CON DOS PIVOTES / OPINIÓN

Los padrinos y la lluvia

4/12/2016 - 

ALICANTE. Las confesiones bajo la lluvia suelen ser más cercanas, más si cabe cuando varias personas buscan el resguardo de un solo paraguas, en este caso el de un servidor. No diré el nombre de los invitados a mi refugio contra el chirimiri que bañaba Alicante a eso de las dos de la tarde, pero cierto es que, de haber seguido un ratito más, podríamos haber sacado un análisis profundo de nuestro ADN (como herculanos y alicantinos), así como arriesgarnos a tener que pedir mañana la baja por resfriado.

“Como es la Segunda B macho, hay que ver lo que cuesta” es un titular que podemos sacar de más de un partido en el Rico Pérez. Yo voy más lejos. Del encuentro frente al Atlético Baleares solo cabría sacar un análisis positivo. El equipo ha propuesto y ha superado a un rival con cierto potencial en la tabla, y con un poder económico que les debe meter entre los candidatos a jugar por todo lo alto en la tercera categoría del fútbol español.

Hasta ahí todo circula por los terrenos de la lógica, pero amigos, esto es Alicante, y desgraciadamente creo que la sentencia del match de hoy distará mucho de lo anteriormente expuesto. Desde “esto hay que hacerlo siempre porque somos el Madrid de la categoría” al clásico “es que eran muy malos” (este último uno de los favoritos de algún que otro autoproclamado gurú) pueden ser dos frases que entre esta tarde y mañana podamos ver en redes sociales, tertulias y demás lugares de opinión.

Pues no, me resisto a caer en ello. En Segunda B hay que apreciar como el oro cualquier victoria lograda, porque no, no somos el Madrid o el Barça de la categoría, más que nada porque en este pozo no hay privilegiados, es más, probable es que por sus urgencias históricas y económicas, el Hércules ocupe el vagón de los necesitados. Haríamos bien en poner los pies en el suelo, como prensa, afición y ciudad, y darnos cuenta de una vez por todas de lo que cuestan las cosas. Luego podremos estar de acuerdo o no con Tevenet, ver el estado de forma de Mainz como un problema, proponer cinco defensas, o acordarnos de Enrique Ortiz cuando truena. Pero salir de esta remando juntos debe ser una prioridad.

Más allá del desahogo personal que supone lo anteriormente confesado (tenía ganas de sacarlo, la verdad) hoy el equipo me ha gustado, me ha dejado satisfecho. Me encanta como Dalmau y Peña se incorporan al ataque en las últimas semanas. Lo del catalán es un proceso de crecimiento brutal dentro del equipo, y lo del capitán no tiene ni nombre. Que un jugador de su físico y su calidad siga en Alicante, es buena muestra de que aún hoy, cuando todo es interés económico y grandes cifras, hay jugadores comprometidos y que son capaces de arraigar y tomar cariño a unos colores y a una ciudad.

La lesión de Chechu Flores y el momento de Mainz son los borrones de una mañana nublada en lo climatológico, pero soleada en lo futbolístico. Mañana sabremos seguramente que problema ha aquejado a uno de los capitanes del conjunto de Tevenet, algo que le obligó a pedir el cambio en la primera parte. Por su parte, el delantero de Sádaba no termina de arrancar, y el diésel, de momento, no logra alcanzar la velocidad de crucero que algunos le presuponían a principio de temporada. Pero está claro que Alicante tiene más padrinos que Chicago.

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