ALICANTE. Los servicios jurídicos del Real Club de Regatas de Alicante han presentado ante la Autoridad Portuaria de Alicante su informe de alegaciones contra las obras de construcción de una pasarela “volada” que afectaría gravemente la acción portuaria de la entidad y a las actividades deportivas y sociales del RCRA. Para el RCRA -que dispone del derecho concesional de uso del espacio que solo se puede modificar por Ley-, la obra que lleva a cabo la Autoridad Portuaria de Alicante no dispone del amparo normativo para poder afectar a la concesión, principalmente porque los trabajos acometidos no son de interés portuario.
La pasarela, que forma parte de una obra integral en el puerto, condiciona gravemente la continuidad de las secciones deportivas y de la movilidad de las embarcaciones del club, así como de los servicios de botadura/varada, marina seca, y de los numerosos atraques colindantes a la actuación y, además, se lleva a cabo vulnerando el derecho concesional al implantar una servidumbre sin consentimiento del Club y sin amparo legal que limita la actividad del club. Como alternativa, el RCRA propone que se modifique el proyecto y la zona peatonal discurra por la parte trasera de la concesión.
La obra proyectada provocaría una grave disfuncionalidad en la zona varada y, por otro lado, la actividad de remo -profundamente consolidada en la ciudad con más de 500 remeros- se vería seriamente afectada. En cuanto a la vela deportiva, la actuación impide no solo la actividad de los monotipos sino que, además, el club pueda gestionar y disponer de su flota para la vela de base. En concreto y en cuanto a cifras, esta acción de la Autoridad Portuaria de Alicante afectaría directamente a 500 licencias deportivas de remo, muchos de ellos deportistas de la Universidad de Alicante con la que el club tiene un convenio para la práctica de este deporte por parte de sus alumnos, otras 400 licencias de vela monotipo y crucero y a los 556 amarristas de los pantalanes afectados.
El deporte de la vela, que cuenta con escuela, organización y participación en competiciones a todos los niveles, quedaría seriamente en entredicho. Estas competiciones se celebran a lo largo del año en repetidas ocasiones, por lo que para botar o sacar del agua las numerosas embarcaciones que participan en las competiciones se emplea la rampa de varada y, por tanto, el tramo elevable estaría prácticamente todos los días elevado, por la frecuencia de paso de veleros. Otro riesgo es que se manejan productos inflamables y tener tan próxima una vía peatonal es un peligro ya que desde la pasarela se pueden arrojar elementos susceptibles de provocar un incendio. Por otro lado, la anchura resultante del canal de navegación no cumple con las recomendaciones y las embarcaciones no podrán operar de forma segura, corriendo el riesgo de golpear a otras embarcaciones, a las abarloadas en el muelle o incluso a la propia pasarela. Además, la rampa de varada-botadura se utiliza diariamente para el ascenso y descenso de botes de trabajo, remolques, embarcaciones de remo, veleros, motoras, neumáticas de bomberos, Guardia Civil, actividades que quedarían muy comprometidas.