Yo no sé a ustedes pero a mí esto de los cohetes me encanta. Seguramente porque a poco que empecé a leer mis padres me regalaron la colección completa de las obras de Julio Verne. Un señor que vendía enciclopedias y libros a domicilio pasó por casa (antes se hacía así), y tras ver el muestrario, le dije a mi madre que quería los de Julio Verne. Eran 12 tomos, ¡qué lástima se quedaron en el piso de la Plaza Barcelona en Carrús!
Mi madre me compró la colección y cuando llegaron los libros, no sé si lo dijo en voz alta pensando que yo no la oiría o se le escapó, pero la escuché murmurar: ¡Veremos cuántos lee!
Claro, yo tenía 10 años y mi madre aún no me conocía bien. Los leí todos y varias veces. Seguramente en menos de un año. Leo impulsivamente, una pena porque se me acaban muy pronto los libros.
“De la tierra a la luna” era de mis favoritos.
Nunca he pensado en ser astronauta ni nada de eso pero me atrae mucho la ciencia y me parece maravilloso que alguien tenga una mente capaz de adelantarse e imaginar cosas que luego pasan muy parecidas. Eso le pasó a Julio Verne que escribió sus libros a mediados del siglo XIX cuando no había ni cohetes, ni submarinos, ni prospecciones petrolíferas ni se sabía cómo era el centro de la tierra y él lo imaginó y lo relató en sus novelas con precisión de adivino.
Era un visionario, como lo son los Raules de PLD.
Raúl Torres y Raúl Verdú son dos ilicitanos que hace 12 años, incluso antes, tuvieron una idea, desarrollar una tecnología para lanzar cohetes de pequeño tamaño al espacio que muchas empresas podrían necesitar para diferentes objetivos. Esa idea la pusieron en un power point y el otro día se hizo realidad.
Y ya no han sido solo los Raules sino que van con ellos otros 150 más.
El sábado por la noche realizaron el tercer y definitivo intento de lanzar el Miura 1 y no sé si han visto el video o la retransmisión online en directo del evento pero ha sido lo más emocionante con diferencia que se ha vivido en esta ciudad en mucho tiempo. Ni un ascenso del Elche tiene la emoción que ha tenido esto.
Fue aproximadamente un minuto y 10 segundos de infarto con su cuenta atrás incluida. Varias personas que vivieron el momento en las instalaciones de PLD en Elche lo han descrito como una de las experiencias más emocionantes que han vivido. La cuenta atrás, el despegue, las órdenes que se daban, los segundos en silencio esperando la subida en perfecta propulsión, las palabras de “apogeo” “apogeo” del director del lanzamiento y por fin los aplausos, los abrazos, las lágrimas del equipo, de los invitados, de las familias…
Y esto solo acaba de empezar. Les ha costado 12 años lanzar el primero y me imagino que no habrá sido un camino fácil. Cuando empezaron eran unos chiquillos y seguro que les costó mucho convencer a la gente para que se unieran al proyecto y a las empresas que apostaron por financiarlos. Ayer el presidente ejecutivo de PLD, Ezequiel Sánchez agradecía el apoyo a los que creyeron en ellos y de broma, comentaron que a partir de ahora ya no les va a costar tanto conseguir inversores.
La primera misión espacial ilicitana ha sido todo un éxito, permítanme decirlo así y qué maravilloso es que los niños y las niñas de Elche y de todas partes puedan tener como referencia a estos tipos tan “normalicos” que un día tuvieron un sueño muy grande y con estudio, esfuerzo, trabajo y compromiso lo han hecho realidad.
Ha habido un cambio de paradigma y ahora ya no queremos ser astronautas, lo que queremos es fabricar lo cohetes.
