosa importante es que estos mismos fondos los aproveche esa Administración para modernizarse. Que los trámites sean más ágiles, que se puedan hacer telemáticamente, que no haya que acudir a varias ventanillas para un proyecto... a veces las empresas tardamos años, años, en poder sacar adelante un proyecto por culpa de los trámites. Quizá podrían aprovechar mejor las declaraciones responsables. Nos hemos encontrado con una Administración poco digitalizada, que en un momento como este, y hablando como hablamos del teletrabajo, pues ha sido un freno a la hora de poder dinamizar los trámites. También es verdad que ellos se han encontrado con las mismas dificultades que las empresas, esas normas que salían en el último momento, difíciles de interpretar, interpretaciones diversas, que ha sido muy duro de llevar por todos.
-Aefa ha celebrado este año su 25 aniversario, aunque no haya habido celebración como tal. ¿En qué momento está la asociación?
-Pues en este momento somos 153 asociados ya, la asociación está en un momento estupendo, fuerte, unida, cohesionada. Recogemos el fruto de estos 25 años de una gestión impecable que ha dado un gran prestigio a la asociación a nivel social y de la administración. Se ha hecho una labor extraordinaria en estos años. Y aparte de muy unida, fíjese que un aspecto significativo es que a lo largo de todos estos meses de pandemia ha ido aumentando el número de asociados. Creo que por una parte porque representamos a la inmensa mayoría de las empresas, e intentamos que eso se haga no solamente hacia los asociados, sino a las empresas familiares en general: es nuestra obligación representar a todas las empresas familiares estén asociadas o no. Y vivir momentos como este nos ha hecho unirnos todavía más, por una parte por la necesidad de informarnos ante todas esas problemáticas que comentábamos. Pero aparte, ha sido realmente emocionante ver cómo todas las empresas se volcaban en ayudar en un momento tan difícil, fabricando material para los sanitarios, pero también dejando viviendas para que pudieran aislarse de su familia, el transporte, la cantidad de comidas que se han preparado, los fondos que se han obtenido... nosotros hemos obtenido 15.000 euros que se donaron a Cruz Roja, y otros 5.000 a Cáritas, aparte de donaciones individuales. Se han hecho acciones de toda índole, y yo creo que eso nos ha reforzado en la idea de la necesidad de estar unidos. Luego, seguimos muy dinámicos, fuimos de los primeros que hicimos actos presenciales, con todas las estrictas medidas de seguridad sanitaria, y en streaming, porque la pandemia ha servido para darle un empuje importante a la parte online. Y porque debemos dar el mensaje de que es posible compatibilizar la sanidad con la economía. Eso es fundamental. Si se muere la actividad económica, vamos todos detrás.
-¿Planes a corto plazo?
-Tenemos muchos planes, incluso para celebrar el 25 aniversario en el momento en que se pueda. Es un hito que queremos celebrar con toda la alegría que merece. Porque además nuestra asociación ha sabido siempre adaptarse muy bien. El hecho de que yo sea mujer, aunque no me gusta considerarlo un mérito en sí mismo, que Paco Gómez fuese el primer presidente territorial en tener una junta paritaria, y no por cuota sino porque en Alicante hay grandes empresarias, que yo sea también la primera presidenta de segunda generación... lo que implica es precisamente una especie de relevo generacional dentro de la asociación. Son una serie de hitos que lo que dicen es "la asociación está fuerte, dinámica, sabe adaptarse, y está preparada para anticiparse a todos esos cambios". Y tenemos también el Forum Aefa, que son las nuevas generaciones, que es muy potente y una referencia en España, y eso dice mucho de la fortaleza de la asociación y de ser fiel reflejo de lo que es la provincia de Alicante, que tenemos que poner en valor.