BENIDORM. La patronal hotelera Hosbec se ha manifestado "totalmente contraria" al incremento de la tasa de basuras para el sector hotelero cuyo estudio se ha aprobado en el pleno municipal del martes 27 de diciembre como ya publicara este diario. Tal y como afirman en un comunicado este lunes, la patronal presentará las alegaciones tanto en el proceso administrativo como en vía judicial "si fuera necesario por considerar que la propuesta de modificación de la tarifa está totalmente injustificada y no ajustada a derecho".
Así, consideran que los establecimientos hoteleros y asimilados son las únicas empresas de la ciudad que pagan la tasa por recogida de residuos sólidos urbanos en dos modalidades: una, por cada habitación existente y otra por la disponibilidad de un comedor de hotel.
El conjunto de ambas tarifas da como resultado una "cuota tributaria muy superior a la que corresponde a otro tipo de empresas de la ciudad que también se benefician ampliamente de la economía turística", recoge el texto.
Mientras que un hotel de 150 hab (300 pax) pagaría una tasa anual de 6.363,42€ (5.984,40 € por habitaciones y 379,02€ por comedor), un restaurante con la misma capacidad pagaría 1.136,61€, una discoteca para las mismas personas 1.361,39€, y un comercio, cualquiera que sea su superficie, 304,10€.
Cuando se tramitan iniciativas políticas que justifican que la tasa correspondiente a los comedores de hotel hay que incrementarla para compararla, por ejemplo, a la que tienen establecida los restaurantes, "se olvidan que la mayor parte de la carga tributaria se concentra en el concepto habitación o unidad de alojamiento para garantizar una recaudación importante aun cuando no se tenga servicio de comedor", apunta la patronal.
Asimismo, indican que "no hay que olvidar nunca que la tasa debe compensar el coste efectivo del servicio que se presta y no hay elementos objetivos para justificar un incremento de la cuota hotelera. Precisamente todo lo contrario. Los hoteles son ejemplos en la gestión eficiente de los residuos, tremendamente comprometidos con el reciclaje y la cogestión de los mismos". Además, apuntan que no sólo se ha reducido de forma importante la generación de basura en los últimos años, sino que las inversiones económicas que hacen los establecimientos hoteleros para mejorar el circuito de los residuos sólidos y que impacten lo menos posible en la escena urbana "son permanentes y perfectamente coordinadas con la empresa concesionaria y las autoridades municipales".
La patronal prosigue con que "todo ello además se suma a un escenario fiscal tremendamente hostil con las empresas hoteleras, con subidas generalizadas de impuestos en todos los ámbitos, y con la idea recurrente de un impuesto específico que grave las estancias hoteleras y similares que de forma periódica aparece en las agendas de los responsables autonómicos de Hacienda".
A continuación, indican que la industria hotelera es la que "mantiene abierta y operativa la ciudad durante los meses del invierno, a pesar de las pérdidas económicas que se suceden en estos meses en los que se trabaja a precios inferiores". Hosbec asegura que es la que posibilita que vengan los clientes de los que se benefician otras actividades económicas, es la que mantiene la iluminación de la ciudad y la que más se implica en toda la labor de promoción tanto profesional como económicamente.
Por tanto, recuerdan que en muchos otros municipios precisamente se exploran las medidas contrarias: se establecen importantes bonificaciones a los establecimientos hoteleros que permanecen abiertos durante el invierno por el mantenimiento de puestos de trabajo y de riqueza que los mismos generan.
Lo que se debería hacer, en opinión de Hosbec es mucha pedagogía en explicar a cada ciudadano lo que cuesta recoger, gestionar y reciclar su basura, y que los criterios para el establecimiento de las "tasas sean los objetivos que la legalidad impone: producción, tratamiento, grado de reciclaje e impacto en la ciudad". Además, señalan que en lo que deberían centrar sus objetivos los partidos políticos es en establecer mecanismos de control de toda la economía sumergida que se esconde tras los modelos de alojamiento de la 'economía colaborativa' que tan poco aportan a los destinos turísticos