ALICANTE. Los empresarios de la provincia de Alicante se muestran poco optimistas respecto a la situación económica a corto plazo y su evolución futura. Hasta el punto que pocos son los que esperan que la facturación de su empresa mejore en 2020 respecto al año pasado, y aunque asumen que tienen que llevar a cabo inversiones sobre todo relacionadas con la transformación digital, casi ninguno cree que pueda incrementar su plantilla en los próximos meses.
Estas son las principales conclusiones de la primera oleada del Observatorio de la Expectativa Empresarial de la Provincia de Alicante (OEXA), una iniciativa puesta en marcha por la patronal Uepal y el Observatorio Económico de Alicante con la intención de convertirse en un observatorio permanente sobre el pulso de las empresas de la provincia. Para ello, se ha aprovechado la implantación territorial de Uepal (aunque la mayoría de los encuestados son de la capital) para obtener una imagen lo más fiel posible de la percepción que sobre la marcha de la economía tienen sus 30.000 empresas asociadas.
Dado que los resultados del OEXA se publicarán una vez por trimestre, con el tiempo esta iniciativa permitirá medir la evolución de la expectativa empresarial en la provincia. En cualquier caso, esta primera oleada (cuarto trimestre de 2019), que publica en exclusiva Alicante Plaza, ya deja entrever que las empresas de la provincia se preparan para una desaceleración del crecimiento de los últimos años.
La opinión sobre la situación política de los encuestados es mala, y eso perjudica a las empresas. La expectativa sobre los ingresos, en cambio, es prudente pero no pesimista. Algo más del 40% de los empresarios entrevistados tiene previsto acometer inversiones, pero esta inversión no se va a traducir en empleo, puesto que menos del 15% cree que aumentará su plantilla a medio plazo. El área de interés se centra en la transformación digital en más del 90% de estas empresas. Como una de las conclusiones más relevantes, la inmensa mayoría de los empresarios de Alicante tiene una visión negativa del futuro, que obviamente afecta a sus decisiones.
A pesar de la pésima opinión sobre la situación política (más del 25% la juzga como muy mala), la expectativa sobre los ingresos se sitúa en el valor intermedio (los que esperan ingresar más o menos lo mismo que en 2019), aunque el porcentaje de empresas en los valores positivos es claramente inferior a los negativos, como muestra el gráfico al inicio de esta información. Pese a todo, el 41,5% de los encuestados tiene intención de realizar inversiones este año, frente al 58,5% que lo descarta de plano. "De esto se desprende una desvinculación de la consecuencia política", indica el coordinador del estudio, José Antonio Trigueros.
Sin embargo, en contra de estos datos relativamente favorables a acometer inversiones, la siguiente respuesta anticipa que este esfuerzo no se traducirá en más empleo, puesto que solo un 13,2% de las empresas participantes en el estudio cree que contratará a más personal a corto plazo. "Puede ser un dato que muestre las consecuencias de la subida del salario mínimo", indican los autores del estudio, pero "habrá que profundizar con entrevistas personales". Por contra, más del 92,5% considera importante la transformación digital en su sector, lo que podría explicar a qué va a dedicarse la inversión este año, dado que no será a aumentar plantilla. Sin embargo, "la mayoría centran el área de interés en la sección comercial, es decir, en la comunicación y la venta a través de internet".
En cuanto a los factores competitivos que consideran estratégicos, y pese a la fuerte segmentación, destaca el entorno geográfico para el 32,1%, seguido del acceso a mano de obra cualificada y la digitalización, con un 18,9% cada una. El 13,2% destaca las facilidades burocráticas de la Administración como factor clave, y de forma testimonial se apuntan otras claves como la oferta formativa, las infraestructuras de la provincia o el acceso al crédito. Como comentarios adicionales (en una pregunta con respuesta abierta) se alude a la inestabilidad del Gobierno, el Brexit, la guerra comercial y el agua como preocupaciones recurrentes. En general, se augura un menor crecimiento.
La encuesta se cerró el pasado 31 de diciembre, y el 89% de las empresas participantes son del sector servicios, frente a un 11% de la industria y ninguna agrícola. Casi el 15% de los encuestados se encuentra en Alicante ciudad, aunque hay representación de toda la provincia. La muestra se ha obtenido de forma aleatoria, mediante muestreo estratificado. La intención es mejorar continuamente el contenido y la metodología, ampliar la participación y el tamaño de la muestra. "El estudio trata de recoger y medir las expectativas de los empresarios sobre la situación socioeconómica y su impacto. Al final, las expectativas son una variable fundamental en el mercado y es importante conocer qué mueve a las empresas de la provincia", explica el presidente de Uepal, Juan José Sellés.