Con cara de tonta 

En febrero de este año el AVE llegó por fin a Elche. Fue el propio Pedro Sánchez quien inauguró el trayecto, evento del que ya hablé por aquí. El gran logro consistía en que desde Elche te plantabas en Madrid o de Madrid se plantaban aquí en poco más de dos horas. Así era, sin embargo este hito tenía dos peros: el primero, la escasez de horario, solo dos trenes de ida y dos de vuelta, el segundo, la estación. Lejos de todo y cerca de nada.

Muchos fuimos los que haciendo patria, intentamos ver lo bueno, la rapidez con la que llegabas a la capital, la comodidad de aparcar en la puerta de la estación y gratis e incluso lo maravillosos de coger un bus urbano e ir directamente por un módico precio.

Me esforcé en utilizar el AVE desde Elche y que mi entorno lo hiciera también para que se nos contabilizara como pasajeras, intentando que esto poco a poco cogiera fuelle y fuera a mejor. Más frecuencia de paso, señalización adecuada de la estación…Fui prescriptora del uso del AVE desde Elche a todo aquel que me quiso escuchar llegando a ser una pesada, así que se me quedó cara de tonta cuando RENFE  hizo el otro día el “gran anuncio” de que se añaden dos paradas al AVE Madrid-Elche.

El anuncio fue “de libro”. Serviría de ejemplo en una clase del título de experto en comunicación, en una clase de periodismo o en una clase de marketing. Se vendió en positivo que habrá nuevas paradas en Villena y Alicante y nada se dijo de que esas paradas añaden casi una hora al trayecto, ¡ojo! de un tren de alta velocidad.

¿Cómo te quedas? Pues igual que yo.  Es que ni esforzándote por ver lo positivo. Ya está bien. Menos mal que al alcalde se le debió de quedar la misma cara que a mí y parece que va a ver si le escuchan, pero me temo que es una decisión tomada. Estas cosas o se cogen antes de que pasen o ya no tienen vuelta atrás. Y acabo por confirmar aquello de que lo que mal empieza… la estación en Matola, allá, cerca de todo y de nada ni siquiera de Matola… sin señalizar hasta que insistimos e insistimos… en fin.

Es otra bofetada más del centralismo y la política y la gestión de despachos. Incluso si vamos al origen de todo, volvemos a que más que el AVE aquí lo que necesitábamos era la mejora del cercanías, la conexión del Aeropuerto (al que le van sumando nombres y nombres)  con el tren, y otras cosillas que los de aquí sabemos pero que allí no ven o no les interesa. Y a mí, cuando pasan estas cosas me surge la duda de si desde allí, preguntan a alguien de aquí cuando van a hacer algo o piensan que por estar allí saben más que los de aquí.

El centralismo es terrible, tanto que su voracidad lo fagocita todo y hace pensar a ingenieros de Madrid o Valencia que saben más que ingenieros de Villena o de Daya Nueva. Y quien dice ingenieros dice periodistas, expertos en marketing y comunicación o políticos. Un desastre. Y así las cosas, a partir de mediados de diciembre tenemos un AVE precioso con pocas salidas y llegadas, con una hora más de tiempo, en una estación cerca de nada y lejos de todo. Así que volveremos a ir a Alicante a coger el tren y en un año o dos cerrarán la estación de Elche por falta de usuarios y nos tocará reconvertir las instalaciones como le está pasando al aeropuerto de Castellón. Eso si tenemos suerte.

Y el paso del tiempo difuminará lo ocurrido y quizá alguien en el futuro piense o incluso escriba que la estación no tuvo éxito porque desde Elche o las comarcas del sur de Alicante no se desplazaba la gente a Madrid, y ahora, en el presente, los de aquí sabemos que no es cierto. Así que voy a dejar por escrito que vamos y mucho, por negocios, por placer, por estudios, por turismo, para ir al teatro, para hacer cursos… pero nos lo ponen muy difícil…

El puente de la Constitución y la Purísima es tradicional ir a Madrid a ver las luces y decoración navideña, compras etc. Aprovechen para coger el AVE desde Elche que tarda todavía dos horas y 10 minutos. El siguiente fin de semana ya será otra cosa.