ORIHUELA. A veces sorprende cómo es posible que con la cantidad de tendencias musicales, la invasión de la radiofórmula y tanto producto de consumo rápido y fácil, siguen existiendo pequeños santuarios después de décadas y décadas en activo. Y más si son de rock and roll, un estilo que nunca ha perdido a sus seguidores, pero sí en cambio a pubs y salas míticas, al menos en la provincia de Alicante. Eso sí, hay algunas que siguen combatiendo y dando guerra, como es el caso de La Gramola en Orihuela, de quien poco hay que decir a estas alturas. Y si hay que decirlo, siempre se puede pasar por aquí. El próximo miércoles, acoge un nuevo concierto, el de Grand Royale.
Ante esa pregunta formulada anteriormente, la respuesta es fácil, y se ve con programaciones como la del día 18. Unir Suecia y Orihuela con un concierto. Esa es la magia de La Gramola y la respuesta a que a día de hoy siga en activo después de un cuarto de siglo; a ser fiel a su gente y a su filosofía, apostando por clásicos pero también contratando conciertos de formaciones que empiezan a despuntar sin importar de dónde vengan. Y claro, tampoco es casual que se hayan ido a Suecia a pescar, los países nórdicos son un prolífico reguero de grupos guitarreros.
En ese sentido, Grande Royale han publicado este año su tercer larga duración, Breaking News (The Sign, 2017), un disco en el que muestran ese sonido hereditario del rock nórdico de personalidad como el de Hellacopters. De hecho, el productor del disco es Nicke Andersson, que ha hecho lo mismo con los propios Hellacopters o con otras formaciones como Imperial State Electric. Una denominación de origen que destapa una vez más la calidad por la que se apuesta desde la sala oriolana y la coherencia que sigue rigiendo sus programaciones.
En lo que respecta a la banda, este nuevo trabajo es el primero que no se han producido ellos mismos, y la mano de Andersson en ese sentido se nota, con un sonido más pulido y menos caótico; más maduro, en definitiva. Un trabajo en el que encontrar píldoras de rock and roll puro High School que decían los Ramones, algún arrebato punk y una orientación más pop que les da una melodía pegadiza por la que entrar fácil a tus pabellones auditivos.
Melenas largas, estribillos con secciones vocales efectistas y algún punteo rock and rollero para contentar a los parroquianos más ortodoxos. Una idea genial para afrontar un día tan duro como el miércoles, que está ahí en medio, entre Pinto y Valdemoro. Así que acudir a que te calienten estos hijos del frío no es en absoluto descabellado. Decibelios, americanas y la tradición del rock potente nórdico. No hace falta decir más.
Odín seal of approval.
