ALICANTE. Una importante operación inmobiliaria en Guardamar del Segura, con el Obispado de Alicante como protagonista, ha saltado por los aires tras un año de negociaciones rodeado de una fuerte polémica, al cambiar las condiciones en el último segundo un 'corredor' que actuaba supuestamente en nombre del ecónomo de la Diócesis, Francisco Martínez. La promotora alicantina que iba a adquirir el solar donde se levanta el campamento de la Fundación San José Obrero, MPC Group, del conocido empresario Manuel Pertusa, se ha retirado de la operación tras la aparición del citado 'corredor' y su intento de elevar el precio de la transacción, según confirman fuentes de la mercantil.
La negociación arrancó hace un año, y pese a las dificultades para este tipo de contactos impuestas por la pandemia, parecía haber llegado a buen puerto el pasado mes de diciembre, cuando tras varios tira y afloja, Diócesis y MPC Group habían cerrado un acuerdo en torno al precio. Inicialmente la Iglesia pedía 2 millones de euros por el solar, de más de 8.000 metros cuadrados y situado entre la carretera N-332 y la playa. El suelo está calificado como urbano y permite levantar dos alturas, según el planeamiento de la localidad. De hecho, a uno y otro lado se levantan urbanizaciones formadas por viviendas unifamiliares.
A lo largo de la negociación, que MPC Group llevó a cabo directamente con el ecónomo de la Diócesis, encargado de administrar los activos de la Iglesia en la provincia e intentar rentabilizarlos, el grupo de Manuel Pertusa logró rebajar el precio de salida para asumir, con la diferencia, los costes asociados a la urbanización de la zona y los trámites con Carreteras o la CHJ, entre otros. Con ese acuerdo se llegó al momento de escriturar en notaría. Pero entonces, según relatan las mismas fuentes, apareció el 'corredor' enviado por el ecónomo, que en una conversación telefónica modificó al alza las condiciones pactadas entre la promotora y el ecónomo.
Pertusa y este 'corredor' no identificado mantuvieron al menos dos conversaciones, según ha podido constatar este periódico, en las cuales el intermediario que decía actuar en nombre del ecónomo aplicó un sobrecoste al precio inicialmente pactado, lo que terminó por romper el acuerdo. Según MPC Group, el 'corredor' aseguró que la Diócesis tenía una oferta de otro posible comprador por el nuevo precio, y ofrecía al promotor de la Vega Baja mantener el acuerdo si elevaba el precio. Unas condiciones a las que Pertusa, tras un año de negociación directa con el ecónomo, se negó. "Nunca estuvimos en una subasta, era una negociación directa, y tras un año para cerrar el acuerdo, aparece un 'corredor' el último día y lo cambia todo. Nos negamos", explican estas fuentes.
Este diario se ha puesto en contacto con el Obispado de Alicante-Orihuela para intentar recabar su versión de los hechos. A través de una portavoz, se trasladó específicamente la pregunta sobre en qué situación se encontraba la negociación y si se había roto por el cambio de última hora aplicado por el 'corredor'. No obstante, desde la Diócesis explicaron que "por ahora no se van a realizar declaraciones en torno a este asunto". El pasado 29 de diciembre, después de que Pertusa ya se hubiera retirado, el periódico Información publicó que la Iglesia negociaba la venta del campamento de Guardamar, supuestamente con dos empresas, pero también que "no se ha vendido".
El suelo sobre el que se levanta el campamento La Mata, propiedad de la Fundación San José Obrero (dependiente de la Diócesis de Alicante-Orihuela), que gestiona el colegio del mismo nombre abierto en los años cincuenta en Orihuela, fue adquirido en 1962 gracias a la donación de un particular. El campamento o albergue es una más de las herramientas que usa la Fundación en su labor de atención a menores en desamparo o situación de exclusión.
El terreno sobre el que se levanta el campamento, muy cerca de la laguna de La Mata, de la que toma su nombre, está delimitado por la carretera nacional por un lado, y por la pinada y las dunas de Guardamar al otro, justo antes de la playa. En los solares contiguos a sus 8.000 metros cuadrados se levantan varias viviendas unifamiliares. Pese a los largos años en que ha servido como albergue para los menores del colegio de Orihuela tutelados por la Fundación, Francisco Martínez, encargado como ecónomo de administrar las cuentas de la Diócesis, lo puso a la venta hace un año para tratar de captar recursos, fruto de una estrategia para rentabilizar activos de la Iglesia que lo ha llevado en los últimos años, por ejemplo, a vender el antiguo asilo de Benalúa para abrir un hospital privado.
Precisamente, el Arzobispado de Valencia anunció hace unas semanas que va a constituir una Fundación con la que articulará la venta de algunos bienes que forman parte de su patrimonio (tanto obras de arte como bienes inmuebles), para captar recursos que destinará a la atención de los más necesitados.