ELCHE. Tras el traslado de Stoller Europe a Elche Parque Empresarial con todo el equipo, tanto oficinas como la nave de producción de los fertilizantes, la sede de la nueva compañía se encuentra ahora mismo en construcción, aunque aún hay varios trámites que está pasando. Uno de ellos es el informe de impacto ambiental, que ya ha obtenido el visto bueno favorable de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. No obstante, se propone un plan de vigilancia ambiental para el seguimiento de
las medidas preventivas correctoras propuestas y la comprobación de
su eficacia.
Referido a ese tratamiento de los productos, el informe de impacto ambiental señala que se proyecta una actividad de mezcla y dilución de sustancias químicas
(fertilizantes) en agua para la formulación de productos directamente aplicables en la agricultura. No se produce reacción química, por lo que no se generan nuevas sustancias y subproductos no deseados. La actividad se desarrolla en el interior de la nave industrial y se indica que los residuos esperados por el funcionamiento de la industria son básicamente embalajes, de tipo no peligroso; después se etiqueta y se distribuye. En cuanto a los envases que se utilizarán, se indica que se han tenido en consideración las prescripciones de los reglamentos técnicos de seguridad. Cabe esperar, relata el informe, otros residuos "de tipo peligroso derivado del uso y mantenimiento de maquinaria, que en todo caso deberán gestionarse de forma adecuada".
Así pues, la Conselleria estima que el proyecto y la producción de los fertilizantes no tendrá efectos significativos sobre el medio ambiente, siempre que el mismo se ajuste a las previsiones del proyecto y del documento ambiental, a los términos del informe y a la verificación mediante el plan de vigilancia ambiental de la evaluación efectuada, y sin perjuicio de la previa obtención de las autorizaciones sectoriales que le sean de aplicación. Con todo, expone que dado que se prevé la disposición en el exterior de silos de almacenamiento, excluidos por tanto del ámbito de almacenamiento interior
de la nave contemplado en el proyecto y en el estudio de impacto ambiental, "se dispondrán los cubetos o sistemas de retención adecuados para la contención de cualquier derrame accidental de productos químicos contenidos en estos".
También que la empresa tendrá que justificar ante el órgano sustantivo la disposición, volumen y estanqueidad de los depósitos estancos de contención de derrames previstos en la zona de proceso (trasiego, manejo y mezcla) y en la zona de almacenamiento interior de materias primas y producto final. Además, se implantará un plan de minización de aguas de lavado de los filtros de producto acabado, de modo que se reintroduzcan en el proceso aquellas aguas que presenten características compatibles con el producto formulado, reduciendo el caudal entregado anualmente a gestor autorizado.
Por otra parte, si se realizan trabajos de excavación entre los meses de marzo y
mayo, se procederá a la protección de taludes (con pendiente superior al 60%) con lonas o redes para evitar la instalación de nidos de avión zapador, dado el carácter vulnerable de la especie. En caso de que pese a ello, la especie colonice algún talud, deberán paralizarse las obras hasta septiembre, momento en que la colonia abandona sus nidos.
En cualquier caso, previamente se había solicitado informe al Servicio de Prevención y Control Integrado de la Contaminación, competente en materia de autorización ambiental integrada, aunque finalmente se entendió que el proyecto no tiene efectos adversos significativos sobre el medio ambiente y por tanto no requiere evaluación de impacto ambiental ordinaria.
En cuanto a la ubicación en la que tienen lugar las obras, es una parcela de uso industrial en la calle Max Planck con una superficie de 6.508 m² y será una nave de 4.126m2, tras una inversión de 2,8 millones de euros.
