ALICANTE. Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) Pía Calderón, José Ceres y Pilar de la Oliva deberán decidir si el juicio contra Miguel López, absuelto de matar a su suegra María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, debe repetirse por nulidad o no. Este jueves tuvo lugar la vista para que las partes alegaran con respecto al veredicto emitido por un jurado popular que absolvió a López por seis votos a tres.
El epicentro del caso es la destrucción de una primera acta con la motivación del jurado, en la que presuntamente condenaban a Miguel López, pues la magistrada del caso le dijo al jurado que no estaba bien motivado. Al ser destruida, ni el fiscal ni la acusación particular tuvieron acceso a la misma a la hora de hacer sus recursos, pero al mismo tiempo cuando la juez les citó para pedirle al jurado más motivación tampoco pidieron ver en ese momento el acta. De hecho, las tres horas que duró la vista en el TSJ se centraron básicamente en ese extremo.
La cuestión a dilucidar es puramente procesal y nada sencilla. La ley del jurado dice que, salvo excepciones, no se puede recurrir por aquellas cuestiones que no se han planteado en sala, pero al mismo tiempo este es un caso extraño, pues la juez consideró que la primera acta era un borrador y la destruyó sin adjuntarla a las actuaciones. Por tanto, la pregunta es ¿era parte del sumario o era un borrador que se podía destruir? El TSJ tiene ahora la respuesta.
Alicante Plaza se ha puesto en contacto con varios expertos en jurados. Según lo que explicaron a este periódico, una de las pocas cosas que se cambió de la ley es que “la decisión de devolver el veredicto la toma el magistrado sin consultar, aunque la mayoría de magistrados copia un trámite anterior en el que sí se escucha”, hecho que no sucedió en el juicio del crimen de la CAM.
Las fuentes aseguraron que la “ley exige que para poder recurrir que el veredicto se devolviera y no hiciera falta, o que no se devolviera y sí hiciera falta, pero es necesario protestar, pero si se hace sin que te lo dejen ver es difícil protestar”. Y sobre este extremo, fundamental en el caso pues la primera parte del acta se destruyó, dijeron que, “pase lo que pase el acta es única, no son dos. Se tiene que poner todo, con tachones y todo. La ley dice que se puede devolver hasta tres veces, pero no dice en ningún momento que se pueda hacer una nueva”.
Todo lo anterior viene referido al hecho de que al no incorporar la primera deliberación, las partes no pueden protestar cuando les llega la segunda, pues no consta qué pensaban al principio los jurados.
Así, el fiscal del caso José Llor expuso: “Lo que se va a dilucidar es si existen resoluciones judiciales que pueden quedar al margen del control judicial cuando está sujeto a recurso. Si puede emitirse por parte de un juez sin control y sin saber si se ha hecho conforme a la ley. Si se puede dar por bueno la existencia de una resolución judicial incontrolable, que podría ser arbitraria que iría en contra de la Constitución Española que proscribe la arbitrariedad”.
El representante del Ministerio Público también aseveró que “la sala (TSJ) no va a tener acceso al acta del veredicto que se devolvió, y no lo va a tener porque no está incluida en las actuaciones, ni lo va a poder saber porque cuando se pide que se nos dé conocimiento no se pudo porque se ha destruido. La sala tiene un difícil problema para controlar si la decisión de la juez fue o no ajustada a derecho”.
La acusación particular ejercida por el letrado Francisco Ruíz Marco esgrimió que, “aunque se dice que el acta no está porque nadie lo pidió”, en el sumario también constan cosas como las facturas del hotel del jurado o las copias de los mensajes telefónicos con las citaciones que tampoco nadie las pidió pero son parte de la causa.
En cuanto a lo dicho por la magistrada para echar atrás el primer veredicto, dijo el letrado que “ni el Ministerio Fiscal, ni nosotros, sabíamos qué les dijo (la juez) que tienen que subsanar y pronunciarse sobre unas cosas u otras. ¿Cómo podemos saber nosotros que eso lo van a hacer en dos actas? ¿Cómo vamos a decir que si usan dos actas se conserven las dos? No tiene sentido. Las partes no supimos de las dos actas hasta después del veredicto. No pudimos saber que había dos actas y, por tanto, no pudimos pedir que se uniera a las actuaciones”.
En cuanto a la defensa, ejercida por Javier Sánchez Vera, esgrimió el argumento de que “el acta no es lo que ha decidido el asunto”. El abogado dijo que “las acusaciones no han contestado lo que tenían que contestar”. Y aseguró “que no hubo indefensión, ni han hablado del tema porque no pueden hablar del tema. Bastaba con que el acusador particular hubiera dicho en las alegaciones lo que se estaba quebrantando, y no lo hizo”.
Sánchez también dijo que “respecto del tribunal del jurado tiene dicho el TSJ que cuando hay irregularidad procesal no vale si no se dijo en su momento, también habla la jurisprudencia, también dice quien contribuyó y no lo evitó no lo puede alegar”
Respecto de la famosa acta aseveró que “estábamos en una sala como esta y allí estaba el acta y no la pidieron. Lo único que dijo la presidenta es que motivaran más y por eso no lo pidieron. Solo cuando vieron que el veredicto era absolutorio empezaron con todo este tema porque sabían que la sentencia de jurado es casi inamovible. Habría indefensión si la hubieran pedido y la juez no se la hubiera dado, o si hubieran pedido la palabra y no se la hubiera dado, y eso no pasó”.