ALICANTE. La multinacional de origen francés Eiffage consigue sortear el retraso en el transporte de materiales y maquinaria generado por la crisis de los fletes marítimos y avanza en la construcción de la terminal específica para el tratamiento de graneles en el Puerto de Alicante. Tanto que ya ha iniciado los trabajos para cerrar el edificio mediante la instalación de su cubierta en lo que supone otro hito clave del proceso para su puesta en marcha.
De hecho, fuentes de la compañía consultadas por Alicante Plaza confirmaron que se mantiene el calendario previsto para su entrada en funcionamiento, de modo que la terminal estará operativa a partir del próximo mes de marzo como único punto habilitado en el recinto portuario para canalizar la carga y descarga de materiales pulverulentos. La infraestructura ya contaría, además, con todos los parabienes administrativos necesarios para ello, después de haber obtenido la autorización ambiental por parte de la Conselleria de Transición Ecológica, después de que se certificase que la estiba se organizará bajo techo, en una nave cerrada, sin posibilidad de que se produzca la propagación de partículas a la atmósfera que puedan afectar a la calidad del aire: la reivindicación esencial que vienen defendiendo asociaciones de residentes y colectivos ecologistas desde hace más de una década.
Según las mismas fuentes, el edificio ya alberga incluso parte de los componentes de la cadena automatizada que procesará el tratamiento de los graneles desde la misma bodega de los barcos hasta los camiones en los que se trasladará a sus compradores, o en sentido inverso, desde los vehículos hasta los buques, sin quedar expuestos a cielo abierto en ninguna fase del proceso, como viene sucediendo en la actualidad en los muelles 11 y 13.
Eiffage prevé completar el acopio de esa maquinaria pendiente de entrega en el margen del próximo mes, mientras sigue asumiendo el desarrollo de otras fases del montaje de la instalación que se han acabado anticipando para evitar demoras. En definitiva, se ha optado por adelantar partes posteriores del proceso para compensar la espera en la entrega de ese material, como consecuencia de las dificultades acumuladas en el transporte marítimo internacional (en esencia, falta de suministros y de contenedores para su traslado).
Eiffage completará una inversión de 17,5 millones en la construcción de la nueva terminal a cambio de asumir su explotación comercial por un plazo de 30 años a contabilizar desde el momento en el que esté operativa. A partir de ahí, las instalaciones darán continuidad a una actividad que genera el 50% del tráfico del Puerto y contribuirán a proporcionar una nueva salida comercial para los residuos generados en las canteras del Vinalopó, sin que resulte necesario su depósito en vertederos.
Así, Eiffage se hará cargo de la comercialización de las calizas extraídas en el proceso de depuración de la piedra natural y el pulido del mármol, que podrán valorizarse y volver a introducirse en el ciclo de la economía mediante su exportación a terceros países para que puedan ser utilizados en la producción de cemento, asfalto, acero, pintura, piensos o incluso en la industria alimentaria.
Los primeros preparativos para la construcción de la terminal se iniciaron en noviembre de 2020, mediante la realización de obras de refuerzo del muelle 17. No obstante, el montaje propiamente dicho se hizo esperar hasta febrero de 2021. La nave de procesamiento tendrá 25,7 metros de altura, 45 de anchura y 292,5 de longitud, después de que la compañía optase por modificar sus dimensiones para introducir mejoras en su funcionamiento. Entre ellas, la introducción del sistema de tratamiento automatizado.