ALICANTE. La confección de los presupuestos del Ayuntamiento de Alicante para 2022 puede acabar exponiendo a Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs) ante la tesitura de tener que escoger entre el apoyo de dos formaciones con las que tendrán que jugarse buena parte de su futuro político (por motivos distintos) en las elecciones municipales de 2023: PSOE y Vox. Las dos son, hasta ahora, las que han mostrado -otro año más- una mayor predisposición a facilitar que las cuentas prosperen con la intención de no bloquear el funcionamiento de la ciudad, como ya hicieron en la negociación de las cuentas de 2021 mediante la negociación de dos acuerdos por separado. Eso sí, la reedición de ese apoyo quedaría condicionada a que el bipartito incorpore al presupuesto alguna de sus aportaciones.
Por partes. El PSOE fue el primero en mostrarse abierto al entendimiento con PP y Cs, en una decisión espoleada por su dirección local que no contaba todavía con la anuencia de su portavoz, Paco Sanguino: el candidato a la Alcaldía promovido por Puig en 2019, que el sector mayoritario de la agrupación -alineado en torno al histórico dirigente Ángel Franco- tuvo que acabar aceptando.
Lo cierto es que la anticipación de ese ofrecimiento ha sido una de las causas de la escalada de tensión desatada a lo largo del último mes y medio entre Sanguino y el grupo de concejales que le son más próximos, con el grupo de ediles afines a la ejecutiva, cuyo control sigue atribuyéndose al propio Franco. Todo, con el telón de fondo del reñido proceso para renovar la ejecutiva provincial del partido entre las candidaturas lideradas por el alcalde de Alcoy, Toni Francés (que contaría con el respaldo de Puig, y también con la mayoría de la militancia de Alicante bajo la batuta de Franco), y por el exalcalde de Elche, Alejandro Soler.
En ese contexto, el grupo municipal ejerció como correa de transmisión de la dirección local -que coordina el edil y diputado provincial Miguel Millana como secretario general- y planteó un listado de iniciativas centrado, primero, en la inclusión de fondos para favorecer la creación de empleo entre los jóvenes y, segundo, en el acceso a la vivienda. Ese paquete de medidas requería de una dotación de 22 millones.
Sanguino mostró su malestar con la anticipación con la que se había formulado esa propuesta, al considerar que suponía limitar las posibilidades de tratar de negociar un acuerdo más amplio que, esta vez, sí estuviese dotado de garantías de cumplimiento, a diferencia de lo que sucedió con el acuerdo político que se firmó en diciembre de 2020. Además, alegó que, al contrario de lo que sucedió con las cuentas de 2021, en esta ocasión no se había marcado ninguna directriz política por parte de la dirección autonómica del PSPV en la que se conmine a facilitar la aprobación de las cuentas en aquellos ayuntamientos en los que los votos socialistas puedan ser clave.
Sea como fuere, el PSOE ha mantenido ese ofrecimiento (siempre supeditado a inclusión de esa batería de medidas económicas) con la aspiración de ser capaz de atraer a PP y Cs hacia el centro político, sin necesidad de tener que escorarse hacia los planteamientos de Vox. Se trataría, además, de una maniobra con la que el PSOE pretendería presentarse ante la ciudadanía como alternativa de gobierno preparada para asumir la Alcaldía dentro de un año y medio.
Sin embargo, nada se sabe a ciencia cierta sobre el futuro de ese ofrecimiento tras los dos encuentros celebrados con la edil de Hacienda, Lidia López, y con la vicealcaldesa y portavoz de Cs, Mari Carmen Sánchez. Nadie en las filas del bipartito ha concretado aún cuáles de las aportaciones formuladas por los socialistas podría tener acomodo en las cuentas, ni con qué dotación. Por el momento, el alcalde, Luis Barcala, se ha limitado a señalar que el presupuesto ya recoge parte de las sugerencias del conjunto de los grupos de la oposición y que otras se recogerán en el trámite de presentación de enmiendas, después de que el proyecto de presupuestos pueda quedar aprobado en Junta de Gobierno.
Los contactos con Vox llegaron más tarde. De hecho, sus ediles Mario Ortolá y Pepe Bonet, fueron los últimos miembros de la oposición en incorporarse a la ronda de encuentros impulsada por el bipartito. Pero tampoco en este caso se han llegado a confirmar progresos concretos. Es más, Vox ha sido el último grupo opositor en dar a conocer su listado de propuestas para que puedan integrarse en el presupuesto trazado por PP y Cs. Se trata de una relación de 16 iniciativas entre las que vuelve a reiterar una de las líneas rojas que ha venido exponiendo en todas las negociaciones previas: la reducción del presupuesto destinado a las concejalías de Cooperación Internacional, Inmigración e Igualdad, así como en el área LGTBI. El argumento es el ya conocido: Vox considera que toda partida incluida en esos cuatro ámbitos es "gasto ideológico" superfluo.
Ortolá sostiene que en esta ocasión no ha habido margen para negociar con PP y Cs "porque ya ha elegido a qué socios prefiere: el PSOE"
Su portavoz, Mario Ortolá, volvió a reiterar este viernes -en la comparecencia pública en la que desgranó esas 16 iniciativas- que todavía no podía avanzar cuál podía ser la postura por la que su formación acabaría inclinándose a la hora de la votación, "puesto que desconocemos el contenido del presupuesto y no sabemos qué cantidades se consignan a esas áreas". Además, indicó que, a diferencia de lo que sucedió en los presupuestos precedentes (los de 2020 y los de 2021), en los que Vox facilitó que las cuentas de PP y Cs prosperasen, en esta ocasión no ha habido margen para negociar. No lo ha habido, según indicó, "porque el bipartito parece que ya ha elegido a qué socios prefiere: el PSOE". En esta línea, incidió en que "será complicado que esta vez puedan alcanzar un acuerdo con nosotros y con los grupos de la izquierda si aumentan los fondos destinados a esas áreas ideológicas". "Si es así", avisó, "nos encontraremos en las urnas".
Con todo, lo cierto es que el paquete de aportaciones formuladas por Vox no dista en demasía de otras iniciativas promovidas por el PSOE o, incluso, por Unides Podem EU y Compromís. Así lo subrayó el propio Ortolá al señalar que "muchas de nuestras propuestas que pueden considerarse ahora o en el futuro, con la incorporación de los remanentes del presupuesto de 2021, carecen de contenido ideológico; se trata de cuestiones que compartimos con otros grupos como la necesidad de incrementar la cuantía del bono comercio y del bono gastronómico, por ejemplo", explicó. En ese listado de sugerencias se incluye, también, la creación de un fondo para favorecer la emancipación de los jóvenes, en cierta medida, similar a las propuestas promovidas por el PSOE. Es decir, que -contra todo pronóstico- esa afinidad de planteamientos podría librar al bipartito de tener que escoger entre un partido y otro.