gafas de pasta, fixies y tulipanes

Fer Sempere: diseño para 'autocriticar' la vida moderna

5/12/2022 - 

VALÈNCIA. El valenciano Fer Sempere sabe perfectamente de qué pie cojean los de su profesión: ilustradores, diseñadores… “y modernos en su gran mayoría”, lo sabe todo porque forma parte del gremio. La prueba irrefutable de ello es que lleva gafas de pasta, tiene un Mac y ahora mismo está viviendo entre València y Barcelona, lugares en los que nacen y se desarrollan la mayoría de sus proyectos. Haberse mudado le ha ayudado a ver con perspectiva como “València tiene esas claves que se ven y reconocen en todos los lados”, hasta en las costas catalanas: “La Capitalidad del diseño nos ha hecho dejarnos ver a los valencianos tanto a nivel nacional como europeo”, y añade “desde Barcelona se comenta que València pisa fuerte”. La vida entre ambas ciudades le ha hecho distinguir qué es lo que compone a un diseñador, o como dirían los creativos a “detectar los insights de estos”. 

Fer llegó a València, desde Banyeres de Mariola, para estudiar la carrera: Diseño y Tecnologías Creativas en la Universitat Politécnica, y recuerda que en su primera semana no “le cabía el HP en ninguna mochila”, y tuvo que apañárselas para encajar todos los paquetes de Adobe en su antiguo dispositivo. No parecía que sucediera lo mismo con sus compañeros, todos con un Mac ultra ligero y una tote bag monísima: “Es algo que impacta cuando llegas, todo el mundo va super preparado”, comenta, pero con el paso de los años la vida le hizo seguir el mismo camino: pasar de HP a Mac y ser incapaz de sobrevivir sin el iPhone. Observando esto fue aprendiendo, viviendo y retratando los elementos que componen al designer en su día a día: “Es algo que va influyendo en tu vida, al final si acabas siendo ilustrador o diseñador se te pegan ese tipo cosas”, explica. Su trabajo se centra, en gran parte, en la “queja” de la vida moderna, con dibujos que se realizan en un iPad (como no).

Con sus ilustraciones retrata de alguna manera los elementos que lo componen, en un trabajo que es “más que queja es autocrítica”, y que comprende las corrientes que le rodean. En estas muchas veces le molesta que sea necesario ser “un miembro distinguido del gremio”, y que haya que definir la figura según unos cánones: “Al final tienes que ser bueno en tu trabajo y ya está, da igual el tipo de vida que lleves”. Esa filosofía es la que aprendió en Bellas Artes, donde convivían todo tipo de perfiles: “El contraste más fuerte para mi fue llegar del pueblo a la facultad de Bellas Artes, lo veía como una jungla. Ahí convive todo, puedes encontrarte a un perroflauta, un adicto al gym o una pija [ríe], al final nos respetamos todos, que es la clave”. La realidad es que los primeros meses era un estudiante más bien perdido, en un principio quería hacer arquitectura y “sin darse cuenta acabó en diseño”, aunque ahora mismo ve claramente varias facetas del creativo en sí mismo: En el día a día diseñador gráfico, en casa “ilustrador pero también persona”.

Parte de su “autocrítica” está en que en el mundo del diseño hay perfiles que intentan desbancarse un poco a la negativa, y “puede parecer que eres más guay si te codeas con gente de este estilo", sin embargo considera que no es necesario llegar a extremos para expresar "lo que vales o lo que eres" y sin duda "no hay que seguir una corriente de moderneo para ello”. Quien quiera ese camino corre el riesgo de ser retratado en sus redes, de alguna manera, a través de su iPad y gracias a Procreate. Todo ello en un relato que avanza con el tiempo y las modas: las moderneces del mundo se han ido actualizando aún más "ahora todo el mundo va en fixie o en bicicleta eléctrica" y siempre con el casco de Closca, que no falte. Estos pequeños detalles son los que le inspiran para dibujar, las cosas que pasan día tras día, asegura que eso es lo que le llama: "La observación me lleva a la autocrítica. Esta a su vez está en observar los contrastes del día a día, junto con las historias que no quiero dejar pasar de lado”. ¿Es esto una especie de journaling?

-Desvela una anécdota moderna que te haga gracia.

-"Cuando la gente empezó a comprar ramos de tulipanes, generalmente al salir de trabajar. O sea, nunca en tu vida has comprado flores y ahora te ha dado por los tulipanes. Ahora vas por la calle y ves a todo el mundo con los ramos por la calle, como si estuviéramos en Ámsterdam".

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