ELCHE. El Plan Director del Aeropuerto Alicante-Elche del Ministerio de Transición Ecológica, realizando ahora la evaluación ambiental de la segunda pista de aterrizaje que ya ha estudiado Fomento, ha llegado al Ayuntamiento de Elche para que formule sus alegaciones, previa vuelta de nuevo al ministerio. Esta segunda pista no sólo afecta al humedal de Aguamarga —del término municipal de Alicante—, como ya se sabía, también a varios sectores urbanizables o sin planificar del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Elche. Principalmente de Torrellano.
Esos sectores son principalmente el TO-3, que está reservado para levantar un gran sector residencial, y como adelantó Alicante Plaza, está ya en su fase de reparcelación con los propietarios del mismo. Aunque ya en su momento el Plan Parcial tuvo en cuenta la posibilidad de esa segunda pista del aeropuerto, los técnicos de Urbanismo han señalado que sería conveniente que la alternativa seleccionada —hacer la pista al norte de la pista actual— fuera compatible con las alturas permitidas en estos suelos. Como señalan, tras revisar la propuesta de servidumbres aeronáuticas, "parecen hacer inviable el desarrollo del sector, uesto que las líneas de limitación de las alturas se sitúan a menor cota que las líneas con las que se informó favorablemente el Plan Parcial".
Asimismo, también tendría impacto sobre el Plan Parcial del sector TO-4, de uso terciario de IFA, que cuenta con todos los instrumentos de ordenación y gestión aprobados y están en fase de urbanización. Este sector se encontrará afectado en su mayor parte por la zona de seguridad de las servidumbres radioeléctricas. Las líneas de limitación de alturas se sitúan de nuevo a menor cota que las del Plan Parcial aprobado. Es decir, lo mismo que ocurre en el sector TO-3. Por otra parte, esta hipotética nueva pista también afecta al sector TO-2 y TO-1, el primero ordenado pero sin programar en el PGOU, y el segundo sin ordenar y sin programar. Ambos se encontrarán en zona vulnerada por el terreno, con poco margen para las alturas, "por lo que en ellos podría quedar impedido su desarrollo".
Además, los terrenos previstos para la segunda pista del aeropuerto afectarán a gran cantidad de suelo no urbanizable sobre el que se desarrollan actualmente actividades relacionadas con los aparcamientos de vehículos al servicio del aeropuerto. Sobre el impacto en Aguamarga, ya conocido, de esta segunda pista, el Ayuntamiento contempla comprar parcelas privadas del Clot de Galvany para que se compense el impacto medioambiental de esta intervención, que impedirá el hábitat de aves acuáticas. En cualquier caso, esta alegación y cómo fructifique, está supeditada también a las que haga el Ayuntamiento de Alicante.
La segunda pista de aterrizaje que se contempla tendrá una longitud de 2700 metros y se situará al norte de la actual. Tendrá también afección en las carreteras N-340, N-338 y N-332.