ALICANTE. "Los he reunido y les he dicho que esto no se ha acabado, aunque todo el mundo lo piense", decía el técnico del Hércules 'Lolo' Escobar sobre el corrillo que formó junto a parte de sus jugadores ("No todos se han enterado de lo que quería hacer") en el círculo central, mientras los aficionados que aún no se había ido a su casa descargaban sobre ellos su descontento por la derrota ante el Olot, aunque sus gritos se veían ahogados por la megafonía, atronadora con toda la intención.
La de este domingo fue otra jornada agitada en el estadio Rico Pérez, con momentos de tensión en la zona del palco y también en la puerta cero.
El vaso no llegó a desbordarse como ocurriera en noviembre, con motivo del choque ante el Lleida, en el que el hubo un intento de asalto de la zona noble del coliseo blanquiazul que abortó la Policía. Ahora bien, sí hubo aglomeración, insultos y reproches varios. Eso sí, esta vez los focos no solo se dirigieron hacia los miembros del consejo de administración y otros directivos presentes, también hacia el césped, especialmente hacia 'Míchel' Herrero y Ander Vitoria.
El Hércules ha de disputar aún dos encuentros de la fase regular en el Rico Pérez: después de jugar el próximo domingo (desde las 11:30 horas) a domicilio con el Deportivo Aragón, el equipo de 'Lolo' Escobar recibirá el domingo 30 (desde las 18 horas) al Alziray una semana después, el domingo 7 desde las 12 horas, recibirá al Saguntino. El domingo 14, también desde las 12 horas, pondrá fin a la fase regular a domicilio ante el Ibiza-Islas Pitiusas.
