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Científicos españoles alertan de que las renovables se están implantando de manera "apresurada y desordenada"

11/12/2020 - 

ALICANTE. (EFE).- Veintitrés científicos españoles han alertado en una carta publicada en la revista Science de que, aunque las energías renovables son necesarias, se están implantando de manera "apresurada y desordenada", lo que puede tener "un grave impacto" sobre la biodiversidad en España a largo plazo.

Los firmantes -expertos en conservación de aves y murciélagos en universidades públicas y centros de investigación, como la Estación Biológica de Doñana o el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (ambos del CSIC)- advierten de que la expansión de las energías solar y eólica puede producir "daños irreversibles" sobre la biodiversidad de nuestro país.

Si no se analizan de forma inmediata los problemas asociados al desarrollo de renovables, la transición energética "tendrá el dudoso privilegio de ser recordada no solo por el cambio de modelo energético, sino por poner en jaque algunos de los valores naturales únicos de este país", advierten.

La carta recuerda que el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno prevé 89 gigavatios (GW) de energía eólica y solar fotovoltaica para 2030. Pero, pese a los esfuerzos del Gobierno por evitar una burbuja especulativa en el mercado secundario -reconocen los firmantes-, estas previsiones se han visto desbordadas y según Red Eléctrica Española, la suma de los gigavatios que ya están en servicio y los que cuentan con permiso de acceso a la red "superan con creces los objetivos del PNIEC".

Los científicos sostienen que los nuevos proyectos afectarán a suelos baratos, especialmente áreas agrícolas marginales ocupadas por cereal extensivo de secano o áreas de media montaña, ambas con alto valor ecológico, apuntan.

"Los proyectos fotovoltaicos, que ocupan zonas llanas, pueden comprometer la viabilidad de poblaciones de aves esteparias que se encuentran ya gravemente amenazadas en España, su último refugio europeo o incluso mundial. Estas poblaciones se encuentran mayoritariamente en áreas no amparadas por la Red Natura 2000, por lo que no existen herramientas legales que permitan blindarlas ante el avance de macroproyectos energéticos", advierte David Serrano, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y firmante de la carta.

La carta recuerda la elevada mortalidad de aves causada por parques eólicos mal planificados o construidos en áreas en las que hay grandes aves planeadoras y que pueden acabar con la vida de miles de ejemplares y poner en riesgo sus poblaciones.

En especies bien estudiadas, como el buitre leonado, por ejemplo, se estima que la mortalidad anual en parques eólicos españoles "puede acercarse al millar de ejemplares", detalla Juan Manuel Pérez-García, de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

En el caso de los murciélagos, se calcula que cada año mueren unos 200.000 individuos en estas instalaciones, apunta Carlos Ibáñez de la EBD-CSIC y miembro de la Secemu.

Aunque otras muchas especies mueren también al acercarse a estos parques, es difícil cuantificar la magnitud real del problema, ya que a menudo los seguimientos son deficientes, advierte la carta, que adelanta que el impacto que puede tener la pérdida de estas especies en los servicios ecosistémicos que prestan a las sociedades humanas "puede ser muy importante".

Todos estos efectos negativos nacen de una mala planificación, a menudo basada en información sin actualizar y no contrastada científicamente, generada por las mismas empresas que son beneficiarias de los proyectos, sostiene la misiva.

Y lo mismo ocurre con los protocolos de seguimiento, que habitualmente son realizados por las propias empresas, a menudo con "muy escasa supervisión de las administraciones", denuncia.

En cuanto a los sistemas disuasorios de aves y murciélagos que se están utilizando, los científicos creen que son "de dudosa efectividad" y aconsejan evitar áreas de alta biodiversidad al planificar la ubicación de estos parques y realizar pruebas de paradas de turbinas cuando se detecten altas cifras de mortalidad.

Los firmantes concluyen subrayando su apoyo firme a las energías renovables, pero abogan por un proceso más planificado y racional, y basado en el conocimiento técnico y científico generado y contrastado con independencia de empresas y promotores.

Asimismo piden un compromiso "más fuerte" con políticas energéticas más distribuidas y descentralizadas, con eficiencia, gestión de la demanda, ahorro de energía, autoconsumo y la mejora del rendimiento energético de los edificios, para reducir los impactos ambientales directos sobre la biodiversidad.

Por último, instan a las administraciones, responsables de gestión del territorio y de la biodiversidad, a "tomar conciencia de los enormes problemas de conservación asociados a la forma en que se están haciendo las cosas, que hay que corregir de inmediato si de verdad queremos que estas energías sean más verdes que grises", concluye José Antonio Donázar de la EBD-CSIC. 

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