ALICANTE. El confinamiento decretado por el Gobierno para frenar la expansión del coronavirus no solo ha obligado a los minoristas de alimentación a realizar un sobresfuerzo en la atención al público, con la implantación de medidas de seguridad como distancia al mostrador, elementos de protección, reorganización de turnos y control de aforo. Además de garantizar el abastecimiento y lidiar con la 'compra de bunker' en el puesto de venta, muchos de estos comercios han tenido que reinventarse a medida que pasaban los días para sobreponerse a la caída de la afluencia de público, que sale poco y apuesta por los supermercados para el acto de compra.
Así, muchos comercios que ya contaban con un servicio a domicilio lo han reforzado con el confinamiento, ante la avalancha de llamadas y compras online. Y otros, que hasta ahora solo atendían en su puesto en el Mercado Central, han puesto en marcha el servicio de reparto y reciben pedidos por teléfono y whatsapp o incluso a través de las redes sociales. Unos y otros se han convertido con el paso de los días en una alternativa muy demandada, especialmente por personas mayores o con perfil de riesgo, para evitar acudir a los puntos físicos de venta y encontrarse con aglomeraciones.
Según los datos recogidos por la consultora tecnológica 3dids, entre cuyos clientes se cuentan varios de estos comercios, como carnealicante.com (el ecommerce de la carnicería Fenoll y Baldó, del Mercado Central) o El Mandil Negro (un ecommerce puro especializado en frutas y verduras frescas), las ventas a domicilio de carne y verdura se han quintuplicado con el confinamiento, y alcanzan los 100 pedidos diarios. De hecho, El Mandil Negro advierte en sus redes sociales que cuando alcanza un tope para una ruta concreta (cubre varios puntos de la provincia) deja de admitir comandas.
"El servicio de envío a domicilio de estas empresas se ha disparado porque mucha gente prefiere recibir el pedido en su casa y evitar así acudir al supermercado", explica Andrés de España, CEO de 3dids. Por un lado, porque de esta manera "reducen su exposición y cumplen mejor con el objetivo del confinamiento", pero también porque "en muchas ocasiones cuando llegan al supermercado encuentran que, sobre todo en los frescos, el producto que buscan se ha agotado. Con la compra online evitan este problema".
El incremento del negocio se hace patente con la ampliación del horario de estos comercios: se activan a las 4 de la madrugada y el último repartidor acaba su turno a medianoche. "Están acudiendo hasta cuatro veces al día a Mercalicante", explica De España, quien considera que los ayuntamientos de la provincia deberían estudiar la puesta en marcha de iniciativas para visibilizar estos servicios, como alternativa para las personas más vulnerables ante la pandemia.
Uno de los comercios que ha puesto en marcha el servicio a domicilio durante el confinamiento es Frutas Cachi, otro de los puestos del Mercado Central que se abastece también en Mercalicante. Este comercio tradicional, que antes solo repartía a sus clientes de hostelería, puso en marcha el servicio a particulares con el estado de alarma, al caer la afluencia de clientes a la mitad. "La mayoría de nuestros clientes son personas mayores", explica su gerente, Francisco, "y viene la mitad de la gente que venía antes. La primera semana del confinamiento cayeron muchísimo las ventas, y la semana pasada decidimos empezar a servir a domicilio".
La iniciativa parte también de la reorganización del servicio: acude menos gente al puesto y hay solo una dependienta, así que la otra se encarga de repartir con la furgoneta. Francisco recibe los pedidos por teléfono o, cuando el cliente dispone de la aplicación, por whatsapp, entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde. "Entendemos que somos un servicio de primera necesidad y que llevarle la compra a casa a nuestros clientes mayores es una labor social: cuanto menos salgan, más fácil es que se acorte el confinamiento".
Además de la labor social, Frutas Cachi ha conseguido con este nuevo servicio mantener el volumen de ventas que tenía antes de la pandemia. "Se están haciendo unos 25 repartos al día, intentamos que llegue el mismo día o, como mucho, al día siguiente". Además de Alicante ciudad, cubren urbanizaciones, Sant Joan, El Campello y San Vicente. El cliente tiene que pagar 3 euros de 'gastos de envío', además del ticket de caja. "Hemos notado que, tras los primeros días, la gente ha vuelto a una forma de comprar más antigua: se compra en menos cantidad lo más perecedero, por ejemplo fresas, espárragos o espinacas, y más cantidad de otros productos como patatas".