La crisis ha estallado en Compromís, pero se ha ido de vacaciones como sus dirigentes. Saltó el pasado 25 de julio con la elección de Enric Morera como senador territorial y tuvo una réplica esta semana en el grupo municipal de Compromís per Elx con la no elección de Marian Campello como asesora del grupo municipal. Podría decirse que lo primero fue la acción; lo segundo la reacción. La duda es saber qué estaba escrito. Al menos, de lo de Elche sí que hay constancia; lo de Morera tiene más aristas. Iniciativa dice que sí, que estaba escrito en los acuerdos preelectorales de la coalición; Més dice que no. Argumentan los ejecutores de la decisión que Iniciativa ya tenía un diputado nacional -con la elección de Alberto Ibáñez- y correspondía a Més ese cargo -el de Morera-, de acuerdo, siempre, según del peso de cada partido en el seno de la coalición. Sea como fuere, tenga razón quien tenga, la cuestión es que Compromís se ha abierto en canal con esa cuestión y ello ha tenido su réplica en Elche.
Quizás porque ahora están en la oposición; quizás porque todavía no han llegado las decisiones trascedentes en el seno de Sumar -del que Compromís forma parte-, cualquier solución se ha pospuesto. Lo del senador no sé cómo se solventará: quizás la solución esté en el seno de Sumar y las aguas se apacigüen con el tiempo, pero la cuestión es que la falta de un hiperliderazgo como el de Mónica Oltra -y no estar en el Gobierno- ha hecho que las costuras de la coalición estén por los aires. Y parece que no hay prisa por solventarlas.
Y da la sensación de que si no se arregla lo del senador territorial, no tendrá solución lo de Elche. Aunque en esta crisis sí que se vislumbran más detalles, ninguno bueno para la coalición, al menos en Elche. Además de en Compromís, en una de sus patas, Més, también hay varias familias y bandos -como en muchos partidos-. Pero más allá de que la portavoz del grupo municipal de Elche, Esther Díez, haya incumplido lo que su partido firmó; es decir, que si no se sacaba el segundo concejal, Marian Campello, como número dos, sería automáticamente, la asesora (o una de las asesoras del grupo), algo que al final no ha pasado. Más allá de las rencillas locales y de las consecuencias del dominio de Iniciativa en una plaza, Elche, en la que Més ha crecido mucho en los últimos años, la cuestión es que la elección de los asesores también ha acabado por mostrar los odios y rencores de la coalición local. Y sobre todo, fuera del Gobierno, como consecuencia de unas primarias que fueron malditas para todas las partes. Primero, porque las quiso Iniciativa mantener a su concejal número dos, cosa que no se dio; segundo, porque Més Elx, buscó con ellas también un intento por reagrupar a toda la izquierda del PSOE, cosa que finalmente tampoco pasó (de ahí que no tengan dos concejales).
Y además, también hay que decirlo, dentro de los odios y venganzas cruzadas, con la decisión de los asesores, a Marian Campello se le ha hecho pagar unos movimientos que en Més (autonómico) no gustaban. Lo que pasa es que hasta ahora Campello había tenido una especie de bula que la llevó a la Cortes, primero, y a la secretaria autonómica de Innovación, después, y ahora esa bula se ha vuelto contra ella, y además, la ha ejecutado Iniciativa. ¿La razón? Porque las cosas en Compromís están cambiando (por si alguien no se había dado cuenta). Y lo sospechoso es quien han ejecutado sendas operaciones -senador territorial y Elche- son los mismos, y del mismo partido. Es posible que haya enmienda, con el tiempo, pero no restitución de cargos. De momento, todo sigue en el congelador.