ALICANTE. El histórico turoperador británico Thomas Cook, desaparecido tras una dramática quiebra el pasado otoño (más allá de algunas filiales en países europeos que siguieron operando de forma independiente), podría regresar como un actor principal del mercado turístico en Europa este mismo verano. Al menos, esa es la intención del grupo inversor chino Fosun International, que ya era accionista del Thomas Coook original y que, tras la liquidación de la empresa, compró la marca por unos 13 millones de euros.
Eso sí, la 'nueva' Thomas Cook tendrá poco que ver con la anterior. Una empresa a la que se achaca no haberse adaptado a los nuevos tiempos del negocio turístico, dominado por las tecnológicas y las nuevas tendencias que encarnan AirBnB y su controvertido turismo residencial, o los buscadores de alojamientos reglados como Booking. Precisamente, la intención de Fosun es resucitar a Thomas Cook como operador online, con una estructura mucho más ligera que la que se fue a la quiebra y un modelo de negocio en disposición de competir con las nuevas tecnológicas que dominan el mercado de las reservas.
Según ha publicado esta semana el diario británico The Times (y recoge el portal especializado Hosteltur), la intención de Fosun International es relanzar a Thomas Cook el próximo mes de junio en Europa, para aprovechar el inicio de la temporada alta de reservas y volver a fidelizar al público del Continente. La idea es volver a captar a consumidores familiarizados con la marca, y para ello el grupo asiático estaría reclutando a personal que trabajaba en la antigua Thomas Cook, y a punto de solicitar una licencia ATOL a la Autoridad de Aviación Civil británica para poder operar en el Reino Unido, según la información de The Times.
En cualquier caso, está por ver el impacto que tiene este 'regreso' en la Costa Blanca. Por un lado, si la nueva Thomas Cook empieza a operar en junio, llegará tarde para llevarse un 'bocado' significativo en las reservas de turistas británicos (que el Patronato de Turismo provincial espera que crezcan a pesar del Brexit), puesto que en nuestro caso la venta de paquetes a los turoperadores se cierra con varios meses de antelación, y de hecho el grueso de dichas reservas se empezará a negociar este fin de semana en Fitur. Por otro, la 'antigua' Thomas Cook tenía una gran incidencia en el turismo de Canarias y Baleares, pero no tanta en la provincia de Alicante: el año pasado solo se perdieron 13.000 reservas, y dos vuelos semanales a Manchester.
El grupo inversor chino, con una división dedicada al negocio turístico, era uno de los principales accionistas de Thomas Cook justo antes de que quebrase, con alrededor del 18%. De hecho, en septiembre hizo una oferta para quedarse con el negocio de turoperación del grupo británico, pero fue rechazada por considerar que no reflejaba el auténtico valor de mercado y que, en cualquier caso, era insuficiente para evitar la quiebra. El grupo británico, pionero en su sector, debía afrontar pagos por 225 millones de euros en septiembre, pero no llegó a un acuerdo con sus acreedores y suspendió pagos. Tras la quiebra, Fosun se ha hecho con la marca, y ahora trabaja para poner en marcha el negocio respaldado por el recuerdo en los consumidores.
En España, el 'roto' de Thomas Cook lo pagaron principalmente Canarias y Baleares, dado que en Benidorm el pionero de la turoperación había reducido mucho su peso. Aportaba unos 500 turistas diarios de media, una cantidad testimonial en la ciudad de los rascacielos, y los hoteleros perdieron alrededor de 1 millón de euros de ingresos, según los cálculos que hizo Hosbec entonces. El regreso de la marca como negocio online, eso sí, podría impulsar el turismo británico hacia la Costa Blanca en el año del Brexit, que está a punto de consumarse.