ALICANTE. La Villa Universitaria de San Vicente del Raspeig, probablemente el activo más 'sensible' de los que formaban parte de la liquidación de la constructora alicantina Grupo Santa Ana, tiene nuevo dueño: según han confirmado a Alicante Plaza fuentes conocedoras de la operación, el juez de lo Mercantil que tutela el concurso con liquidación de Consorcio Empresarial San Vicente Sur (filial de Santa Ana propietaria del inmueble) ha adjudicado la Villa al Grupo El Castillo. Si se cumplen los plazos, todo apunta a que el nuevo propietario entrará a administrar la residencia de estudiantes en diciembre.
Como adelantó en exclusiva este diario en septiembre, la propuesta de Grupo El Castillo era la mejor valorada en el informe del administrador concursal, frente a la segunda oferta que llegó desde el fondo de inversión español Stoneshield Capital, una gestora constituida a principios de año con 300 millones para invertir en el sector inmobiliario entre cuyos inversores se encuentra el magnate norteamericano Warren Buffet, y dirigido por el hijo de Patricia Botín, Felipe Morenés. Ambas ofrecían la misma cantidad, 19,7 millones de euros, pero la propuesta de la empresa adjudicataria ofrecía mejores garantías de continuidad de la actividad del centro, que era una condición indispensable para decidir la subasta, tal como ha venido destacando Alicante Plaza.
Grupo El Castillo, que presentó la oferta a través de su sociedad Moreno y Peñas Arrendamientos SL, es una empresa de origen madrileño pero asentada desde hace años en la Comunitat Valenciana, cuya principal actividad es la gestión de centros de atención a la dependencia, que dependen del área de bienestar social que dirige la vicepresidenta del Consell Mónica Oltra. De hecho, este grupo gestiona en la actualidad distintas residencias en Villena (donde está su sede en la provincia), Elda, Callosa de Segura y Crevillent. Todas en la provincia de Alicante.
El informe del administrador concursal que finalmente ha sido asumido por el juez realizaba, como ya contó este diario, un análisis comparativo de las dos ofertas, las únicas que llegaron en la segunda subasta judicial convocada en junio después de que en la primera ninguna puja alcanzase el valor mínimo de liquidación. La oferta del grupo de residencias superó al fondo en los tres parámetros analizados, al garantizar mejor el cobro de los créditos concursales, dado que establecía menos retenciones para contingencias; también el empleo actual, al comprometerse a mantenerlo durante dos años (frente al año ofrecido por Stoneshield); y por último la continuidad del negocio, al estar respaldada por un grupo con un patrimonio superior al de las empresas controladas por el fondo (que acaba de comenzar recientemente las adquisiciones).
Precisamente, como ha venido contando este diario, la continuidad de la Villa Universitaria como residencia de estudiantes era un parámetro clave para la adjudicación, al margen de la oferta económica. No en vano, el activo a adjudicar para cumplir el plan de liquidación de su propietaria actual es una residencia de estudiantes, que presta un importante servicio a la localidad y a la comunidad universitaria en torno a la UA. Un condicionante que siempre frenó a los bancos a la hora de intentar adjudicársela en la subasta.
Fuentes conocedoras del proceso de subasta destacaron que la resolución de la liquidación de la Villa (el único activo importante que tenía la mercantil disuelta) puede considerarse muy exitoso, dado que no es habitual que en este tipo de procesos se alcance un valor de liquidación tan alto. En realidad, los bancos han recuperado prácticamente todo el crédito reconocido en el concurso, según estas fuentes. Mientras, en paralelo, el juzgado ha iniciado la subasta de las propiedades que tenía la matriz del grupo Santa Ana, Coprovi, también en liquidación: unos 450 inmuebles.
Formada por un conjunto de edificios sobre una superficie de 8.000 metros cuadrados, con 390 habitaciones y 500 camas, parking propio, restaurante-buffet, salas de estudio, piscina, sala fitness, sala de TV, sala de informática y pistas deportivas, la Villa está situada a 100 metros de la entrada de la Universidad de Alicante. En el último ejercicio (2017) alcanzó una facturación de 3,18 millones de euros, con un Ebitda positivo de 0,9 millones. Para 2018, la previsión apuntaba a un Ebitda de 1,3 millones.