ELCHE. Una veintena de personas participan en esta iniciativa que acaba de arrancar en las instalaciones de “El Rincón de las Culturas”, en Carrús. Entre su oferta formativa, la entidad viene atendiendo una media de 350 personas en clases de español, una herramienta esencial para el empoderamiento de las personas extranjeras.
“Gestión de llamadas de teleasistencia” y “Operaciones auxiliares de servicios administrativos” son los dos cursos reglados que ha empezado a impartir Fundación Elche Acoge con una veintena de matriculados entre ambos. Se trata de un salto cualitativo para la Fundación que quiere aglutinar, entre su oferta formativa, cursos con certificados de profesionalidad que permitan mejorar la calidad de la formación de las personas atendidas. La organización tiene el objetivo de proporcionar instrumentos útiles para la inserción en el mercado laboral, en este caso, con cursos formativos validados por el Servicio Público de Empleo de la Generalitat Valenciana (Labora).
El paro y el trabajo precario son factores clave en la exclusión social, y de ahí que los talleres y cursos formativos formen parte del “ADN” de la entidad desde sus inicios, hace treinta años. Esta situación de precariedad laboral se da de manera exponencial entre las personas de origen migrante. Por eso, a lo largo de estos años, se vienen impartiendo cursos de informática, auxiliar de cocina, atención sociosanitaria para personas dependientes, auxiliar de almacén o inglés para atención al público entre otros. Concretando, en el año 2023, desde el área laboral se gestionaron casi un millar de consultas. Además, se celebró en el Centro de Congresos una jornada que puso en contacto directo a empleadores y demandantes, donde se reunieron algunas de las empresas más destacadas de la provincia de Alicante.
“La clave de todo esto es el famoso dicho de que a las personas hay que enseñarles a pescar en vez de darles el pescado en mano”, resalta el presidente de Elche Acoge, Paco Cámara. “Con esta mejora en la oferta formativa damos un paso hacia delante, y este paso incide directamente en la calidad de los servicios”, subraya por su parte la coordinadora de la entidad Trini Urbán. “Se trata, en definitiva, de mejorar la empleabilidad de las personas que participan en las acciones formativas”.
En este contexto formativo, hay que destacar las clases de español que se imparten desde hace décadas como herramienta básica para la inserción sociolaboral de las personas migradas en la sociedad de acogida. En total se viene atendiendo una media de 350 personas, con una importante presencia de mujeres magrebís, también hombres, y que en algunos casos ni siquiera saben escribir su lengua materna, el árabe, ya que proceden de ámbitos rurales o extrarradios de grandes ciudades muy empobrecidos. El conocimiento del idioma es el primer paso para contribuir a su empoderamiento y autonomía personal, además de ser un paso previo fundamental para insertarse en el mercado laboral.