ALICANTE. Los empresarios de la provincia de Alicante esperan aumentar su facturación en 2022 respecto al ejercicio anterior y son más optimistas respecto a la evolución de la pandemia, pero sin embargo la crisis de precios y la incertidumbre sobre el escenario macro lleva a las empresas a contener la reinversión de sus ingresos. Es la paradójica conclusión que arroja la oleada La oleada de enero de 2022 del Observatorio de la Expectativa Empresarial (OEXA), elaborado por el Observatorio Económico de Alicante y la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (Uepal), que cada trimestre publica en exclusiva Alicante Plaza (que además forma parte del panel de empresas encuestadas).
Los autores del estudio, José Antonio Trigueros y Juan Seguí, explican que "la expectativa de los ingresos aumenta, pero sin embargo ese optimismo no se refleja en la inversión". Esto se debe a que "la percepción de este periodo inflacionista es más preocupante" que hace tres meses, al haberse constatado que no era algo coyuntural. Así, aproximadamente una tercera parte de los empresarios encuestados considera que sus ingresos se reducirán ligeramente en los próximos doce meses, mientras el 66% restante considera que se mantendrán igual o se incrementarán. "Los datos siguen desplazándose a posiciones positivas, lo que refleja la sensación de avance".
Sin embargo, solo un 37,5% de los encuestados avatrnza su intención de acometer inversiones a medio y largo plazo, mientras que el 62,5% restante rechaza esta posibilidad. Hace tres meses, los empresarios que planeaban acometer inversiones para impulsar su actividad era del 44,4%, por lo que la tendencia es negativa. "Puede ser debido al periodo inflacionista en que nos encontramos", indican los autores.
Otros datos que arroja la encuesta de este trimestre es que la percepción sobre la situación económica del país se desplaza a valores positivos, aunque casi la mitad de los encuestados la sigue suspendiendo. O que el 80% de los empresarios considera que es el momento de 'gripalizar' el coronavirus y pasar a considerarlo una enfermedad endémica ya en este 2022 (el 20% restante apunta a 2023). También que dos terceras partes de las empresas rechaza el teletrabajo, una vez que no es forzoso.
En cuanto a la crisis de precios, "está claro que la percepción negativa sobre la influencia de la inflación es cada vez más acusada". Así, el 100% de los encuestados señala que la actual crisis inflacionista afecta de alguna manera a su negocio de una u otra forma, cuando hace un trimestre eran la mitad de las empresas las afectadas. Apenas un 12% asegura que la crisis de abastecimiento le ha afectado poco o nada, y en el caso del precio de la energía, son solo un 4% los que afirman no sufrir su impacto.
El director del Observatorio Económico, José Antonio Trigueros, considera que lo más destacable de esta oleada es "la incertidumbre sobre el contexto macro, con una preocupante paradoja: casi la única función del BCE es el control de precios, y ahora estamos en una trampa de la que es difícil salir". Trigueros advierte de que subir los tipos, como "marca la teoría que hay que hacer en un contexto inflacionista, puede suponer un palo a la recuperación; lo más importante es despejar las dudas, y no perder de vista que estamos en máximos históricos de deuda".
El vicepresidente de Uepal, César Quintanilla, por su parte, señala que "los empresarios estamos muy preocupados por los costes energéticos, el abastecimiento, los fletes internacionales, el encarecimiento general, el IPC está subiendo los costes y los márgenes están empequeñeciéndose a limites que no se pueden soportar. No se puede aplicar esa subida en precios. También estamos muy preocupados por las incertidumbres internacionales como el conflicto en Ucrania, porque, aunque las perspectivas son buenas, cada vez vemos existen más asuntos que puede afectar a los mercados en un momento dado”