ALICANTE. Muchos se apresuraron a señalarle como culpable de la derrota de los suyos el pasado domingo en el estadio José Rico Pérez, pero la realidad es que el Logroñés ganaba en el coliseo blanquiazul 0-1 en el minuto 46 de partido no solo gracias a la fe Iñaki Sáenz y Olaetxea en la primera jugada del segundo tiempo, también a los reflejos de Iván Buigues que resultó providencial en sendas acciones antes del descanso en las que evitó que el Hércules se pusiera por delante en el marcador.
Puede que el meta mutxamelero no estuviera muy afortunado al no salir en el saque de esquina en el que Carlos Martínez marcó el gol del empate, pero el delantero barcelonés también le ganó con suma facilidad la espalda a Olaetxea, su marcador en el segundo palo.
Sergio Rodríguez, técnico de los riojanos, salió en defensa de Buigues en su comparecencia posterior al duelo, recordando que si bien habían encajado seis goles en solo dos partidos, lo habían hecho ante "rivales de mucho potencial" y que, en cualquier caso, entendía que "era tirar piedras contra su propio tejado" el entrar a achacar la dura derrota a un futbolista. El entrenador del Logroñés encontró en ese momento una magnífica muleta en los cánticos del medio millar de aficionados desplazados a Alicante que, no obstante la derrota, cantaban convencidos de que todavía pueden darle la vuelta a la eliminatoria: "Esos 500 nos marcan el camino", dijo Rodríguez.
Este miércoles se pondrán a la venta en Logroño las entradas para un choque que si no provoca que las 15.902 localidades de Las Gaunas se ocupen, estará cerca. En la capital de La Rioja creen en la remontada.