ALICANTE. Con la caída de las ventas provocada por el confinamiento para frenar la expansión del coronavirus, no son pocos los comercios tradicionales que aguzan el ingenio estos días para compensar la falta de clientela en sus establecimientos (que suele decantarse por supermercados o grandes superficies para hacer sus compras estos días) o, directamente, el cierre si su género no está incluido entre los bienes de primera necesidad. Muchos de ellos, de hecho, han activado servicios de reparto a domicilio que antes no ofrecían, y que en muchas ocasiones funcionan por teléfono o whatsapp.
Para contribuir a reforzar estas iniciativas de adaptación al confinamiento, la tecnológica alicantina Sistel ha puesto en marcha una campaña que con el nombre de "Ecommerce de barrio' permite a cualquier pequeño comercio disponer de una tienda online en tan solo 24 horas, para hasta 25 referencias distintas, y mantenerla durante los próximos tres meses por 150 euros. El CEO de Sistel, Manuel Cazorla, explica que su empresa decidió lanzar esta campaña, que comenzó el pasado lunes, tras detectar que muchos pequeños comercios buscan salida en internet a la crisis del coronavirus, pero que muchas no saben cómo crear (o no pueden permitirse) un ecommerce.
Según explica Cazorla, Sistel se encarga de guiar al cliente en todo el proceso, como contratar el dominio y crear la cuenta de correo, el diseño del ecommerce y el alojamiento de la página. También configuran la cuenta para pagos online y ponen en contacto al comercio con posibles empresas de mensajería para repartir sus productos. En el lado contrario, el comercio tiene que facilitar fotografías de los 25 productos que formarán parte de su catálogo, sus descripciones y el precio de venta.
Una vez vencidos los tres primeros meses que forman parte de la campaña por el coronavirus, la tecnológica alicantina ofrecerá a aquellos comercios que hayan creado su tienda online mantenerla por 30 euros al mes. Asimismo, ofrece la posibilidad de crear la imagen corporativa del negocio, ampliar la nómina de productos o hacer modificaciones a medida que pase el tiempo (por ejemplo, de los precios de venta). Todos estos servicios se sumarían al precio final.
La clave de esta propuesta de ecommerce es su inmediatez, para que los pequeños comercios puedan apoyarse cuanto antes en la red para comercializar sus productos. Una urgencia que explica también la sencillez de una plataforma que muchos de estos comercios conocerán ahora por primera vez. Sin embargo, no son pocos los comercios tradicionales alicantinos que se han lanzado a vender por internet (a través de redes sociales o en sus propios ecommerce) o incluso teléfono con la drástica caída de la afluencia de público a sus establecimientos.
Como ha contado Alicante Plaza, las ventas de carne a domicilio de Carnealicante.com (el ecommerce de las carnicerías Fenoll y Baldó, del Mercado Central), o de verdura y fruta fresca de El Mandil Negro, que ya funcionaba como ecommerce puro, se han multiplicado por cinco con el confinamiento y rebasan el centenar de pedidos diarios. Otros comercios, como Frutas Cachi, han comenzado a repartir a domicilio con el estado de alarma (aunque siguen abiertos también en el Mercado Central), y atienden más de una veintena de repartos diarios.