ELCHE. Con el final del verano y la llegada de septiembre, los distintos sectores económicos empiezan a hacer balance de lo que dejan atrás y lo que llegará. En el apartado industrial, el sector del calzado, que ha sido de los más golpeados durante la pandemia por su inherente exposición al comercio —a pesar de aquellos que han podido subsistir con la modalidad online—, empiezan a recuperarse recuperando cifras exportadoras y mayores aforos en las ferias internacionales que ahora llegan. Eso sí, a pesar de todo, siguen mirando atentamente la situación con los aranceles de EEUU, ya que la suspensión temporal vence a los 180 días, es decir, en noviembre.
En ese sentido, están empezando a retomar las conversaciones con el Gobierno para ver cómo van las conversaciones bilaterales entre Europa y la OCDE en el marco de fiscalidad internacional. Lo que van a plantear es otra suspensión, pero esta vez con un plazo más amplio, "porque el final de esta suspensión temporal vuelve a colocar al sector en un periodo crítico, nos sitúa cuando se tienen que confirmar los pedidos, por lo que la empresa tiene que asumir el riesgo de encargar el pedido a Estados Unidos sin saber si logrará colocarlo", explica la presidenta de la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice) y la patronal valenciana del sector (Avecal), Marián Cano. "Parece que las conversaciones van por la buena senda pero eso se conseguiría con un mayor plazo", y es ahí donde señala que plantearán una suspensión de entre 2 y 5 años, ya que tienen el precedente de aranceles a otros productos europeos. "Son negociaciones que necesitan tiempo, no queremos tener que estar cada seis meses renovando la medida cautelar con la espada de Damocles sobre nosotros", explica.
Por ello miran con recelo la situación de los aranceles, ya que podría influir de nuevo o hacer peligrar una recuperación lenta que empieza a asomar. De hecho, en el registro de junio el volumen de exportaciones fue un 11% superior que junio de 2019, a pesar de que a nivel global, las cifras aún están lejos de las de prepandemia. "Empezamos a tener cifras positivas, pero hay que ponerlas en contexto si comparamos 2021 con 2020, porque este último fue muy complicado", explica Cano, añadiendo que la clave pasa por la reactivación del consumo para que la cadena se ponga en marcha. Los meses del confinamiento y el cierre de estos comercios provocaron un efecto dominó con pedidos cancelados y generación de stock.
A este respecto, desde el sector se da por hecho que la recuperación de los niveles previos al coronavirus no llegarán hasta 2022. O incluso finales de 2021. Teniendo en cuenta que las ferias de calzado ya no son como antes, en las que se volvía de ellas con todo el pedido o la venta hecha, ahora van tomando el pulso de los clientes, y se nota que hay una mejora, pero aún moderada, con expositores que tiran de medias reposiciones o de stock pendiente por colocar por las restricciones pasadas, ya que la contención del consumo de moda fue a nivel mundial. Eso sí, creen que a pesar de todo se genera un momento de oportunidad por los problemas que están sufriendo también los otros sectores con problemas de fletes, de materias primas, aprovisionamiento… "Es una oportunidad para la fabricación de proximidad, confiamos en que haya una mejora para que se diversifique aquí la compra. El consumidor va demandando cada vez más un producto cercano y buscando firmas que pongan como valor la economía circular".
Por otra parte a nivel de empleo, han sido muchos los empleos perdidos, aunque no tantos los cierres de fábricas. Explica la presidenta de Fice que alguna compañía hizo uso de los ERTE, pero donde más se notó el descenso de la actividad fue en la figura del fijo discontinuo, el habitual del calzado al trabajar por la estacionalidad de acuerdo a las nuevas campañas. "Fue clave el número de jornadas que trabajaron, que fue inferior, en la medida en que se recupere el pequeño y gran comercio irán volviendo", explica Cano, adhiriendo que es la figura que se acordó para incluir en los convenios colectivos del sector y poder seguir produciendo aquí. "De lo contrario, se hubiera deslocalizado más aún y es lo que ha permitido y ayudado al sector a continuar con respiración asistida".
Así pues, ahora llega el momento de las nuevas colecciones, una vez los fabricantes y los clientes han ido llegando a acuerdos para liberar todo el stock acumulado en los peores meses de la pandemia. En ese sentido, a finales de agosto se celebró la feria de Düsseldorf, más regional y con mayor asistencia que la anterior edición, en la que participaron un 75% menos de firmas. Con todo, la mayoría de expositores —el grueso de la delegación española, de Elche— trasladó un balance "positivo", ya con una relativa normalidad por las condiciones de movilidad. Aún queda para llegar a las 81 de España en 2020. Pero es ahí donde ya han empezado las buenas sensaciones y respuestas por parte de clientes y visitantes. En general están satisfechos con la misma en el sector, aunque la también presidenta de Avecal relata que aún se siguen en datos de participación por debajo del o normal, "y así lo estaremos también en Milán", la feria clave a nivel internacional que tendrá lugar el próximo fin de semana, 19 al 21 de septiembre.
Micam también estará por tanto por debajo de lo esperado, "pero tenemos que seguir apostando de una forma clara para mantener ese contacto físico junto con los nuevos formatos". Una forma, la de las ferias y muestras online que se ha ido adoptando estos tiempos y que prevén que haya llegado para quedarse y compaginarse con la presencia física, que sigue siendo necesaria. Así, la cita de Milán se aborda con un optimismo moderado, aunque se espera que sea superior a la de septiembre de 2020, "pero evidentemente lejos de las ediciones precovid". Una feria en la que seguirán sin asistir visitantes asiáticos y americanos, no los principales receptores, de la exportación de calzado, pero sí de los que consumen el producto de mayor calidad y por tanto más caro. "Confiamos en que de ahí las empresas puedan constatar que el consumo se ha reactivado".
Por último, en la próxima Futurmoda en Elche, la tónica es similar: ya van más de 200 expositores confirmados, pero son cifras por debajo de los de 2019 y ejercicios anteriores. De fondo, ya en otro apartado, están los fondos europeos de reconstrucción, los Next Generation, en los que el sector también ha puesto esperanzas para la innovación de parte de la industria de forma que se apueste más decididamente por la economía circular, digitalización, o en el mejor de los casos, la relocalización. Una línea de ayudas para las que Cano recomienda que cada empresa fije como alerta porque puede suponer un salto cualitativo, especialmente tras una etapa tan difícil.