ELCHE. Un diciembre que iguala la tasa de ocupación hotelera de 2018, el 47,2%, culmina un año marcado por ascensos en este indicador que, sin embargo, no han sido acompañados por la rentabilidad, que ha mantenido un errático comportamiento. Mientras que la ocupación media anual llega al 74,5% y supera ampliamente el 70,2% de 2018, con subidas en diez de los doce meses del año, los registros de ingresos no han progresado de la misma forma. Hasta mayo todos los meses se quedaron por debajo de los registros de ingresos del pasado año y sólo en la segunda mitad del ejercicio se ha retomado la senda del crecimiento.
El último mes del año ha logrado el mejor diferencial positivo del año en el RevPar, cifra que indica los ingresos medios por habitación disponible, y que ha llegado a los 49,52 euros, 2,92 por encima del valor del mismo mes de 2018. Este buen dato mensual consigue impulsar la rentabilidad media anual hasta los 53,94 euros, apenas un céntimo por encima del RevPar medio de 2018. A este respecto, es necesario apuntar que mantener plano el nivel de ingresos en un contexto de inflación positiva supone una merma de rentabilidad en términos reales, lo que dificulta cubrir tanto los gastos corrientes como las amortizaciones y otros costes de explotación.
La ocupación de diciembre, el mes con menor volumen de negocio tradicionalmente, se ha visto lastrada por la inexistencia de eventos de relevancia en la ciudad y tan solo atenuada por el puente de la Constitución y sobre todo por la Nochevieja, que en algunos establecimientos llenó al completo las habitaciones.
La coyuntura turística en el conjunto de España continúa siendo favorable. Con datos de noviembre facilitados por el INE, la entrada de turistas internacionales crece un 2,8% interanual, el gasto turístico sube un 3,7% y aunque la ocupación hotelera retrocede un -1,3%, el RevPar logra crecer en 0,6 euros.
Por su parte, el aeropuerto de Alicante-Elche con datos completos de 2019, confirma su mejor cifra de pasajeros, con 15.047.840 y un incremento del 7,6% respecto a 2018.
De cara al año que comienza, el sector turístico ilicitano afronta importantes retos. En la escena internacional, será necesario hacer frente al Brexit y reforzar la promoción en el mercado británico al tiempo que buscar nuevos turistas en otros territorios. En clave interna, sigue pendiente cerrar el debate sobre el modelo y ubicación del futuro palacio de congresos para la ciudad, una cuestión urgente e imprescindible para generar oportunidades y lograr relanzar el turismo ilicitano.
Igualmente necesario es consolidar una oferta potente y atractiva para atraer segmentos cada vez más interesantes, como el cultural y el gastronómico, que deben acompañarse con acciones de apoyo desde las administraciones públicas. La gestión del destino debe basarse en el consenso entre los agentes públicos y la iniciativa privada, potenciando los mecanismos de participación y los acuerdos que permitan dotar de mayor eficiencia a los esfuerzos realizados por todas las partes.
