ELCHE. Para 2035, está previsto que el Aeropuerto de Alicante-Elche pueda mover sin problemas más de 100.000 vuelos anuales con 17 millones de pasajeros. Para cumplir con las previsiones, el Ministerio de Fomento está promoviendo la segunda pista de aterrizaje de la infraestructura, algo que se está planteando ya en borrador del Plan Director del aeropuerto y su Documento Inicial Estratégico, y que ya se ha remitido al Ministerio de Transición Ecológica para su evaluación ambiental. A su vez, este lo ha enviado al Ayuntamiento de Elche, que ya ha hecho varias alegaciones al mismo porque la construcción de la segunda pista supone lastrar y condicionar el desarrollo urbanístico de Torrellano, la ampliación de Elche Parque Empresarial, en tramitación, y al saladar de Aguamarga, en el término municipal de Alicante.
Después de una legislatura relativamente convulsa con las pedanías, este informe muestra que la opción elegida —construirla al norte de la actual pista por ser la menos dañina con el medio ambiente— para la construcción de la segunda pista del Aeropuerto Alicante-Elche, choca con el Plan Parcial aprobado del sector TO-3 de Torrellano, reservado para levantar un gran sector residencial, y que como adelantó Alicante Plaza, está ya en su fase de reparcelación con los propietarios del mismo. Aunque en su momento el Plan Parcial tuvo en cuenta la posibilidad de esa segunda pista del aeropuerto, los técnicos de Urbanismo han señalado que sería conveniente que la alternativa seleccionada —la otra opción, una pista paralela a la actual, al sur, no se recoge en el Plan General ilicitano— fuera compatible con las alturas permitidas en estos suelos. Como señalan, tras revisar la propuesta de servidumbres aeronáuticas, "parecen hacer inviable el desarrollo del sector, puesto que las líneas de limitación de las alturas se sitúan a menor cota que las líneas con las que se informó favorablemente el Plan Parcial".
Pero no es el único sector afectado. De hecho, los técnicos municipales revelan que "todo el núcleo de Torrellano se encontrará en zona vulnerada por el terreno, mientras que con la actual pista sólo se encuentra afectada la zona suroeste del núcleo". El TO-4, de uso terciario de IFA, que cuenta con todos los instrumentos de ordenación y gestión aprobados y están en fase de urbanización. Este sector se encontrará afectado en su mayor parte por la zona de seguridad de las servidumbres radioeléctricas. Las líneas de limitación de alturas se sitúan de nuevo a menor cota que las del Plan Parcial aprobado; es decir, lo mismo que ocurre en el sector TO-3. Por otra parte, esta hipotética nueva pista también afecta al sector TO-2 y TO-1, el primero ordenado pero sin programar en el PGOU, y el segundo sin ordenar y sin programar. Ambos se encontrarán en zona vulnerada por el terreno, con poco margen para las alturas, "por lo que en ellos podría quedar impedido su desarrollo".
Pero no son estos sectores los únicos perjudicados en Torrellano. También hay para Elche Parque Empresarial, ubicado en la pedanía ilicitana, y cuya ampliación en trámite generará un nuevo sector, el E-49. Una ampliación que se verá afectada en la Modificación Puntual del PGOU ilicitano. Una vez más, las nuevas servidumbres aeronáuticas que figuran en el borrador del Plan Director son diferentes a las de la ampliación del Parque Empresarial, "por lo que se considera conveniente que la alternativa elegida sea compatible con la ampliación y su ordenación pormenorizada". Cuestión que no es menor, ya que de no ser así y tener que modificar alguno de sus trámites, habría que recordar que después de un año esperando, Pimesa recibió la luz verde de la Dirección General de Aviación Civil, el informe que más ha tardado dentro de un proceso burocrático ya de por sí bastante denso.
Además, los terrenos previstos para la segunda pista del aeropuerto afectarán a gran cantidad de suelo no urbanizable sobre el que se desarrollan actualmente actividades relacionadas con los aparcamientos de vehículos al servicio del aeropuerto. Por lo que el equipo técnico propone que se reserve suelo para dicho uso. Por último, otro de los grandes handicaps es el del impacto medioambiental, que ya lleva tiempo acarreando denuncias del colectivo ecologista. La zona de servicio propuesta para la segunda pista y su área aumentarán gravemente la afección en suelos de zonas húmedas situados al este y colindantes con el saladar de Aguamarga y su ecosistema —en el término de Alicante—. Los técnicos estiman que la intervención debería ser compatible con la protección de estos suelos. En cualquier caso, el tripartito contempla adquirir parcelas privadas del Clot de Galvany en la misma proporción que se pierdan los primeros, en compensación. Asimismo, cabe apuntar que el documento no aporta las afecciones acústicas —aunque la Dirección General de Acción Civil ha informado favorablemente—, un asunto que ha sido otra queja histórica de los vecinos de la pedanía por estar cerca del aeropuerto.
Así pues, a grandes rasgos, el equipo técnico interdepartamental que ha elaborado estas aportaciones al borrador apunta que:
Las servidumbres aeronáuticas que se deriven de la alternativa elegida producirán un importante impacto social, ambiental y económico sobre los suelos del entorno del aeropuerto, urbanos pendientes de edificación y sobre los futuros desarrollos urbanísticos previstos desde el Plan General y que han sido informados favorablemente por Aviación Civil, por lo que se solicita que se compatibilice la solución adoptada con tales desarrollos.