ALICANTE. El día después de la elección de Paco Sanguino como candidato a la Alcaldía de Alicante no sirvió para despejar el futuro de la composición del cuerpo de la lista con la que los socialistas intentarán recuperar el gobierno de la segunda ciudad de la Comunitat. Todas las hipótesis siguen abiertas al respecto, pese a que Sanguino se impusiese en primera vuelta, con el 54% de los votos, gracias al aval del sector mayoritario de la agrupación, alineado en torno al exsenador Ángel Franco.
La cuestión clave que debe resolverse ahora es si en Alicante se pretende aplicar una fórmula excepcional sobre el método para configurar el cuerpo de la papeleta. La tónica general aprobada por el consell nacional del PSPV a mediados de febrero para el conjunto de agrupaciones socialistas de la Comunitat era que se convocasen las llamadas asambleas de listas entre el 18 de febrero y el 3 de marzo. En ese proceso, debían votarse listas abiertas a la inscripción de cualquier militante, lo que implicaba que los propios afiliados fuesen quienes expresasen sus preferencias sobre los nombres a incorporar en la candidatura electoral de cada municipio.
Dicha fórmula (lista abierta) ofrecería a los equipos del sanchista José Asensi y de Eva Montesinos -los sectores derrotados en la votación del domingo-, la posibilidad de plantear, promocionar y apoyar nombres de militantes afines para que formasen parte de esa futura lista. No en vano, los dos sectores juntos lograron el 45% de los votos emitidos: 190 Asensi (un 29%) y 146 Montesinos (un 19%), frente a los 403 logrados por Sanguino (el mayoritario 54%).
Esa posibilidad quedaría abortada en el caso de que se optase por establecer un trato singular y diferenciado para la definición de la lista de Alicante. Esa especificidad ya se aplicó cuando se aprobó un calendario particular para el desarrollo de las elecciones primarias en la ciudad: las que se convocaron en noviembre y acabaron suspendiéndose por el clima de enfrentamiento instaurado entre las tres candidaturas.
Después de ese primer trato diferencial (con el que se pretendía ganar tiempo para buscar un candidato de consenso) vino la suspensión de esas primeras votaciones y la convocatoria de unas segundas primarias. Y, de nuevo, se aplicó una fórmula desigual: se acordó que se celebrarían unas primarias cerradas, limitadas solo a la participación de militantes sin que pudiesen votar simpatizantes ni el resto de la ciudadanía. Así que, la opción de ir a una asamblea con lista cerrada propuesta por la ejecutiva local supondría continuar en esa senda de la excepcionalidad.
La clave principal por desentrañar sobre la configuración del cuerpo de la papeleta es si se optará por una votación con lista abierta o cerrada
Por lo pronto, hasta este lunes las fuentes del PSPV-PSOE consultadas no pudieron precisar con certeza ni la fecha en la que podría celebrarse esa asamblea, ni bajo qué criterios podría desarrollarse: lista abierta o cerrada. Sí se da por hecho, en cualquier caso, que esa asamblea debe celebrarse antes del 8 de marzo, ya que es el plazo en el que la dirección provincial debe pronunciarse sobre las listas de todos los municipios. En todo caso, las posibles disputas que pudiesen desencadenarse antes de esa asamblea podrían disiparse en el caso de que existiese una negociación para pactar una papeleta con presencia de representantes de todas las sensibilidades. Sería una opción que, además, permitiría consensuar nombres en el resto de listas que se deben confeccionar ahora, ante la coincidencia de tres elecciones distintas (sin contar las europeas): generales, autonómicas y municipales.
En principio, todo parece indicar que tanto los sanchistas como los partidarios de Montesinos tratarán de lanzar los nombres de algunas de las personas que, a su juicio, deberían formar parte de esa candidatura, en reconocimiento a la cuota de representación de cada sector en el conjunto de la agrupación. Ese escenario se dará tanto si hay listas abiertas como si se plantea negociar una candidatura de consenso.
No obstante, de no haber acuerdo, el sector alineado en torno a Franco volvería a jugar sus cartas y defendería su posición mayoritaria en esa nueva votación en "otro ejercicio de democracia con total limpieza". Así, entre los representantes de esa sensibilidad consultados por Alicante Plaza se sostiene que no se trata de que el 45% de los militantes no hayan votado a Sanguino, sino de que el 81% de la agrupación no apoyó a Montesinos y que el 75% tampoco secundó a Asensi.
Así, se contaría con la baza de la división del voto entre esas dos sensibilidades para mantener la posición mayoritaria que ya se reflejó el domingo. Es más, las mismas fuentes señalaron que, en último término, también podrían hacer uso de la prerrogativa que el reglamento ofrece al candidato: la capacidad de enmendar la lista aprobada en asamblea para modificar el orden de los nombres que se incorporen.