de la pantalla al suelo

Diseño gráfico mullido: hacer alfombras que son todo un arte

Las valencianas Maria Cañamero y Carla Blanes diseñan y tejen alfombras con motivo de dar vida a sus diseños mucho más allá de la pantalla 

10/08/2022 - 

VALÈNCIA. Los diseñadores se adaptan a absolutamente todo, y por ello tienen el cielo (y en este caso también el suelo) ganado. Con sus manos y su creatividad pueden transformar cualquier idea del mundo imaginario en una realidad palpable, visual y única en su especie. La moda ahora es hacer alfombras, algo que allá por Estados Unidos se conoce como “tufting”, refiriéndose a la técnica que consiste en insertar un hilo sobre una base primaria, con motivo de dar vida a todo tipo de ideas. En los prints se pueden plasmar gran parte de estas, y en las identidades gráficas se ven pequeños rayos de lucidez de “esto quedaría bien así”, pero aún no se había traspasado la barrera hacia lo táctil de esta manera.

Las valencianas Maria Cañamero y Carla Blanes quedaron pasmadas con este concepto, y decidieron emigrar una parte de su esfuerzo creativo a la creación de alfombras únicas para cualquier amante del arte que se precie. Al final la alfombra no es más que un folio blanco mullido para el diseño gráfico, y aunque resulte extraño de primeras es una forma de expresar los conocimientos del diseño de forma “táctil y visual”. Blanes empezó hace menos de un año, centrándose en estas creaciones cómo si de un hobby se tratara. Habiendo explorado ya el mundo de la cerámica y los tatuajes quedaba convertir el arte en algo más palpable: “Al final tantas horas de ordenador desgastan, suelo echar de menos elaborar trabajo manual”.

De la red al bastidor

Ambas artistas vienen del diseño gráfico, y entre el agotamiento de la pantalla y el algoritmo descubrieron esta peculiar forma de expresar sus ideas. A Cañamero la tarea se la hizo Instagram: “El algoritmo, que me conoce más que mi propia madre casi, fue el que empezó a ponerme vídeos de alfombras. Al final no pude luchar contra este y tuve que comprarme los materiales y empaparme de todo ello”. Las dos diseñadoras compraron los materiales de la web oficial de Tufting y se pusieron a “coser y cantar” con un curso online. Entre decenas de horas de trabajo y varios descosidos, surgieron las primeras piezas que llenarían sus redes sociales; creando, según lo explica Cañamero, “algo más valioso que solo el diseño”.

Siguiendo la oportunidad de probar en formatos menos convencionales se generan piezas únicas que se pueden colgar como tapices, colocarse a modo de recubrimientos de muebles y en el peor de los casos “pisotearse”. Al final con este aplique y tipo de técnica la producción “prevalece en el tiempo”, generando algo que va más allá de una imagen o diseño instantáneo: “A día de hoy con el trabajo que hacemos en los ordenadores las piezas que se crean se envían y desaparecen, si dejas de verlas hasta se te olvidan”, comenta Cañamero, “al final esta producción genera un objeto único que las personas quieren adquirir porque le dan un valor único”.

La alfombra mágica

Entre el diseño, las horas de trabajo y las formas imposibles se genera una estampa visual mullida que convierte a Blanes y Cañamero en auténticas artesanas, dentro de una disciplina muy transversal en la que pueden explorar todo tipo de formas, texturas y colores. Blanes lleva la idea de ir moldeando sus creaciones hacia el mobiliario, y está convencida de que con el paso de los años serán contempladas de una manera muy diferente: “Al final las aplicaciones de las alfombras le dan un aspecto único a cualquier cosa, es aplicable a todo lo que te puedas imaginar. Es una forma de moldear el diseño gráfico”. Ambas son conscientes de que es una “disciplina” que adquiere fuerza (muy poco a poco) en España, pero que en València seguramente sean pioneras.

La puesta en valor de este tipo de diseños lleva a los consumidores, sin ningún tipo de duda, a querer adquirir un objeto exclusivo en un formato único, que luego pueden colocar de mil maneras. Si ya lo hacían las abuelas con los tapetes, ¿quién impide que se coloque algo similar a una alfombra? Seguramente los apartamentos de los generación Z (una vez consigan la ansiada independencia) estén plagados de estas piezas en cualquier parte menos en el suelo. 

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