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NUEVA NOVELA: “LA PARTE ESCONDIDA DEL ICEBERG”

Hay que leer antes de leer, Màxim Huerta

13/05/2017 - 

ALICANTE. El escritor y periodista Màxim Huerta (Utiel, 1971) está de gira, presentando su nueva novela de fuerte carga autobiográfica, La parte escondida del iceberg. Recala en Alicante y nos sometemos a un pequeño juego de encuentros y desencuentros fugaces, hasta que finalmente conseguimos conectar vía telefónica. No siempre el espacio ocupa el tiempo que pretendemos, a pesar de que Huerta no se puede decir que sea un extraño en tierras alicantinas, dada su vinculación familiar con la comarca de la Marina Baixa.

Sexta novela de su trayectoria literaria, el rostro que forma parte de la memoria de Canal 9 y del imaginario televisivo, tras sus 11 años al lado de Ana Rosa Quintana en las mañanas de Tele5, empieza a ser más habitual de las ferias del libro que de los platós. En esta novela ha vuelto a París, a un París que siempre fue suyo, a un París del que nunca regresó,  desde la primera vez que puso los pies en él.

- ¿Es un punto de inflexión en tu obra?

- Lo es, de hecho esta novela es resultado de las anteriores, sin ellas no la habría escrito. Es el resultado de todo lo que he leído y supongo que el camino que he recorrido me ha traído hasta aquí. Una novela que quería que fuera de verdad, transparente y que el lector conectara con una historia en la que se viera incluso identificado. Su propio secreto, su propio iceberg. Y está resultando así, nunca había tenido firmas tan emocionantes como las de ahora, los lectores me hablan de cosas particulares de cada uno, está siendo una experiencia muy buena.

- ¿Estás recogiendo material para la próxima?

- Sí, yo creo que en cada lector hay una novela nueva. En cada comentario te nace una historia. Y debajo del iceberg de cada uno hay mucha miga y mucha historia oculta de la que no somos conscientes, conscientes de los personajes que tenemos alrededor. Y esa es la idea de La parte escondida del iceberg. De cada uno se ve una octava parte, y queda oculta, a veces, la parte más importante, lo que somos.

- Todo autor vuelca parte de sí mismo en lo que escribe, pero parece que en esta nueva novela has puesto un poco más de ti.

- En esta un poco más, sí, pero no he inventado nada. Es lo que hizo Juan José Millás con El mundo, Antonio Muñoz Molina con Como la sombra que se va, o Elvira Lindo, Rosa Montero, por nombrarte algunos, o Carmen Martín Gaite. Hay un momento en que supongo que a cada autor le apetece, en lugar de buscar la ficción fuera, encontrarla dentro, donde más cerca la tienes. Y en este caso ha sido así. Implicaba debilidad, un esfuerzo mayor, y un grado de pudor (aquí Màxim mastica un poco más el adjetivo) diferente.

- Cercano, pero a la hora de enmarcar la historia, con la cercana lejanía que supone volver a París

- Sí, es la tercera novela ya allí, París como refugio. Y eso que aquí, en esta novela, es como una excusa, es como una ficción, ese lugar donde uno siempre se refugia. Para mí es París, como para otro puede ser Berlín, Alicante o unas islas. París me gusta culturalmente, me parece una ciudad perfecta para escaparse, o para vivir, y siempre muestra lo mejor de sí misma. Todos hemos bebido de la ciudad, de moda, pintura, cine, siempre ha sido una ciudad que ha dado un taconazo, culturalmente. Para mí, por otros motivos, incluso familiares, siempre ha significado un estado de ánimo.

La repercusión de la novela está siendo excelente, ya por la tercera edición (información que le transmiten mientras estamos al teléfono con su agente de prensa, esperando para hablar con él), con muchos mensajes recibidos por parte de esos autores admirados (en breve los nombres aparecerán en la faja que acompañará la nueva edición). Lo más emocionante, “recibir incluso libros firmados de esos autores a los que admiras, porque han leído tu novela”. Es una gran recompensa, aunque la mejor, sin duda, es la de los lectores. “Están siendo unas firmas casi a susurros. Te cuentan algo personal, es una novela que revuelve mucho y que envuelve, también”.

- ¿Te hace replantearte tu vida profesional, para dedicarte únicamente a la escritura?

- Rosa Montero siempre dice que hay que tener más trabajos, para poder escribir la novela que quieras. Yo escribo columnas, escribo en prensa, he hecho un programa de viajes, pero el pilar fundamental es la literatura. Es el que me gusta, es en el que disfruto, porque disfruto leyendo. Pero obligarse a escribir no es sano. Tienes que escribir la novela que quieras escribir, una novela forzada sería un fracaso. 

- ¿Para ser escritor hay que ser lector voraz?

- Observador, lector, uno escribe lo que ha leído, y yo soy las metáforas de otros. Soy los libros que he tenido en casa, soy el libro que llevo en el bolsillo, o en la mesita, uno es lo que ha leído. Y yo soy lector habitual desde niño, es lo que tiene ser hijo único y una madre con la maravillosa costumbre de regalarme libros. El libro ha sido un objeto deseado y cuidado. El libro se regalaba porque nos parecía que era lo mejor que se podía regalar. Costumbre que yo intento mantener con mis sobrinas, regalándoles libros aunque no sepan ni leer. Ya que ha bajado el índice de lectura, habrá que salvar a otra generación, que los miren, que los toquen, que jueguen con el libro y que sepan que es algo bueno y chulo. Hay que leer antes de leer.

- No es muy usual escuchar a un autor citar literatura española contemporánea como referente.

Sí, bueno, Ana María Matute, por ejemplo,  es mi hoja de ruta. Nombrar a Dostoievski, a Paul Auster, o tirar de clásicos, ya sé que es normal, y que deben estar en toda biblioteca. Pero a mí me gusta leer novela de autores a los que incluso podría saludar. Para ver cómo están retratando lo que vemos, la sociedad, cualquier aspecto de hoy en día, o cómo no lo retratan. Creo que es necesario ver desde la óptica de otros autores actuales, desde Javier Marías hasta la propia Rosa Montero, Juan José Millás o Elvira Lindo.

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