Que al Partido Popular las medidas de protección del Palmeral de Elche no le han gustado nunca no es noticia. Así lo han demostrado siempre. Por eso no apoyaron la aprobación de la nueva Ley del Palmeral en 2021. Presentaron enmiendas para favorecer aprovechamientos urbanísticos y rebajar medidas proteccionistas.
No es raro, por tanto, que el alcalde Pablo Ruz, desde que tomó posesión, venga quejándose de esta Ley que tiene poco más de dos años de vigencia y que se encuentra casi inédita por los incumplimientos del bipartito PSOE-Compromís y ahora los del PP-VOX. Más aún, los últimos, actualmente en el gobierno municipal, dicen que debe ser cambiada porque no es buena para esta ciudad y que su aplicación es dificultosa por los trámites que hay que cumplir. Hace unos días han llegado a calificarla como una ley absurda, que ya es decir, principalmente por los condicionantes que se marcan para su aplicación en las zonas de amortiguamiento del Palmeral.
Si fuera tan absurda no se entiende que el PP no votara en contra de ella. Sólo se abstuvo. Una decisión absurda, por lo que se ve. Ruz debería haber informado mejor a los diputados del PP para que no se abstuvieran antes cosas “absurdas”, según él. ¿O es que, ahora que es alcalde, se ha dado cuenta de cosas que antes no había pensado? No queda muy bien su razonamiento y, es lo malo, aún peor puede quedar la nueva Ley.
Las zonas de amortiguamiento que se establecen en el Palmeral, que limitan el aprovechamiento urbanístico, establecen unos usos determinados y exigen informes previos de Conselleria, son medidas proteccionistas que se aplican siempre que se habla de Bienes de Interés Cultural (BIC). No sólo hay que proteger a éstos (aunque en muchas ocasiones hasta se deja que se caigan), sino que también hay que tener en cuenta sus entornos para evitar afecciones negativas para los mismos.
El palmeral es, gracias precisamente a la ley de 2021, no sólo Patrimonio de la Humanidad en sus huertos históricos, sino que también es BIC de acuerdo con la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano. Dejar sin protección sus zonas de amortiguamiento sólo sería posible renunciando a que sean BIC y Patrimonio de la Humanidad. ¿Qué se pretende hacer en ellos para jugarse tales distinciones? ¿Qué alcalde puede poner en peligro eso para reducir niveles de protección?
Coincidiendo en el tiempo han aparecido noticias referentes a algunos temas que tienen una fuerte incidencia en el palmeral histórico o en su área de amortiguamiento, y que plantean determinadas actuaciones urbanísticas. Un ejemplo sería la de la antigua Hiladora, donde se pretende hacer un geriátrico privado por parte de una empresa. La zona está en pleno entorno de protección de huertos Patrimonio de la Humanidad. Es por tanto una zona delicada y sujeta a informe previo de Conselleria. El actual Ayuntamiento apoya su construcción (que podría haber ido en cualquier otro espacio del 97% del resto de municipio que no es Palmeral), a pesar del evidente impacto que tiene y que su ubicación choca con la legislación actual.
Hasta ahora se alegaba que el bipartito anterior había autorizado dicho proyecto desde Conselleria. Ahora acaba de demostrarse que eso es falso. Nunca hubo tal autorización, y desde el Ayuntamiento de Elche, con PSOE y Compromís, se mintió a la ciudadanía para hacer creer algo que no era verdad. Un tema feo que requiere inmediatas explicaciones por parte de ellos. Y el PP, que debe saberlo, prosigue con el engaño con tal de favorecer que dicho negocio privado pueda ubicarse en un espacio privilegiado y con grave afección al palmeral histórico, como así manifestaron recientemente en un debate en una televisión local.
Desde Volem Palmerar queremos denunciar esta política de desinterés y engaños continuos sobre el Palmeral, tanto del equipo de gobierno actual como del anterior. El Palmeral, huertos y zona buffer incluidos, no es, no puede ser, un conjunto de solares para construir edificios de viviendas, colegios, hoteles o geriátricos, ni para convertirlos en parques y jardines, destruyendo con ello su identidad, su uso agrario, como perfectamente describen la Ley del Palmeral y los 'criterios de autenticidad' establecidos por la declaración de Patrimonio Mundial Unesco. El Palmeral no se merece tanto menosprecio. Ha costado mucho que se le reconozcan sus méritos para que, ahora, desde el propio Ayuntamiento, unos y otros estén boicoteando su protección para priorizar otros intereses. Trabajen, gestionen suelo para nuevas potencialidades de la ciudad de Elche y su territorio, pero no destruyan nuestro patrimonio, nuestra principal seña de identidad.
La Ley no necesita reformas para reducir sus niveles de protección. Al contrario, necesita que se aplique como mejor forma de proteger el Palmeral.
* Susi Gómez es presidenta de Volem Palmerar