ORIHUELA. La Confederación Hidrográfica del Segura ha trasladado este miércoles a los alcaldes y alcaldes de la comarca de la Vega Baja sus líneas de trabajo para evitar que futuras lluvias torrenciales provoquen las inundaciones como las de septiembre de 2019 y con ellas los graves daños y pérdidas económicas que dejó en la mayoría de municipios de la comarca. Estas actuaciones se enmarcan en la revisión y actualización del Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones (PGRI) de segundo ciclo, para el periodo 2022-2027 y el Plan de Defensas contra Avenidas en la Vega Baja. Sin concretar presupuesto ni plazos, el presidente de la CHS, Mario Urrea, en declaración a los medios de comunicación antes de la sesión informativa indicaba que las actuaciones prioritarias y de máxima urgencia se reducen a tres: una sobre la rambla de Tabala, otra en el canal de la rambla de Abanilla al embalse de Santomera y una tercera dirigida a los corredores verdes.
El salón de actos de la CAM, en Orihuela, acogía este encuentro en el que participaron además de alcaldes y alcaldesas, algunos concejales, personal de la administración autonómica y técnicos del organismo, encargados de esbozar las líneas generales PGRI. La actualización de este plan se encuentra en periodo de información pública. De este modo, desde la CHS han querido aplicar esa información pública con los representantes municipales, gesto que ha agradecido el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana al presidente de la CHS, Mario Urrea.
En cuanto a las actuaciones. Urrea ha citado como primera actuación la presa de Tabala. Se trata de una actuación que se viene solicitando tanto desde núcleos urbanos murcianos –limítrofes con la provincia de Alicante- como desde la Vega Baja. De hecho, la infraestructura está proyectada desde hace décadas pero nunca llegó a ejecutarse. Esta rambla aporta agua al río Segura antes de su paso por la ciudad de Orihuela. En septiembre de 2019, las grandes avenidas de agua que traía este cauce junto con el de Abanilla favoreció la inundación del término municipal de Orihuela.
La segunda de las actuaciones primordiales señaladas por Urrea se centra en la rambla de Abanilla. La necesidad de esta obra ha protagonizado los numerosos foros, conclusiones de informes y de comisiones de análisis tras las inundaciones de 2019. La CHS ampliará y mejorará las canalizaciones que conectan esta rambla con el embalse de Santomera. El reciente dictamen de la comisión especial de Les Corts de Medidas de Prevención de Riesgo de Inundación en la Vega Baja indica como aspecto crítico la falta de drenaje, mantenimiento y conservación del azud de la rambla de Abanilla, con el que se conecta con el embalse de Santomera. Unos azudes que perdieron su mantenimiento con la llegada de los canales y el agua del trasvase Tajo-Segura. El dique de más de 200 m para retener las aguas y canalizarlas, señala el dictamen, “está totalmente colmatado de sedimento y vegetación y no cumple su función”. En la Dana de 2019 se derivaron 200 litros por segundo, según los datos de la CHS, hasta que se alcanzó el máximo embalsable.
La tercera de las actuaciones ya cuenta, desde dos líneas distintas, con el apoyo autonómico. Se trata de la creación de corredores verdes o hidráulicos. Se trata de unos espacios en el margen del río Segura cuya función sea la de acoger, captar y por tanto controlar los caudales excedentes que lleguen tanto por el propio río como ramblas y azarbes. El dictamen de la comisión de Les Corts ya lo recoge pero quien lo viene estudiando con detalle desde el año pasado es la Dirección General del Agua de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente. Con esta infraestructura se permitirá desaguar con mayor premura ante agresivas avenidas de agua y “aliviar los pueblos y las escorrentías de la sierra”, señalaba Urrea. Esas aguas, añadía, desembocarían en el Hondo.
Reconoce que la ejecución de esas actuaciones comportará una tramitación ambiental delicada pero una vez ejecutadas, asegura que mejorará “muchísimo” la situación de la comarca. Bascuñana tomó el alegato de Urrea donde enfatizaba la necesidad de que todas las administraciones mostraran su apoyo. El primer edil oriolano resaltó la necesidad de que todas las medidas recogidas y analizadas se conviertan en realidad, no solo para las lluvias y temporales moderados, como se citó en la reunión, sino también para los agresivos, como en 2019.
El presidente de la CHS remarcó como prioritarias y de mayor viabilidad estas actuaciones para el periodo 2022-2027, aunque dejó entrever que no iría en detrimento de llevar a cabo otras actuaciones. Al mismo tiempo señalaba que no se podrán ejecutar todas las que recoge el PGRI en este periodo de tiempo –de 2022 a 2027-, “pero sí la mayoría”.
Ese Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones de la Demarcación Hidrográfica del Segura lleva consigo un presupuesto que asciende a 644,07 millones de euros para invertir en las actuaciones que se lleven a cabo de 2022 a 2027.