ALICANTE. La Autoridad Portuaria de Alicante remata los últimos pasos para cumplir con el catálogo de medidas 'antigraneles' al que se comprometió con el Consell en 2016, mientras se construye la nueva terminal con naves cerradas que explotará Eiffage y con la que este material dejará de moverse al aire libre como sucede hasta ahora. Según el anuncio publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el puerto ha sacado a licitación un proyecto de I+D+i para "cubrir mediante lonas los graneles sólidos" en la terminal alicantina.
El importe de salida de este proyecto es de 170.500 euros más impuestos (206.000 euros, aunque el IVA lo soporta el Estado), y el puerto lo adjudicará a la mejor oferta económica que no sea descartada por baja temeraria. Es decir, el precio ofertado por los licitadores supone el 100% de la valoración de las ofertas. Las plicas se abrirán el próximo jueves, y una vez adjudicado, el contratista elegido tiene dos meses de plazo para poner en marcha el proyecto. Si no hubiera retrasos (cosa casi imposible en un concurso público), el nuevo sistema de cubrimiento de los graneles podría estar operativo en noviembre.
Según la memoria del proyecto, éste consiste en un sistema de lonas de protección para cubrir las parvas de los graneles sólidos, fabricadas con lonas y mallas vinílicas similares a las que se emplean en estos momentos en las pantallas cortavientos, que fue una de las primeras medidas 'antigraneles' que aplicó el puerto alicantino. Este material textil se desplegará y replegará sobre los graneles según las necesidades, a través de barras rígidas, sogas y un lanzacabos manual, homologado para dispararse incluso en ambientes con gas o petróleo. El sistema se completa con un cabrestante eléctrico y un enrollador mecánico de acero. El diseño ha sido elaborado por el ingeniero Jaime Alonso, de la Universidad de Alicante (UA), y fue aprobado por la APA el pasado junio.
El cubrimiento de los acopios sólidos pulverulentos que estén a la intemperie durante su almacenamiento temporal en el puerto era una de las medidas exigidas por la Resolución de 21 de noviembre de 2016, mediante la cual el Consell autorizaba al puerto a seguir con la actividad de los graneles pero con una serie de restricciones para limitar su impacto en el medio ambiente y en las viviendas más cercanas. Antes de este sistema que se pondrá en marcha a finales de año, el puerto ya ha activado otras medidas como las pantallas cortavientos en la zona de operativa, un sistema de alerta medioambiental por vientos, un sistema de nebulización de agua sobre las nuevas pantallas y un sistema de lavado de ruedas para los camiones a la salida de la terminal, tal como se recuerda en la memoria.
Con todo, la solución definitiva a la problemática de los graneles debe llegar con la construcción de las naves cerradas que se adjudicó en julio a la constructora francesa Eiffage, propietaria de la ilicitana Los Serranos. La nueva terminal se construirá en el muelle 17, y la adjudicataria asumirá la construcción a cambio de explotarla durante los próximos 30 años. La propuesta de Eiffage contempla una inversión de 8 millones de euros para que la nueva infraestructura pueda estar operativa en el arranque de 2020, con una previsión de tráfico de 1,5 millones de toneladas de materiales pulverulentos. Es decir, cerca del 50% del volumen de tráfico global que se mueven en el Puerto.