ALICANTE. La empresa alicantina de conservas Aceitunas Cazorla, principal exponente del 'cluster de la aceituna' en la provincia, también aprovechó el auge de las ventas de aperitivos y encurtidos en los supermercados durante los primeros meses de la pandemia, para contrarrestar la caída de las ventas en el canal horeca por el confinamiento. Al igual que la alcoyana Serpis, Aceitunas Cazorla disparó su volumen de negocio en el año de la pandemia y mantuvo el beneficio.
Según las cuentas anuales de la empresa depositadas en el Registro Mercantil y consultadas por Alicante Plaza, Aceitunas Cazorla facturó 148,9 millones de euros en 2020, un 15% más que el año anterior a la pandemia, cuando el volumen de negocio fue de 129 millones de euros. Este incremento del negocio está en línea con el auge de un sector que llegó a experimentar crecimientos de hasta el 20% por el cambio de hábito de los consumidores.
La empresa, así, mantuvo su actividad sin tener que recurrir a ERTE ni otras de las medidas implementadas por el Gobierno, al tratarse de un sector esencial. De hecho, los costes de personal se mantuvieron prácticamente en línea con el año anterior (apenas un pequeño ahorro), mientras que los aprovisionamientos crecieron en la misma medida que las ventas, así como el recurso a la ETT para contratos temporales por necesidades puntuales de producción. El resultado de explotación de la empresa conservera, de esta forma, fue muy similar al del año anterior, aunque ligeramente por encima, 1,2 millones.
El incremento en la actividad permitió a Aceitunas Cazorla mantener el resultado del ejercicio pese a la crisis sanitaria. Según reflejan las cuentas, la firma de la familia Beresaluce se anotó un beneficio de 776.000 euros después de impuestos, ligeramente por debajo del año 2019, cuando ganó cerca de 800.000 euros. Durante el año, la empresa refinanció parte de su endeudamiento a corto plazo mediante la formalización de préstamos ICO a largo plazo.
La firma señala en la memoria de las cuentas, como ya hizo en las de 2019, que la irrupción de la pandemia no ha impactado en su actividad, a pesar de haber afectado profundamente a la situación macroeconómica. Las ventas de Aceitunas Cazorla crecieron en todos los mercados en los que opera, pero especialmente en el doméstico: en 2020 facturó en España 63,3 millones de euros, un 18% más. En la Unión Europea (63,9 millones) y resto del mundo (21,6) el crecimiento fue del 11% y del 18%, respectivamente. Con todo, el mercado exterior supone para la empresa una facturación de 85,5 millones de euros, el 57% del total.
La empresa dirigida por Antonio Beresaluce cuenta con medio centenar de empleados en plantilla y buena parte de su producción se destina a las exportaciones, además de abastecer el mercado nacional con conservas de aceitunas y otras verduras y hortalizas. El grupo cuenta con cuatro marcas presentes en los lineales de la mayoría de supermercados, La Explanada, La Sota, Campomar y Yak, pero también está especializada en surtir de marcas blancas a los distribuidores. Desde 2016, es copropietaria de la extremeña Tomcoex, que elabora conservas de tomate.