ALICANTE. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) anunciaba este lunes, tras la reunión con los presidentes de las Federaciones Territoriales, que su intención es la de que el fútbol no profesional vuelva a competir de manera "urgente" pero no concretaba cuándo.
En un comunicado, la RFEF calificaba de "completamente falso" que haya propuesto retrasar el inicio de las competiciones deportivas "al mes de enero o más adelante" e incluso hablaba de campaña de desinformación; reiteraba "una vez más que su preocupación principal es la salud de todos los federados y gente del mundo del fútbol: futbolistas, árbitros, entrenadores, auxiliares y miembros de los clubes, así como de sus familias y su entorno próximo"; y abogaba por "un plan transversal", en el que se involucren las Territoriales y los poderes públicos, que aporte la máximas "garantías sanitarias y jurídicas", haciéndolas compatibles "con la vuelta de las competiciones de manera inminente".
La vehemencia del comunicado de la RFEF, en lo que al desmentido sobre su intención de posponer la competición a enero se refiere, contrastaba con que lo hiciera la tarde del lunes, después de casi tres días en los que no solo voces más que autorizadas y nada sospechosas apuntaron si titubeos a que esa era la intención de Luis Rubiales, también que futbolistas, entrenadores, sindicatos y asociaciones de clubes se posicionaran en contra, llegando en algunos casos a amenazar con medidas de fuerza.
Es evidente que la RFEF, al ver la reacción de todos los agentes implicados, decidió levantar el pie y, como ya viene siendo habitual, buscar el abrigo del poder ejecutivo: en el caso que nos ocupa, tanto de las Comunidades Autónomas como del Gobierno central (de un Consejo Superior de Deportes que muchas veces está detrás de sus peculiares decisiones). Desde Las Rozas no hicieron este lunes otra cosa que remitirse a las autoridades sanitarias (dentro de la nueva normalidad son los gobiernos autonómicos los que tienen la competencia en la materia) y a lo que estas determinen para pueda volver el fútbol no profesional. Además de abogar por el inicio lo antes posible de la competición, siempre y cuando haya un protocolo sanitario consensuado con la Administración, el único compromiso que contrajo públicamente la RFEF este lunes fue el de comunicar a los clubes el comienzo de la temporada con al menos 30 días de antelación.