Pretender cumplir la cifra exigida por la ue y bajar la tasa de basuras

El contenedor de compost llega en pruebas a la Vega Baja para mejorar el escaso reciclaje 

10/02/2019 - 

ORIHUELA. La cifra de reciclaje en la Vega Baja alarma al Consorcio Vega Baja Sostenible. La escasez de la separación de residuos en la comarca es una de las mayores preocupaciones del consorcio a la hora de afrontar el reto de llevar a cabo una estrategia que cumpla con las directrices marcadas dentro del Plan Integral de Residuos (PIR) y de la directiva marco de la Unión Europea en materia de residuos. A partir de 2020 la habilitación de un quinto contenedor, dedicado al compostaje, será obligatorio los países europeos, y su implantación se debe reflejar en la menor cantidad posible de residuos orgánicos en los vertederos. 

De momento, a forma de prueba, la entidad ha adquirido 256 compostadoras de biorresiduos, con una inversión de 18.000 euros que implantará en los 27 municipios de la Vega Baja. El plan es implantarlos, de manera pionera en centros sociales, educativos y zonas verdes; en puntos públicos y abiertos que se puedan convertir en referentes del aprovechamiento de la materia orgánica. La distribución de los contenedores irá en función del número de habitantes de cada población en la comarca. El máximo en las mayores localidades, como Orihuela y Torrevieja será de 15 recipientes.

El presidente del consorcio, Manuel Pineda, admite que el número de estos contenedores es, a todas luces, insuficiente para ser eficientes,  pero lo que preteden en una primera fase de implantación es, precisamente "concienciar y sensibilizar" a los vecinos de la comarca para aprender a separar el residuo orgánico y, sobre todo, aprovechar su uso. Y es que, el 40% de los residuos son materia orgánica. Por lo tanto, estas composteras que va a repartir el Consorcio Vega Baja Sostenible pretenden ser un comienzo para que en el futuro se implanten otras medidas como el puerta o puerta o contenedores informatizados para saber cuánto se recicla.

El objetivo de esta actuación, incluida en las medidas articuladas dentro del Plan Integral de Residuos de la Comunitat, es fomentar el compostaje comunitario en centros educativos, centros cívicos o comunidades de vecinos. Una forma de gestión de la fracción orgánica biodegradable para su posterior aplicación al suelo, especialmente en aquellos municipios con un marcado carácter rural.

Las salidas del compost como recurso podría ir a manos de empresas o personas interesadas en conseguir el material para la mejora de suelos agrícolas , o las propias administraciones públicas que lo usaran para el mismo fin. La utopía es llegar a llevar a los vertederos solo un 10% de residuos orgánicos y reconvertir el resto. 

Objetivo utópico, ya que, ahora, en la Comunidad Valenciana, llegan a los vertederos entre un 70 y un 80 de restos orgánicos. Toca acelerar los pasos antes de que lleguen multas de la Unión Europea. 

La entidad repartirá 152 unidades de 445 litros y 104 unidades de 800 litros entre los municipios de la Vega Baja. Los contenedores en prueba servirán para que la Vega Baja se conciencie sobre la posibilidad de convertir la materia orgánica en un producto de uso agrícola. Desde el consorcio atribuyen los escasos, casi nulos datos de reciclaje a la falta de concienciación y sensibilización realizada por gestiones anteriores. El objetivo, pues, a partir de ahora es el de fomentar el compostaje comunitario a través de los fondos dispuestos por el Consell en 2018. 

Con las exiguas cifras de reciclaje, será complicado que el quinto contenedor, de entrada, cuaje en los municipios de la comarca, máxime cuando las plantas de transferencia aún son proyectos si fecha de construcción. De todos modos, desde el consorcio piden colaboración de los ayuntamientos de la Vega Baja para que los sistemas de compostaje funciones. Piden el compromiso político de las concejalías de Medio Ambiente para que planteen los planes de compostaje en cada municipio. El objetivo último es, precisamente, cumplir el objetivo de Europa en materia de residuos y, además tratar de rebajar la tasa de basuras en la factura de los vecinos de la comarca. Plantean que todos los residuos orgánicos no vayan al contenedor gris, sino al de compostaje para que no se pague por el transporte de estos restos.

Para el consorcio, la fracción orgánica no es un residuo, si no un recurso. La función de concienciación, precisamente es la de poner a prueba a los vecinos de la Vega Baja y que mejoren las cifras de reciclaje para conseguir que la tasa de basuras baje, teniendo en cuenta que el quinto contenedor será obligatorio. Además, hacen un llamamiento para que las personas "concienciadas" colaboren en las labores de compostaje y que aporten sus conocimientos y ayuden a remover los residuos, un proceso necesario para que el resultado sea efectivo. 

Para que el compost funcione, los contenedores nuevos deben albergar solo restos orgánicos, sin mezcla de plásticos o metales. Es la única forma de que el compost sea de la máxima calidad y que no ocurra como en las actuales plantas de tratamiento en la que llegan residuos mezclados. 

Desde el consorcio, en un plan más ambicioso, quieren llegar a conseguir contenedores informatizados para habilitar una tarjeta medioambiental que permitiría un ahorro de hasta un 50% de la tasa de basuras para aquellas personas que mejor separen restos. 

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