ALICANTE. Rechazaba su marcha, creía firmemente que podía convencer al técnico porque si algo tiene en sus piernas es fútbol para rato, pero al final tuvo que aceptar que no contaban con él. Eso sí, no ha aceptado desvincularse hasta que ha logrado lo que entendía que era justo, que no es otra que aquello a lo que tenía derecho y es que nadie obligó al Hércules a firmarle a Juli un contrato por tres campañas.
Este viernes el club blaquiazul hacía oficial la rescisión pactada del mismo. Lo anterior después de que, a petición del Hércules, las partes estampasen en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación de Alicante su firma en un acta de conciliación en la que se recogía el acuerdo de rescisión que había alcanzado a última hora de la mañana del miércoles, el primero de los tres días de permiso (forzoso) que la entidad de Foguerer Romeu Zarandieta le dio al jugador dispensándole de entrenar mientras el presidente Carlos Parodi abordaba con Domingo Sevillano, el agente de Juli, la resolución por adelantado de un contrato cuya duración se extendía hasta el 30 de junio de 2020.
Una vez el club hizo oficial lo anterior, el delantero alcoyano colgó en las redes sociales una emotiva carta de despedida, en la que decía haberse sentido "como en casa", daba las gracias a todos "los responsables" de que hace dos años recalara en el Hércules, al trato dispensado a él y su familia, lamentaba que no se hubiera conseguido alcanzar el objetivo del ascenso, al tiempo que recalcaba haber defendido con "el máximo orgullo y profesionalidad" la camiseta blanquiazul.
Juli, que se incorporó a la disciplina del Hércules en el verano de 2017 procedente del Córdoba, supo de la voluntad del club de prescindir de sus servicios en los días previos al inicio de la pretemporada: "Primero me llamó Portillo y me dijo que el míster no contaba conmigo y después ya fue Planagumà el que me lo dijo en persona", señalaba este viernes el delantero que haciendo gala de mucha cintura evitaba caer en el reproche fácil (y lógico, al no compartir la decisión), si bien es cierto que se le escapaba un "podría haberse gestionado de otra manera" acompañado de "ellos saben que es así, no había vivido en mi carrera nada parecido".
El alcoyano tiene ofertas tanto de Segunda B como Tercera, pero aseguraba no haber cerrado todavía nada: "No podía porque tenía contrato con el Hércules", se lamentaba en voz alta si bien el hecho de haber rescindido antes de que finalice la ventana de fichajes de verano, aunque haya sido en los últimos días de plazo, le confiere alguna opción adicional respecto a su futuro inmediato. Salvo los últimos tres días, ha hecho la pretemporada como uno más por lo que físicamente se encuentra bien, solo necesita minutos, ritmo de competición (solo llegó a jugar en la segunda mitad del primero de los seis amistosos de pretemporada, el disputado en Torrellano), algo que confía en encontrar en su futuro destino. Allí espera también coincidir con un grupo humano tan cohesionado como el que integraba en el vestuario local del José Rico Pérez, de hecho no escondía lo importante que había sido su apoyo a lo largo de este duro verano.
Dos de tres
Juli deja el Hércules con 38 años de edad y tras defender su camiseta dos campañas en las que ha participado en 72 partidos oficiales: en la 2017/18 jugó 31 (29 de Liga y uno de Copa; 2.325 minutos, siendo autor de cuatro goles) y en la 2018/19 lo hizo en 41 (37 de Liga y cinco de 'play-off'; estuvo sobre el césped 1.564 minutos y anotó un gol). El blanquiazul es el quinto de los los principales clubes alicantinos en el que ha jugado ya que antes del Hércules perteneció a la disciplina del Alcoyano, los desaparecidos Benidorm y Alicante y el Elche. Además, tiene en su haber dos ascensos a Primera (con el Alavés y el Rayo) y uno a Segunda A (con el Castellón).