ALICANTE. Por algo más que las ayudas públicas, canalizadas a través de Ciudad de la Luz, parece que decidieron el productor Gerardo Herrero y los directores Alfonso Albacete y David Menkes rodar en Alicante la película 'Mentiras y gordas' en la primera década de este siglo.
Este martes se cumplía una semana desde que el Hércules anunció que Luis Castillo asumía la "gestión institucional y deportiva" de la entidad como "nuevo presidente del consejo de administración", "con autonomía en todos los niveles de decisión" y "con el propósito de establecer un nuevo rumbo". En el comunicado por el que se anunciaba lo anterior se especificaba que el alumbramiento de la "nueva etapa en la entidad" había nacido de un acuerdo entre el que fuera máximo mandatario del desaparecido Lucentum y Enrique Ortiz, el "propietario del Hércules", y que la puesta de largo del nuevo presidente sería este miércoles en el marco de una reda de prensa. Ya en ese momento, las dudas sobre que Castillo fuera a disfrutar de la cacareada independencia eran muchas, porque muchos eran los antecedentes de maniobras de este tipo que acabaron en choque más incendio precisamente por no disfrutar de autonomía los 'elegidos' (desde Jesús García-Pitarch a Quique Hernández, pasando por Perfecto Palacio e incluso Juan Carlos Ramírez, quien ponía dinero pero no decidía solo). Sin embargo, este martes, solo unas horas después de que Castillo llamara al club para retrasar una semana la convocatoria de prensa de su presentación, los fundados temores empezaron a confirmarse: el entorno del empresario hotelero aseguraba que este "busca un director deportivo y un director general" y el entorno de Ortiz, de manera paralela, no solo filtraba los nombres de aquellos con los que se había reunido y que (a priori) más posibilidades tienen de incorporarse, es que incluso se atribuía al constructor su hipotética llegada a la entidad (que los contactos habían partido de él y que, llegado el caso, recalarían en el Hércules por voluntad suya), asignándoles incluso un rol distinto de aquel que dice a su entorno perseguir Castillo.
El primer nombre en 'trascender' era el de Javier Subirats, quien por su parte no solo confirmaba la negociación con Ortiz para recalar en el Hércules, también que en todo caso lo haría "como asesor", pasando a integrar una comisión deportiva con Francisco Peña (secretario técnico) y Dani Barroso (director de cantera), una estructura que el propio Ortiz había trasladado a todo aquel que se había interesado por ello en los últimos días, calificando a Peña y Barroso como "hombres de club". El segundo era el de Fernando Ovidio, gerente del Alcoyano hasta la llegada de Ramírez y quien conoce bien tanto el estadio Rico Pérez como las entretelas de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF): también fue gerente del desaparecido Alicante CF, precisamente cuando jugaba en el otrora coliseo blanquiazul como local sus encuentros y su elástica la defendía como futbolista Luis Rubiales (y si por algo se ha caracterizado el club de El Collao en los años en que lleva el exfutbolista palmense al frente de la RFEF es por su buena sintonía con él y los postulados de su directiva).
El entorno de Castillo reconocía los contactos con Subirats "para ser director deportivo" y no asesor, algo que es cierto que en el Hércules tampoco quiere decir nada porque esta misma temporada ha participado en la confección (desastrosa) de la plantilla más de uno sin cargo y/o vinculación formal a la entidad, pero con independencia de lo anterior y cuestiones semánticas, es indudable que ser director deportivo lo situaría, a priori, por encima de Peña y Barroso, mientras que como asesor parece unirse a estos en la también pretendida por Ortiz comisión deportiva de nueva creación. En cuanto a Ovidio, Castillo y él estuvieron reunidos buena parte de la tarde de este martes. La pregunta de "¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?" se puede aplicar tanto a la figura de Subirats como de Ovidio: ¿Se reunieron antes con Ortiz que con Castillo? ¿El Hércules contaba con ellos antes que con Castillo? ¿Había un pacto para que este 'hiciera' suyos sus fichajes y por alguna razón este martes se rompía?
"Quien paga manda", dice el refrán y en el Hércules quien paga es Enrique Ortiz por lo que a nadie puede sorprenderle que patrimonialice todas las decisiones o, directamente, sean resultado de su propia iniciativa. Ahora bien, todo esto choca sobremanera con la mencionada autonomía a todos los niveles que se le asigna (comunicado mediante) a Castillo y que este (a través de terceros) dice tener.
Con permiso de nuevos giros de guion, se espera (ahora todavía más) que el próximo miércoles 17, en la rueda de prensa de su presentación, el empresario hotelero no solo defienda públicamente su autonomía e independencia de Ortiz, también lo demuestre con hechos en la forma de organigrama en el que se le pueda atribuir la paternidad de algún nombramiento o la llegada de personas distintas de Subirats y Ovidio. También podría hacerlo anunciando la decisión de rescindir contrato a 'Lolo' Escobar, por cuya continuidad apuesta Ortiz, entre otros, pero ya se sabe que aquí las cosas rara vez son lo que parecen. Es más, puestos a elucubrar, igual el hipotético pacto entre Ortiz y Castillo que afecta al dombenitense es que uno diga que sí y el otro después que no.
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