Un año y un mes después del plazo establecido por la ley, ayer se constituyó el nuevo Patronato del Palmeral de Elche. Un año de retraso. Muy buenas palabras muy bonito todo, pero un año de retraso respecto al plazo máximo establecido.
La nueva Ley del Palmeral de Elche entró en vigor en noviembre de 2021, (tras ser postergada por pitos y flautas durante más de cinco años desde que se anunció y llegando algunas décadas tardes con una normativa de 1986 hasta bien entrado el siglo XXI) y desde entonces al día de hoy prácticamente no se ha hecho nada. Pero cuando digo nada es que ni siquiera se han cumplido los básicos trámites para empezar a operar, como por ejemplo ese tan básico y a priori tan simple, la constitución del órgano rector que debe impulsar esos trabajos.
Bueno, claro, el acelerador de partículas y proyectos que es la campaña electoral ha hecho que por fin, ayer se constituyera el Patronato con la presencia en Elche de la consellera de Cultura, Raquel Tamarit. Un año de retraso respecto a la fecha máxima que impone la ley para su constitución. En fin, que así es como se protege y valora uno de los elementos culturales, medioambientales y patrimoniales más importantes de la ciudad. Atención, que no se me olvide, que es Patrimonio de la Humanidad, que se nos llena la boca con los elementos valorados por Unesco pero luego se queda todo en la declaración vacía y de postureo.
Sobre las palmeras en Elche hay muchos mitos y creencias. Cuando yo era pequeña se decía que por cada ilicitano en Elche había tres palmeras. Eso ya no es así por dos motivos, Elche ha crecido mucho en población, 235.580 según el último dato, y desde que yo nací a ahora nos hemos cargado unas cuantas.
También durante un tiempo se extendió la idea de que tener un huerto era una penalización en vez de un bien ya que había muchos impedimentos para tener alguna rentabilidad de ese huerto, ni por el tema agrícola ni por la construcción y prácticamente era un gasto. Todo ello ha ido evolucionando así como la sociedad y la sensibilidad hacia el patrimonio vegetal y hoy en día creo que somos muy conscientes de que tenemos que proteger las palmeras, por nuestro futuro como ciudad, pero no reflexionamos sobre si lo estamos haciendo.
Fíjense que voy a decir una cosa que me puede llevar directamente a los puestos de descenso del ilicitanismo de pro. Creo que es más importante para la ciudad cuidar el Palmeral que la Dama, (hay un bar en Elche que se llama así, se lo recomiendo, los mejores zepelines de la zona), y sin embargo si pudiéramos contar los minutos que nuestros dirigentes de aquí y de allá, aspirantes a dirigentes, antiguos dirigentes y futuros dirigentes dedican a uno y la otra gana por goleada la Dama.
¡Qué lástima! Volem la Dama y no volem palmeral. Como lo tenemos aquí, se cumple aquello de que no valoramos lo que tenemos. Les propongo un juego: ¿Pueden imaginarse esta ciudad sin palmeras? Ahora imagínense esta ciudad sin la Dama… bueno eso es cierto porque aquí no está, no hay que imaginárselo, pero piensen cómo cambiaría nuestra vida si no existiera. Pues eso.
