ALICANTE. La juguetera Injusa (Industrial Juguetera S.A.), especializada en los vehículos de juguete y correpasillos para niños, es otra de las enseñas del sector que ha acusado la caída de la demanda en los últimos años. En el ejercicio 2015-2016, según las cuentas de la firma depositadas en el Registro Mercantil, su volumen de negocio se contrajo un 4%. Y la caída no es atribuible solo a la demanda interna, sino también, según se reconoce en el informe de gestión, a las exportaciones.
Así, Injusa ingresó de marzo de 2015 a marzo de 2016 (cuando cierran sus ejercicios contables las empresas del sector juguetero) un total de 15.693.959 euros por las ventas de sus productos, cuando durante el ejercicio anterior la facturación había alcanzado los 16.418.284 euros, según las cuentas. Una caída del 4% que el informe de gestión atribuye a "una reducción tanto en el mercado doméstico como en las exportaciones". Sin embargo, "ésta disminución de las ventas se encuentra muy localizada, no suponiendo un cambio de tendencia en modo alguno".
La empresa que dirige Luis Berbegal espera "una evolución positiva de la cifra de negocio en los próximos ejercicios, a pesar de la situación económica actual". No obstante, "todavía somos conscientes que la economía internacional continúa en crisis, lo cual implica que debemos extremar nuestras precauciones". Otro riesgo al que se enfrenta Injusa, como la mayoría de jugueteros radicados en la provincia de Alicante, es la moneda habitual con la que realizan sus transacciones: el dólar americano y la libra esterlina. El informe advierte de que "una gran parte de nuestro negocio es realizado en estas dos monedas", sometidas a los vaivenes de la geopolítica internacional en las últimas semanas, con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y el 'efecto Brexit' en el Reino Unido.
Injusa, que volvió a implantar todo su proceso productivo en Ibi en 2010 tras haber probado suerte en China durante la fase de deslocalización del juguete, avanza en su informe que "para este próximo ejercicio la empresa continuará con su política de ajustes y redimensionamiento con la finalidad de adaptarnos definitivamente a la realidad de la empresa". Sin embargo, al mismo tiempo indica que "ha iniciado un plan de ampliación, modernización y eficiencia energética de sus activos a medio plazo". Eso sí, "todos los proyectos de ampliación y construcción de nuevas plantas han sido finalizados o bien detenidos" hasta consolidar la recuperación.
Pese a la caída de las ventas, Injusa cerró el ejercicio con un beneficio mayor al de 2014-2015. Si hace dos años la juguetera obtuvo un resultado positivo de 62.827 euros, en el último ejercicio dobló ese beneficio hasta los 180.096 euros. La clave, la reducción de los gastos financieros prácticamente en la misma medida en que se incrementó el resultado final: de los casi 200.000 euros de gasto que ocasionó su deuda hace dos años se ha pasado a los apenas 130.000 del último ejercicio. Injusa, según la memoria, destinó el beneficio íntegro a las reservas voluntarias, por lo que no se repartieron dividendos.
Injusa, fundada en 1947, se ha convertido en una de las marcas más reconocidas del sector del juguete, no solo por su decisión de implantar el 100% del proceso productivo en España (cuando el coste de producción comenzó a elevarse en China), sino porque cuenta con varias licencias de personajes infantiles para sus productos. Así, recientemente ha firmado un acuerdo con Toys'R'Us para la distribución en exclusiva en toda Europa de juguetes con la licencia de La Patrulla Canina. También tiene en cartera a Spiderman, Frozen o los Minions, entre otros muchos.
Paraójicamente, pese a haber regresado de China, el gigante asiático se ha convertido en uno de sus mercados exteriores preferentes fuera de Europa. Injusa ha obtenido el certificado CCC, obligatorio para poder introducir sus productos en China, y espera crecer un 15% gracias al mercado asiático en los próximos años.