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Escobar: "Mientras hay vida, hay esperanza"

21/04/2023 - 

ALICANTE. Cinco días después de haber formado un corrillo en el centro del campo del estadio Rico Pérez con sus jugadores, buscando mentalizarles de que la temporada no había terminado por adelantado para ellos, no obstante el revés que había supuesto la derrota como local ante el Olot, 'Lolo' Escobar decía en la sala de prensa del Rico Pérez que no sabía si había convencido "a muchos o pocos", pero esperaba que fuera lo primero. 

El preparador dombenitense del Hércules manifestaba lo anterior en su comparecencia ante los medios previa a la visita al Deportivo Aragón, el primero de los solo cuatro partidos que restan para que baje el telón de la fase regular en Segunda Federación. Escobar se resistía a considerar "definitivo" un resultado adverso en el mismo porque eso dependería de lo que ocurra en otros partidos, abogando a continuación por centrarse "en lo nuestro", en ganar para evitar tener que mirar a otros campos.

"Está difícil, pero mientras hay vida, hay esperanza", decía el técnico blanquiazul antes de reconocer que que, a juzgar por los resultados ("Mirando resultados estamos mejor fuera de casa que en casa"), a los suyos se les da mejor jugar a domicilio que como locales, les afecta la mayor o menor presión ambiental, algo que no dejaba de sorprenderle porque para él "jugar en el estadio Rico Pérez es lo más parecido a estar en el fútbol profesional [...] el que le chillen, insulten hace que se sienta vivo". 

De cara al domingo, Escobar recupera al central Roger Riera tras cumplir un partido de sanción, pero no podrá contar con los extremos Cristian Cedrés y 'Nico' Espinosa y con el delantero Jack Harper, todos ellos lesionados (los dos primeros no volverán a jugar este curso). Precisamente las bajas eran la razón que aducía cuando hacía referencia a que el modelo de juego de su equipo ha ido mutando con el paso de las jornadas: "Ha ido cambiado de cuando llegamos a la actualidad, hemos tenido que ser camaleónicos, adaptarnos", decía, justificándolo a continuación en, por ejemplo, el hecho de que ahora no cuenta con recambios en los extremos al haber perdido a Espinosa y Cedrés y en enero sí los tenía.

"Fallamos dos pases y nos tiran un córner y ya patinamos. Creo que este juego es para divertirse y disfrutar, pero no lo estamos haciendo", lamentaba en voz alta el técnico, desvelando que durante la semana había trabajado con sus jugadores el aspecto anímico: "A ver si somos capaces de jugar nosotros con la ansiedad del rival, porque al final siempre son ellos los que juegan con la nuestra", apuntaba, recordó que el filial del Real Zaragoza se puede meter en un problema clasificatorio si pierde ante el Hércules.

Este viernes también hubo oportunidad para hablar del futuro, concretamente del técnico, quien decía ser feliz en Alicante: "Ganar o perder me afecta, pero soy feliz. Cuando acabe la temporada, el 13 de mayo, veremos qué piensan los que toman decisiones", dijo en alusión al año que tiene todavía de contrato. "Todo el mundo sueña con entrenar al Hércules y una derrota no cambia que esté en un sitio de puta madre", sentenciaba.

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