FINESTRAT. La Entidad Pública de Saneamiento de Aguas (Epsar) ha aprobado la declaración de emergencia de unas obras en el sistema de saneamiento de Finestrat para evitar vertidos a la playa de la Cala. Lo hacen a petición del Ayuntamiento después de haber registrado dos episodios "de corta duración", aunque fuentes municipales aseguran que no llegó al mar. Para ello, han aprobado la adjudicación de dos contratos por casi 800.000 euros en total que se centrarán en la estación de bombeo de la zona y las impulsiones asociadas a ella.
Así lo recoge la resolución firmada el pasado 12 de julio en la que el secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Francisco Javier Sendra, acuerda la declaración de emergencia de las obras y la dirección facultativa por tratarse "de una actuación de emergencia debida a la existencia de una situación de grave peligro para el medio ambiente y la salud pública". Esto, dice el documento, se debe al estado actual de la estación de bombeo de la Cala de Finestrat y los impulsores asociados.
Motivos por los que consideran que se tiene que "paliar a la mayor brevedad posible, dado el vertido incontrolado y puntual de las aguas residuales que se han visto desbordadas hacia el dominio público marítimo terrestre", además de las consecuencias que tendría sabiendo que es una zona de "alta afluencia turística".
Para ello la Epsar ha adjudicado el contrato de obra a CHM Infraestructuras SA por 725.028,82 euros, impuestos incluidos, con un plazo de ejecución de tres meses y garantía de dos años. Además del servicio de dirección de los trabajos a Cota a Cota Ingeniería y Topografía SLP por 42.350 euros. Todo ello conforme al régimen excepcional que evita dilatar los plazos al no tener que salir a licitación pública. Esto permite gestionarlo a través de un contrato negociado sin publicidad para el cual han consultado el presupuesto a "varias empresas capacitadas para la ejecución de los trabajos" y han optado por la designación de la más ventajosa por parte del Departamento de Proyectos, Obras y Explotaciones de la Epsar por "los precios unitarios propuestos por las mismas, los medios personales y materiales comprometidos, y su disponibilidad para comenzar los trabajos de forma inmediata".
Desde la Epsar consideran que la cántara de bombeo actual de la Cala dispone de "pequeño volumen" a lo que se añade la carencia de una bomba de reserva, por lo que "en ocasiones se han producido alivios indeseados". Es por esto que ante un escenario de rotura de la impulsión o una avería de la bomba existente o incluso el incremento de caudales en momentos puntuales, "pueden suponer vertidos de aguas residuales" a la playa del municipio.
Previamente a la adjudicación, el Consistorio presentó un oficio ante la entidad dependiente de la Generalitat en el que se ponía de manifiesto el estado de la infraestructura. En este sentido, destacaron que la línea de impulsión hacia Benidorm cuenta con una tubería y una única bomba "que trabaja al límite de sus posibilidades" al tiempo que desde el Ayuntamiento consideran que todo ello y la conducción de elevación resultan insuficientes para impulsar todo el caudal.
Como es sabido, el municipio de Finestrat ha incrementado su población considerablemente en los últimos años, tanto con los censados como por la segunda residencia. Pero tampoco es ajeno al aumento que ha experimentado Benidorm por compartir parte de las instalaciones. Esto se refleja en el aumento de los usuarios de este sistema de saneamiento de aguas entre las dos localidades.
Aunque desde el Consistorio niegan los vertidos al mar -pero sí confirman una rotura-, en el propio informe revelan que se han registrado "vertidos directos a la playa como consecuencia del desbordamiento del bombeo, solicitando que se active la ejecución de las obras para la renovación y ampliación del sistema de impulsión hacia el sistema de saneamiento y depuración de Benidorm". Y añaden que "en las últimas semanas se han sucedido dos episodios de vertido incontrolado provocados por la falta de capacidad de la línea de impulsión hacia el bombeo de Cruz Roja de Benidorm, así como por la rotura del tramo de conducción de fibrocemento". A su vez, reseñan en el documento de la Epsar que los "episodios han sido de corta duración" pero "las consecuencias para la salud son elevadas dado que el vertido se produce en un área turística excepcionalmente concurrida y muy próxima a una playa".
La situación se agrava tiendo en cuenta que las bajas corrientes de agua no se renuevan a la "velocidad esperada", por lo que consideran que es necesario el cambio de la conducción y la sustitución de la bomba para "reducir los vertidos al dominio público marítimo terrestre ocasionada por una contingencia de rotura de esta conducción o mal funcionamiento de la bomba".