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Los vecinos protestan mientras el compromiso es acabar el 15 de febrero

Lío en Elche con las obras de García Ferrández: protesta vecinal, lentitud en el plazo e impacto en el comercio

13/01/2025 - 

ELCHE. Una calle levantada por obras durante siete meses, desde julio —por la renovación previa de alcantarillado de Aigües d'Elx—, caídas en la vía pública por zanjas y obstáculos, negocios que han reducido su actividad o incluso se han marchado según aseguran los vecinos, y una primera fase de obra que va con retraso. Es lo que está sucediendo en la actuación de plataforma única que se está acometiendo en la vía José García Ferrández, entre las Chimeneas y Plaza Madrid. Primer tramo de una obra que incide sobre 1,2 kilómetros cuadrados.

Compromiso de final de la primera fase: 15 de febrero

Una situación que ha llevado al vecindario al hartazgo, hasta el punto de que habían convocado una manifestación para este lunes a las 12:00 horas. Finalmente no ha tenido lugar porque han acudido el concejal de Servicios Públicos, Claudio Guilabert, la edil de Distritos, Loli Serna, y el propio alcalde, Pablo Ruz. Tras hablar con ellos y con el delegado de CHM adjudicataria de las obras por 1,2 millones de euros— en la zona, también presente, el compromiso es finalizar esta primera parte, hasta la rotonda, el 15 de febrero. El compromiso con los vecinos era el 31 de diciembre.

La obra total, que fue adjudicada por más de un millón de euros, tiene una duración prevista de 9 meses. Empezó el pasado 23 de septiembre, pero la previsión inicial era la de acabar el primer tramo el 31 de diciembre. Fecha que ya se está rebasando y que sobre todo por la forma, está generando mucho cabreo entre vecinos y vecinas, así como comerciantes. Sumado a que ya habían empezado obras previamente en julio por parte de Aigües d'Elx, como ya se ha hecho en otras obras en calles, para aprovechar y renovar la red de alcantarillado. Así que ya llevan casi siete meses acumulados de obras.


Quejas: tiempo de obras, falta de seguridad y pocos peones

Entre las principales, quejas, la principal el tiempo, porque se están estirando los plazos, y más allá de las molestias de unas obras en la puerta de casa, está suponiendo que negocios que casi van al día, se están resintiendo. Un establecimiento inmobiliario regentado por un autónomo se ha marchado ya por no poder aguantar más, la panadería y floristería han bajado clientela, así como la tienda de vestidos de novia Carmen Machado, cuya propietaria fue de las que habló con el regidor para que acudiera a ver las obras, y otro negocio de la esquina habría incluso reducido la plantilla porque tampoco entra gente.

A ello se suma la seguridad, uno de los temas que más ha dado que hablar, explica Kiko, propietario de Tattoo Atack. "Han sido varias las caídas y lesiones porque la calle estaba abierta y sin vallar", lo que ha hecho que estos días se hayan visto caídas, lesiones e impedimentos para pasar por algunas zonas, tanto personas mayores como adultos con niños, indica mientras muestra un vídeo grabado con el móvil. Aunque en su establecimiento no hay problemas para entrar, se preocupa por el resto de comercios. Hace escasos días, la calle estaba abierta al tráfico, ahora sí está cerrada. Y otra diferencia es que este lunes había hasta catorce operarios trabajando —coincidiendo con la visita del alcalde—. Uno de los motivos que apuntaban los vecinos tanto al regidor y edil como al representante de la empresa era que a diario había solo dos, tres o cuatro. 

Subcontrataciones

El representante de la adjudicataria se ha comprometido ante vecinos y Ruz a que se seguiría este ritmo, con los catorce operarios, para finalizar ese 15 de febrero. "Con arbolado, el viario listo y las farolas nuevas", le apostillaba el alcalde ante todos para que quedara constancia del compromiso y la exigencia. La empresa tenía subcontratada a otra compañía, algo bastante frecuente en la obra pública, pero ha rescindido con ella, según trasladaba a vecinos y autoridades presentes. Según los afectados, "quitan y reponen lo mismo varias veces", algo que aseguran han visto varias veces durante estos meses. Rehaciendo lo ya hecho. "Había operarios que no sabían lo que tenían que hacer", decía alguno. Con todo, desde la empresa justificaban a Ruz y Guilabert que han surgido problemas imprevistos por ejemplo con acometidas.

La asistencia del alcalde sofoca la convocatoria de manifestación

Por su parte, primero el concejal y después el alcalde, intentaban aplacar a los vecinos, muy cabreados, por la situación. Han asistido más de una veintena, más el resto de curiosos que había mirando, junto a un notable dispositivo policial ya que había convocatoria de manifestación. Así estaba acordado en la reunión vecinal del viernes. Sin embargo, la confirmación de que asistiera el regidor ha evitado la manifestación. Guilabert por un lado insistía en que la obra tiene unos plazos, que ahora estaban en la primera fase, y que "estamos dando la cara", junto a su compromiso de acudir a diario si hacía falta para comprobar el ritmo de las obras. 


Eso mientras visitaban también algunos acabados de las aceras, porque había quejas de todo tipo, desde malas soluciones que no encajaban con la entradas a comercios, a baldosas que estaban sueltas. Si bien la obra aún no ha finalizado y son cuestiones a solucionar. Guilabert también les informaba de lo que es la plataforma única —la alineación a la misma altura de acera y calzada— porque no había tampoco satisfacción con la anchura resultante de algunas aceras. El alcalde también visitando esas zonas que denunciaban estaban mal acabadas, se ponía a escuchar para trasladar in situ a la empresa que la situación no podía volver a repetirse. O recordar a los vecinos que es una inversión importante y que no se había hecho ninguna en años.

En algún caso, incluso alguno de los vecinos apuntaba a que era militante del Partido Popular, "pero da igual el partido, estamos empantanados desde julio, si se ha hecho mal, se ha hecho mal". La mayoría manifestaba que no era una cuestión partidista, sino que tocaba hacerlo bien. Aunque el hartazgo, obviamente, iba por casas. Alguno decía estar harto "de unos y de otros, de todos, después vendréis para que os votemos". 

La 'Olegario Domarco Seller' de PP y Vox

Así pues, finalmente, el 15 de febrero es la fecha de marras, el límite para que la compañía culmine una primera fase que se ha atragantado. De un total de 9 meses, después tocaría la otra parte al otro lado de la Plaza Madrid. Por su parte, el Ejecutivo local se afana a acelerar y evitar más problemas, sabedores de que son precisamente estas cuestiones las que más enfado generan. 

Mientras que PSOE y Compromís se enfrentaron a una situación similar con la peatonalización de Olegario Domarco Seller, donde también hubo muchos meses de obra, algún cierre de comercio y concentración; ahora con PP y Vox ocurre una situación idéntica. Tras identificar el bipartito esas cuestiones del día a día que son clave para muchos vecinos, son también las que pueden generar desgaste político o desafección. Por ahora, todos expectantes, también los comerciantes, que piensan en el día después, sin opción de dejar los coches en segunda fila, como se lamentaba una de ellas, ya que creen que es un handicap a la hora de que se consuma en sus negocios. Aunque con el tiempo, como se ha visto en la Corredora, que también generó protestas entonces de comerciantes y oposición por su oposición al proyecto, el efecto suele ser el contrario.

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