ALCOY. Las obras de construcción del puente de la urbanización de Serelles, en Alcoy, empezarán en el mes de septiembre una vez formalizado el replanteo de la obra, según la previsión actual del gobierno municipal, y después de que se cuente con adjudicataria, concretamente la empresa CHM Obras e Infraestructuras. A la licitación concurrieron dos ofertas y se consideró que esta era la que ofrecía mejor relación calidad precio, con una rebaja del 2,33% respecto al presupuesto base de licitación, por lo que finalmente la obra costará alrededor de 3,6 millones, IVA incluido. Así, si no surgen imprevistos, en el segundo semestre de 2025 el puente debería estar a punto, ya que se fijó un plazo de ejecución de nueve meses.
La construcción de este puente supondrá un nuevo acceso hacia la urbanización de Serelles desde las inmediaciones de la piscina municipal José Trenzano Alós. por lo que la conectará con el casco urbano desde la zona del Ensanche.
Construir este puente es una de las infraestructuras que quedó pendiente en el desarrollo de esta urbanización y se arrastra desde hace 15 años. La propia urbanización también quedó inacabada, y hoy en días junto a las pocas viviendas habitadas se encuentran infinidad sin terminar, que han quedado pendientes, así como otras que no llegaron ni a iniciarse y siguen siendo solares.
Parte del puente se sufragará con el aval de la empresa Luxender, responsable de la urbanización, si bien no será suficiente al haber otras actuaciones pendientes, como la reposición de los barrancos. El aval ascendía a los 3,7 millones, si bien se estima que la reposición de los barrancos puede costar hasta 800.000 euros y el Ayuntamiento ya pagó con fondos propios un requerimiento de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que supuso una sanción de 601.000 euros.
La urbanización de Serelles empezó a desarrollarse en 2006 y preveía una primera fase con 500 viviendas, que ha quedado inacabada, solo se construyeron 47 casas y no todas están acabadas, siendo una docena las que han llegado a habitarse. El puente se planteó en 2010 y, además, se habían previsto dos fases más, que hubiesen supuesto otras mil viviendas, si bien la segunda ni siquiera llegó a aprobarse. Desde el principio ha contado con voces en contra, por el impacto que pudiera generar al estar en el área de influencia de la Sierra Mariola, y el tema acabó en el juzgado.