La intersección entre La Explanada y la Rambla.ALICANTE. La reurbanización del tercer tramo del Paseo de La Explanada de Alicante, en proceso de redacción de proyecto, tras el acuerdo de licitación que se prevé aprobar este martes, tendrá una fase previa que podría ponerse en práctica este mismo año, sin necesidad de esperar a que se ejecute la obra. Cuando menos, esa es la propuesta que trata de impulsar la Concejalía de Urbanismo que coordina el edil Adrián Santos Pérez (Cs), en coordinación con las áreas de Movilidad y de Transportes.
En concreto, el planteamiento que persigue el departamento de Urbanismo consiste en restringir en el menor plazo posible la circulación de vehículos y autobuses en el tramo comprendido entre la calle Bilbao y la avenida de la Rambla. Para ello, se deben poner en marcha soluciones alternativas que permitan asumir ese tráfico, de modo que -una vez que se disponga del proyecto definitivo que se pretende contratar ahora- las obras no tengan que demorarse hasta que se hayan implantado esas modificaciones. De hecho, el objetivo es que los trabajos puedan desarrollarse durante el primer semestre de 2022 para que todo el paseo quede unificado, con las mismas características en cuanto a pavimentación e instalación de mobiliario urbano, una vez finalizada la remodelación de la segunda fase, entre Canalejas y la calle Bilbao.
A priori, la opción que ya se ha venido sondeando como propuesta alternativa para la redistribución de la circulación prevé que los autobuses utilicen parte de la avenida de la Rambla como lugar de giro, así como punto de cabecera para la realización de paradas tácticas. No obstante, esa modificación podría plantear dificultades para ejecutar otro de los proyectos que el bipartito (PP y Cs) pretende llevar a término en el margen de los dos próximos años: la peatonalización de la Rambla.
En principio, se baraja que los autobuses realicen el giro en la Rambla y que utilicen un tramo de la avenida como punto de parada
¿Qué consecuencias tendría? En esencia, que con el cierre del tramo, desde la calle Bilbao hasta la Rambla, podría resultar necesaria la ocupación de más de un carril de la Rambla para compatibilizar la circulación de los autobuses (que seguirían discurriendo por la avenida tras su peatonalización) y ese nuevo espacio a reservar como punto de parada. Es más, esa afección podría extenderse incluso hasta la intersección de la Rambla con Rafael Altamira, según fuentes consultadas. De ahí que los departamentos de Urbanismo, Movilidad y Transportes traten de concertar una alternativa viable que no obstaculice ninguno de esos planes.
Respecto a las características del proyecto de remodelación de la tercera fase del paseo, las mismas fuentes indicaron que la principal dificultad será diseñar una propuesta que integre el punto de evacuación de aguas pluviales situado en el entronque de la Rambla con La Explanada. En esta línea, se baraja la posibilidad de incluir una fuente ornamental similar a la que se implantó en la Plaza de España para la recogida de las aguas pluviales arrastradas desde la avenida de Alcoy y de Xixona.
