el sur del sur / OPINIÓN

El personal de los hoteles

24/04/2022 - 

Faltan camareros. Lo habrán oído mil veces. Es una reclamación que no sólo afecta a la hostelería. Posiblemente nos encontramos con algo muy  estructural. Ahora el foco está puesto en los bares, y el pasado miércoles, un grupo de directores de hotel, también lo puso en el sector del alojamiento: no sólo hay dificultades por captar personal, si no también en motivar al personal que ha trabajado en los hoteles y que ahora los establecimientos se han dado cuenta de que es necesario retener talento en las empresas, incluidas aquellas que tienen un modelo de negocio más básico.

Del sector hotelero está casi todo dicho. Sólo es necesario que entre un elemento nuevo -llámese tasa o kelly- para que los cimientos se polaricen. No suele existir término medio. El turismo suele ser el sector del que todos se apuntan los tantos del éxito (sólo hace falta que salga el sol), pero qué pocos abundan -públicamente- en los que proponen mejoras para que las piezas de ese engranaje funcionen mejor. Ya se sabe: si introduces elementos de mejora o de debate, eres el demonio; si empujas la rueda -aunque genere llagas en las pieles del entorno- eres el mejor. Cualquier imprevisto suele tener un culpable -y, por desgracia- un carné. Los grises no existen.

El miércoles, en Benidorm, hubo un debate entre los directores del hotel de la ciudad. Según describe la compañera Alba Mercader, la conclusión fue clara: o el sector no hace esfuerzos por ofrecer unas mejores condiciones laborales o de motivación, los establecimientos se pueden encontrar en los próximos años como ahora los bares y los restaurantes. La reflexión no es baladí: si escuchas a los que analizan la futura generación el escenario es todavía más sombrío: sólo quieren empleos de 8 a 15 horas. Ante tal panorama, la cosa aún pinta peor.

Los directores no plantearon nada que no pase en otros sectores. Sin ir más lejos, hay una parte de la industria de la provincia de Alicante que tiene el mismo dilema, le falta encontrar a personal formado, y además se topan con el mismo obstáculo: retener al personal que moldean y que tiene talento. 


La pandemia ha cambiado muchas cosas, y entre ellas, las relaciones y las formas de trabajo. Además de los modelos mixtos o remotos, allí donde se pueda, la mano de obra cualificada se ha convertido en un estandarte de una empresa porque al fin y al cabo el comprador de un producto y el receptor de un servicio lo que busca y quiere es fiabilidad, garantía y, ahora, además, una buena experiencia que le recomienda o en la que le acompaña un profesional. Tales reflexiones también fueron apuntaladas en otro debate,  el organizado por Dircom, el jueves, sobre el turismo de salud y los nuevos valores. La mayoría coincidieron en unidad del sector, personal cualificado, transmitir valores y experiencias y huir de los modelos low cost.

Si hurgamos en otros sectores veremos que tienen el mismo problema: vean el calzado, que se roba a los profesionales entre empresas; o el metal, al que la FP le nutre estudiantes formados, pero a lo mejor no en la zona de influencia que corresponde, por citar dos ejemplos, no muy diferentes del hotelero.

Por lo tanto, la reflexiones de los manager de los establecimientos de Benidorm no es algo aislado. Es algo latente, y que tendrán abordar las empresas, no sólo las hoteleras, y que será más preocupante ante las futuras generaciones, que lo quieren todo fácil, rápido y a golpe de un click. El trabajador cualificado es hoy en día un elemento de valor dentro de una empresa que tiene un modelo de negocio viable y que está y debe estar atento a posibles movimientos del mercado, cada día más cambiantes. Sólo hay que echar la vista atrás y ver lo que ha pasado, qué nos ha penalizado y que nos ha dado viento de cola.

Si todos coincidimos en que tenemos un buen producto, que lo tenemos; que hemos sabido y sabemos competir, dentro y fuera de las fronteras, el futuro aboca a poner el esfuerzo en hacer realidad que el trabajador es un elemento más de esa cadena. Y si tiene un buen producto, bien prestado por buenos profesionales, tu precio siempre podrá ser mejor y, por tanto, más rentable. Y a veces la rentabilidad no sólo está en el beneficio económico, sino en el que proporcionas a toda tu cadena de valor: clientes, trabajadores y proveedores. Ahora falta hacerlo sostenible sin que te llamen demonio. Vale para cualquier negocio. ¿Hay algo más atractivo para una empresa que quieran trabajar en ella?

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