ALICANTE. Los dos concejales no adscritos del Ayuntamiento de Alicante, Fernando Sepulcre (exedil de Ciudadanos y ahora alcaldable por Contigo), y Nerea Belmonte (exrepresentante de Guanyar), también escriben su carta al rey mago Luis Barcala (PP) con un listado de peticiones prioritarias que deberían contemplarse en el presupuesto municipal de 2019. Al menos, si lo que pretende el equipo de Gobierno del PP es que su propuesta de planificación económica cuente con sus dos votos en el momento en el que se eleve a la consideración del pleno (previsiblemente, en la primera quincena de febrero).
Los dos han mantenido ya sendos encuentros por separado con el concejal de Hacienda, el popular Carlos Castillo, en el que se les ha puesto al corriente de las líneas generales de las cuentas diseñadas para este ejercicio (año electoral), según precisaron ambos a preguntas de este diario. La primera toma de contacto con Sepulcre se produjo este pasado lunes. Según concretó el también diputado provincial, la reunión no pasó a mayores: él no desveló cuál podría ser el sentido de su voto en el pleno hasta poder formular sus propias aportaciones y conocer si el PP está dispuesto a incorporarlas. Lo cierto es que, desde el inicio del mandato, Sepulcre (que abandonó la disciplina de Cs después de que se le abriese un expediente sobre el uso de los fondos del grupo en la Diputación para gastos de desplazamiento en su vehículo) se ha inclinado por no bloquear ningún proyecto presupuestario de los debatidos hasta ahora con el exalcalde socialista Gabriel Echávarri en el poder.
¿Cuáles serán, en cualquier caso, sus peticiones? Las principales son solo dos. Primero, que se habilite una partida no menor de 30.000 euros para financiar la redacción del proyecto de la Calle de la Ciencia: una propuesta para tematizar un espacio público de la ciudad como atractivo turístico que viene reivindicando desde 2016. Y, en segundo lugar, que se dote la partida de 200.000 euros que resulta necesaria para ejecutar el proyecto de construcción de una pista deportiva en el barrio de Miguel Hernández. Según Sepulcre, ese proyecto ya está redactado y se trataría solo de que construyese.
La cita entre Castillo y Belmonte se produjo este viernes y terminó casi con idéntico resultado. La exconcejal de Acción y Vivienda (expulsada del equipo de Gobierno, de Guanyar y de Podemos después de que trascendiese que había adjudicado contratos menores de manera directa a personas afines, sin que se abriese ninguna investigación al respecto) tampoco avanzó cuál sería su posición en el pleno hasta conocer si se admitían sus propuestas. Como en el caso de Sepulcre, las prioritarias también serían dos. Primero, que se incluyese una partida de un millón de euros en el presupuesto de la Agencia Local de Desarrollo destinado a apoyar proyectos empresariales de jóvenes emprendedores. Según concretó, se trataría de una línea específica para aportarles la financiación que no obtienen en el sector privado con el fin de aprovechar "la inversión pública que el Estado ha gastado en la educación y la formación de esos jóvenes, a los que el ayuntamiento y la Agencia Local también facilita cursos para emprender sin que, después, puedan llegar a hacerlo por falta de recursos".
Y su segunda petición esencial sería que se recuperase y se ejecutase el proyecto de viviendas intergeneracionales planificado por el Patronato Municipal de Vivienda para el barrio de Benalúa, con una concepción similar al edificio de la Plaza de América de esas mismas características. O, como mínimo, si esa inversión no fuese posible, que se habilitase una partida para adquirir vivienda destinada al alquiler social, tras el fracaso de hasta dos convocatorias distintas que acabaron declarándose desiertas por falta de ofertas. A juicio de Belmonte, el desenlace de esos dos concursos no puede servir de excusa, ya que "durante mi etapa como edil de Vivienda sí fue posible que el Ayuntamiento adquiriese hasta 25 pisos, con una licitación por lotes", concretó.
Como viene informando Alicante Plaza, los votos de Sepulcre y Belmonte pueden resultar decisorios para que el presupuesto del PP prospere, en el supuesto de que PSOE y Compromís voten en contra y que Guanyar y Cs se abstengan. El PP gobierna en minoría con 8 concejales en una corporación de 29 ediles y necesita de más votos a favor que en contra para que las cuentas se aprueben. Los socialistas y los nacionalistas suman nueve representantes: 6 el PSOE y 3 Compromís.