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antes de la junta de accionistas en la que se fracturó la familia

Los dividendos de la discordia en la familia Sala: 1,8 millones por las ganancias de 2015

14/07/2017 - 

ALICANTE. La división en la familia Sala Martínez que estalló tres meses antes del asesinato de la matriarca, Carmen Martínez, en diciembre pasado, venía larvándose de lejos por las diferencias entre los hermanos sobre la gestión del imperio empresarial heredado de su padre. La gota que colmó el vaso, según algunas declaraciones ante la Policía y el juez que investigan el crimen, fue supuestamente la negativa de la matriarca y de su hijo primogénito (por entonces presidente del consejo de administración integrado por toda la familia), Vicente Sala junior, de repartir dividendos.

Esa negativa, según esta versión de los hechos, es la que hizo estallar a las tres hijas de la víctima, María del Mar, Antonia y Fuensanta Sala Martínez), que en septiembre hicieron valer su 60% conjunto de las acciones para destituir a su hermano varón como presidente del consejo del holding Samar Internacional S.L. y nombrar en su lugar a María del Mar, la mayor de las hijas. Una situación que se revertiría en octubre, cuando Carmen Martínez usó su 'acción de oro' para anular la decisión de la junta de accionistas, disolver el consejo de administración y nombrar a su hijo varón como administrador único de la sociedad matriz, de la que pende el resto del imperio empresarial.

Las cuentas consolidadas de Samar Internacional relativas al año 2015, que incluyen tanto los resultados de la sociedad matriz del grupo como del resto de empresas que penden de éstan (casi una veintena, la mayoría en el extranjero), reflejan sin embargo que estaba previsto el reparto de casi 1,8 millones de euros en dividendos, a cuenta tanto de los beneficios de la sociedad matriz como de una parte de las reservas voluntarias. La memoria de las cuentas firmada por los cinco miembros del consejo (la madre y los cuatro hermanos) señala que esta era la propuesta de distribución del resultado de 2015 que se iba a llevar a la junta de accionistas, donde además de los cinco miembros de la familia estaba también la hermana de la víctima, con un 2,5% testimonial.

Esos 1,8 millones de euros iban a salir de los beneficios de la sociedad dominante del grupo (Samar Internacional S.L.), que fueron de 1.525.980 euros, y de otros 259.677 euros de la reserva voluntaria, de la que la empresa puede disponer libremente, por ejemplo, para repartir beneficios. De esta forma, cada uno de los hermanos se habría embolsado 360.000 euros a cuenta del beneficio de la sociedad.

Como adelantó ayer Alicante Plaza, el grupo que gestiona el negocio de los plásticos al que se dedica la familia en medio mundo facturó 256,7 millones de euros durante el año 2015 a través de todas sus sociedades dependientes, y arrojó un beneficio consolidado de 8 millones de euros. La empresa del entramado que más contribuyó al buen dato fue SM Resinas Argentina S.A., con 4,7 millones de euros de beneficio neto. Samar Internacional S.L. como sociedad independiente obtuvo los citados 1,5 millones de beneficio, y la española SM Resinas S.L. aportó más de 1 millón. Las cifras suponen un notable incremento tanto en el volumen de negocio como en el resultado del ejercicio respecto al año 2014: el holding facturó un 6% más, y el beneficio consolidado del grupo se incrementó en un 37% al pasar de 5,92 millones a los citados 8,14 millones: un 37% más.

Supuestamente, según algunos testimonios ante el juez, incluido el del único detenido por el crimen, Miguel López (casado con la hermana menor de la familia, Fuensanta, y gerente hasta su arresto del concesionario Novocar donde murió su suegra), esos dividendos aprobados por el consejo no se llegaron a repartir porque la matriarca del clan cambió de idea, y prefirió asignar a sus hijos un salario por sus funciones en la empresa en lugar de repartir beneficios. Las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, en cambio (que por fuerza, para registrarse, han debido ser aprobadas por los accionistas) reflejan que esa propuesta de reparto de dividendos se aprobó.

Sea como fuere, el ambiente en la finca familiar de los Sala comenzó a subir de temperatura en otoño con el enfrentamiento entre la madre y el hijo varón, por un lado, y las tres hermanas, por otro. El asesinato de Carmen Martínez en diciembre y la investigación policial posterior destaparon las desavenencias en el seno familiar, que hasta entonces habían permanecido ocultas. Esas desavenencias son, de hecho, el móvil que atribuyen la Policía y el fiscal al único detenido (también Vicente Sala, como acusación particular). La investigación judicial sigue tratando de determinar lo que pasó.

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