ALICANTE. El economista sevillano José María O'Kean, catedrático de economía aplicada, profesor en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla desde 1997 y en el IE Business School, fue la estrella invitada en la gala de presentación del Anuario Empresarial 2022 de Alicante Plaza, que reunió a más de 350 invitados en las instalaciones de Distrito Digital. O'Kean, entrevistado por el director de Alicante Plaza, Miquel González, desgranó las principales claves de la situación macroeconómica actual, anticipó la posible evolución del escenario en 2023 y vaticinó un cambio de modelo productivo a medio plazo, que ya se estaba gestando y que se ha visto acelerado con la actual crisis.
O'Kean destacó que "hay incertidumbre, hay problemas, pero no acaba de llegar esa recesión que nos anuncian", porque a su juicio "no tenemos controlado el tempo de la macroeconomía". En este sentido, se apunta al primer trimestre de 2023, después de que en el cuarto trimestre de 2022 no haya llegado tampoco el crecimiento negativo del PIB. "La inflación va remitiendo, y los bancos centrales se han puesto a subir tipos según la teoría de que para contener la subida de precios hay que reducir el dinero en circulación para contener la demanda", explicó.
"Lo que vaya a pasar depende de nosotros", señaló O'Kean, que identificó tres tipos de inflación: la de demanda (al aumentar el consumo por el exceso de liquidez postcovid), la de oferta por el aumento de los costes de la energía y los suministros, y la espiral inflacionista que se producirá si la negociación salarial intenta responder. "Si subimos los salarios un 4 o 5%, podríamos ver cómo la inflación se contiene en uno o dos años, pero si negociamos por encima del 10%, como están haciendo algunas empresas, la inflación se irá a 12 puntos, y al final habrá que parar la economía, lo que significa paro y estanflación".
En este sentido, el economista sevillano consideró que sería posible frenar la inflación actual sin demasiados sacrificios, aunque avanzó que probablemente en invierno se verán tasas de crecimiento negativo ya en países como Alemania. "El paraíso europeo, de la energía barata, los productos baratos hechos en Asia y el apoyo americano cada vez que hace falta, se ha acabado", sentenció. Pero también avisó, en el caso de la energía, que "no es posible hacer las cosas tan rápido: solo un 18% de los españoles tiene garaje, ¿dónde van a enchufar su coche eléctrico?"
Pero la crisis inflacionista ha hecho aflorar una certeza más inquietante: "Esta crisis ha hecho estallar nuestro modelo productivo", surgido tras la crisis de los noventa en la que todavía se pudo devaluar la moneda, "el que nos ha ido bien desde que entramos en el euro y ya no podíamos devaluar la moneda, así que nos devaluamos nosotros: precios baratos y el turismo tomando el relevo del sector inmobiliario". Ese modelo, a juicio de O'Kean, "ha estallado, y aún no nos hemos dado cuenta". Ya no se puede contar con la producción barata en Asia, ni con la globalización de los mercados por los costes de transporte, ni siquiera por el perfil del consumidor: "Antes se trataba de tener cosas, ahora se trata de sentir".
En este nuevo paradigma, España hace bien la parte 'hard', es decir, producir bienes de alta calidad. Pero falla en la parte 'soft', la de las sensaciones, que ahora mismo es la más importante. Como ilustró el entrevistado, no se trata tanto de disfrutar del mejor jamón como de compartirlo en Instagram. En este punto, O'Kean recomendó a los empresarios presentes que no esperen a que la situación (el 'círculo', como la denominó) vuelva a donde están ellos, sino que se muevan para entrar otra vez en dicho círculo. Y advirtió: "Las grandes empresas ya se han dado cuenta de que el futuro está en el metaverso".
Ante el fin de la globalización como se entendía los últimos treinta años (producir barato fuera y traerlo), O'Kean vaticinó un proceso de relocalización de la producción, lo que plantea el problema de contar con mano de obra cualificada. "La formación reglada está muy desacompasada de lo que necesitan las empresas, llegará un momento que será más útil un certificado de una empresa que un título universitario". También se plantea el problema de la brecha generacional: "A un millennial no puedes darle el mismo trabajo que hacía la generación anterior, de 40 para arriba: se aburren. Cuando empresarios dicen que no encuentran mano de obra, es porque están ofreciendo cosas que no quieren hacer".
En todo caso, las empresas van a cambiar gracias a la tecnología, y "van a hacer falta muchos más informáticos que dependientes", advirtió. Aquí entran en juego el big data y la inteligencia artificial, para aprovechar el hecho de que "el consumidor me está diciendo lo que quiere". Y en cuanto al turismo, motor de la provincia de Alicante, O'Kean consideró que "Alemania estará en recesión en verano, y viajarán menos, pero Francia no tiene problemas. En cuanto a Reino Unido, que es el otro gran mercado, tiene una situación especial porque el Brexit no les ha sentado bien". "Si no somos un país caro, y la competencia africana no se estabiliza, puede ir bien. Hay un cambio a estudiar, que es la desaparición de los intermediarios".